Hoy recordaremos los mayores problemas ambientales del año 2024. Una serie de ecocidios que destruyeron los recursos naturales latinoamericanos, tras el paso devastador de doce meses llenos de sangre, dolor y lágrimas.
Cuando el dinero impone sus propias reglas de juego en el planeta Tierra, se establece un desequilibrio ecológico en nuestros territorios latinoamericanos, que se acrecienta con la inacción judicial de los organismos públicos, que son incapaces de aplicar las leyes ambientales vigentes, para castigar con celeridad los hechos delictivos presentados.
La gran delincuencia en contra de la Pachamama, es un problema multifacético dentro de las regiones latinoamericanas, ya que cada empresario, latifundista, guerrillero o político, tiene sus propias ambiciones económicas que deben ser rápidamente alcanzadas, violentando la santidad del Medio Ambiente y fructificando la ignorancia de sus decisiones.
Desde el Río Guayubín en República Dominicana, pasando por el Lago de Maracaibo en Venezuela y llegando hasta el Canal de la Patria de Santiago del Estero en Argentina, existen terribles inconvenientes ambientales que se vienen ocultando en paquetes turísticos, en hoteles cinco estrellas y en enormes centros comerciales, que NO reflejan la realidad socio-ambiental de la geografía latinoamericana.
Por eso, explicaremos los 10 principales ecocidios visualizados en América Latina durante el año 2024, para NO quedarnos calladitos en el abismo de la impunidad, y para alzar la voz de protesta social junto a la ciudadanía.
En el puesto número diez, lamentamos la salvaje tala ilegal de 130 árboles nativos en la Provincia Tierra del Fuego, comuna de Timaukel (Chile). El delito ambiental se produjo en un predio donde muchos de esos árboles superaban los veinte años de vida, y hasta la fecha, no ha sido posible detener a los delincuentes que evadieron la normativa de la Ley de Bosque Nativo chilena, y violentaron la fría y delicada biodiversidad austral de Timaukel.
En el puesto número nueve, sufrimos la masacre de aves en el Sótano de las Golondrinas, ubicado en San Luis Potosí (México). Para grabar un video de promoción turística, la empresa hotelera Vidanta empleó helicópteros que sobrevolaron y filmaron escenas en el Área Natural Protegida, donde se destruyeron los nidos de aves nativas en plena época de anidación, y se mataron a vencejos que no pudieron escapar del furioso sobrevuelo de las aeronaves capitalistas, generando un desequilibrio ecológico hasta en la comunidad indígena Tének.
En el puesto número ocho, denunciamos la devastación ambiental en el Esterillo Oloncito de la Provincia Santa Elena en Ecuador, donde la mencionada área protegida que recientemente fue catalogada como Rincón Mágico de la geografía ecuatoriana, sufrió la destrucción de manglares que afectó su cauce natural, para la construcción de múltiples edificios y viviendas urbanas, que erosionarán la delicada superficie marina y terrestre del estero, donde habitan los autóctonos mangles rojos, negros y blancos.
En el puesto número siete, informamos la tala ilegal de 22 árboles de molle con más de 30 años de antigüedad en la ciudad de Cajamarca (Perú), para efectuar la obra de pavimentación urbana en la prolongación Tayabamba, por lo que los trabajadores del Consorcio Cruz de Jarromayo usaron motosierras para asesinar a las hermosas plantas de molle, que son un símbolo de la cultura ancestral de Perú, ya que por siglos el árbol de molle ha ayudado a la salud de los peruanos, gracias a todas sus propiedades curativas.
En el puesto número seis, denunciamos la contaminación de la Bahía de Cárdenas en la Provincia Matanzas de Cuba. Más de 20.000 litros de agua residual de lastre derramada por un tanque en desuso, ubicado en el histórico litoral cardenense, terminó ensuciando la mencionada bahía cubana, y aunque las autoridades ambientales vertieron tierra para aplacar la expansión de la sustancia líquida tóxica, la realidad, es que Bahía de Cárdenas sigue sufriendo las continuas fugas petroleras, el incremento de las aguas residuales y la sobreexplotación pesquera.
En el puesto número cinco, resalta la incineración de 2 millones de abejas protegidas en el Municipio Nahuatzen, estado de Michoacán (México). El fuego del incendio intencionalmente provocado en el predio de mujeres apicultoras mexicanas, ocurrió el Día Internacional de las Abejas, lo cual demuestra la perversión humana de aprovechar un día de fiesta por la diversidad biológica, para quemar a millones de abejas que son insectos de gran ayuda en la vida agrícola de la Tierra, pues polinizan y fomentan la reproducción de plantas, que todos necesitamos para el buen vivir.
En el puesto número cuatro, visualizamos los 1000 litros de hidrocarburos tipo combustible diesel, que fueron derramados en las aguas de la Bahía de Puerto Chacabuco, Región de Aysén (Chile). El delito ambiental fue producido por el Buque Factoría Cabo de Hornos. Los 300 pescadores artesanales sufren las consecuencias de la fuga petrolera ocasionada en la bahía chilena, ya que no pueden pescar en condiciones insalubres, ni tampoco pueden llevar sustento a sus familias, debido a la emergencia sanitaria en Puerto Chacabuco.
En el puesto número tres, señalamos el derrame petrolero que se extendió casi 400 kilómetros cuadrados, por una explosión en la plataforma marina Akal-B del Complejo petrolero Cantarell, en la Sonda de Campeche (México). Aunque el desastre ambiental se ha convertido en contienda política gubernamental, debido a la eterna culpabilidad de la empresa petrolera mexicana Pemex, la verdad, es que el colosal Golfo de México anualmente sufre varios derrames petroleros, que destruyen y siguen socavando el hábitat natural de 1500 especies de animales coexistentes en sus aguas.
En el puesto número dos, subrayamos los 9000 árboles ilegalmente talados en la Vereda Ayacucho, municipio San Cayetano de Colombia. La apertura de una vía terrestre clandestina usando maquinaria pesada en cinco kilómetros de distancia, que permitiría llegar hasta una mina de carbón, generó un terrible delito ambiental en el Norte de Santander, ya que se destruyó parte del bosque seco tropical ubicado en el sector Pozo Azul, sin importar que dicho sector es Distrito Regional de Manejo Integrado en Colombia.
En el puesto número uno, denunciamos la mortandad de 50 toneladas de peces en el Río Piracicaba del sureste de Brasil, tras el vertido de residuos industriales por una planta de azúcar y etanol, que asesinó a los peces en el estado carioca de São Paulo. La mortandad marina atravesó el Área de Protección Ambiental Tanquã-Rio Piracicaba, acrecentando la gravedad del ecocidio.
Con el uso de hidrotractores acuáticos, embarcaciones areneras y retroexcavadoras, se intentó recoger la sangrienta alfombra marina de cadáveres, que incluyó a peces de la especie dorado, mandi'i y curimbatá, que flotaban asfixiados en el Río Piracicaba, conocido regionalmente como "el mini pantanal paulista".
Mientras que la Compañía Ambiental del estado de São Paulo, autoridad ambiental competente en dicho estado, consideró la mortandad de peces del 2024, como la peor tragedia ambiental ocurrida en las aguas del polucionado Río brasileño Piracicaba.
Aunque esa afirmación fue hecha en julio por la Compañía Ambiental del estado de São Paulo, sabemos que en noviembre del mismo año 2024, ocurrió una nueva mortandad de peces en el Río Piracicaba por malas prácticas industriales humanas, generando un constante foco de contaminación para lugareños, y principalmente para los pescadores cercanos al sucio río, que perdieron sus actividades de subsistencia por culpa de la insensatez empresarial.
No solo los peces y los pescadores sufren las consecuencias de la contaminación en el río Piracicaba, ya que especies autóctonas de aves como el Gubernetes yetapa, mejor conocido como pájaro tijera de pantano, también ha sufrido la podredumbre de 50 toneladas de peces muertos, lo cual perjudica su alimentación, su ciclo de reproducción, y su capacidad de sobrevivir a incidentes industriales.
Recorrimos la hermosa geografía de América Latina, y sufrimos el dolor de una cicatriz en Abya Yala, que arde con la sal enrojecida del planeta Tierra.
Es imposible soñar con la sustentabilidad de un Mundo claramente insostenible.
Vimos que el capitalismo salvaje compra las mejores licencias ambientales, compra el silencio de los corruptos entes gubernamentales, y compra la desenfrenada barbarie genocida que impera en el siglo XXI.
Usted y yo conocemos muchísimos más ecocidios perpetrados en el año 2024, pero si nos quedamos callados y no denunciamos los problemas ambientales de nuestras comunidades, pues estaremos siendo cómplices de las corporaciones nacionales y extranjeras, que se dedican a polucionar los territorios latinoamericanos que habitamos a diario.
Con el poder de las redes sociales en nuestras manos, ya NO hay excusas para evadir el compromiso ecológico a favor del planeta. Denunciemos los delitos en Facebook, en Instagram, en Reddit y en WhatsApp. Utilicemos las herramientas tecnológicas para el bienestar del Medio Ambiente, olvidando la eterna indiferencia y despertando una nueva conciencia.
De enero a diciembre y de lunes a domingo, la Madre Tierra exige respeto, amor y voluntad de cambio en los Seres Humanos, para convertir la amarga pesadilla ambiental del año 2024, en una luz de esperanza positiva que ilumine los caminos del 2025.