En primer lugar debo agradecer a los administradores de Aporrea.org la oportunidad que me han dado y a muchos otros aporreadores para expresar nuestras opiniones, ideas, propuestas, quejas y reclamos.
Algunas veces me pregunto qué me impulsa a garabatear algunas cuartillas para ser publicadas en ese importante medio. ¿Para recibir felicitaciones? ¿Para vanagloriarme de mis escritos? ¿Para hacerme conocer? ¿Para obtener alguna prebenda?
Creo que en algunas veces lo hago para desahogarme. También creo que cuando se realiza esta actividad es hacer patria ya que me anima aportar algo para el engrandecimiento de mi país y el fortalecimiento de la sociedad que estamos forjando.
Por ejemplo, se siente satisfacción cuando se sabe que alguien recibió el mensaje de detener a Obama en su obsesión de iniciar una Guerra Nuclear o cuando se alerta el deterioro del sistema ecológico y con ello la destrucción del planeta Tierra. Con ello se contribuye a crear conciencia y que tal vez ese pequeño aporte sirva para sumarse a otros y se desencadenen enmiendas para no continuar con esos planes destructivos de la humanidad.
En algunas oportunidades mis escritos han sido dirigidos a remitentes específicos y ni siquiera por elemental cortesía o mínima demostración de educación se han dignado a responder.
Especialmente me refiero en las ocasiones que he aludido a situaciones que competen a organismos públicos puesto que los funcionarios responsables deberían dar respuesta o al menos darse por enterados de la comunicación.
Esta misma inquietud la he visto en varios artículos publicados en este medio. Tal es el caso del escrito por Eduardo Palacios Sevillano titulado “Si nuestras autoridades de los Gobiernos, y del PSUV, hubiesen leído Aporrea”, asimismo el escrito por Alberto Morán titulado “Si Chávez leyera Aporrea no lo engañaran tanto” y algunos otros autores han tratado este tema.
En casi todas las instituciones del Estado encontramos en su estructura órganos de Relaciones Institucionales, de Relaciones Pública, de Prensa, etc. Y que por supuesto una de sus funciones elementales es la comunicación. Como todo profesional de esa especialidad sabe que la comunicación no se circunscribe solamente a emitir informaciones u opiniones, sino que también se ocupa de recibirlas, tramitarlas ante quien corresponda y dar respuesta oportuna.
Pero el caso es que en algunas instituciones tienen contratadas empresas privadas de publicidad para la lectura de las informaciones que les competen y estas luego se las envían resumidas. Se debe tener presente que la Asociación Nacional de Anunciantes (ANDA), es la organización que asocia a las empresas publicitarias y es un músculo de la oposición reaccionaria al proceso revolucionario bolivariano.
Si además de esta circunstancia, insólitamente, se encuentran en el aparato informativo del Estado personas desafectas y furiosamente adversarias al movimiento revolucionario, entonces es de esperarse que sucedan situaciones como esta que estamos criticando.
Infinidad de veces hemos escuchado al Presidente Chávez quejarse por la deficiencia de la información de las obras del gobierno y ruega, implora, regaña para que sean más diligentes en esa función tanto a sus subalternos en la administración pública, como a los funcionarios electos por el voto del pueblo chavista.
Voy a dar como ejemplo el caso de la situación de la inseguridad, tema que la oposición ha tomado como bandera para desacreditar la labor del gobierno en miras al próximo proceso electoral. En Puerto Cabello, el actual alcalde, Rafael Lacava creó hace poco tiempo la Policía Municipal y la comunidad porteña ha palpado como ha disminuido la delincuencia en la ciudad. No puedo dar cifras porque no se han dado a conocer, pero hay dos indicadores que así lo evidencian: uno de ellos son las páginas de sucesos del periódico local “Diario la Costa”, que como todo medio comunicacional afiliado al Bloque de Prensa Venezolano, resalta o exagera las noticias que puedan dañar la imagen del proceso revolucionario, pues bien, en los últimos tiempos estas páginas la nutren con noticias de otras regiones del país o del extranjero o si no con informaciones banales como es el caso de publicar que una señora se quedó encerrada en el ascensor, y esto es debido a la escasez de hechos delictivos en la localidad.
El otro testimonio lo damos los que somos vecinos del barrio “Rancho Chico”, que estaba catalogado como zona roja debido a que allí en los últimos años estaba desatada el hampa, ya que ahora no estamos con el riesgo de recibir algún disparo por los tiroteos que a diario se presentaban e, igualmente, no se ven los buhoneros de drogas y sus clientes que pululaban en la calle Plaza de esa barriada.
Como es de conocimiento público, Carabobo es uno de los estados como mayor índice delictivo. Me parece necesario que las autoridades municipales de Puerto Cabello resalten, divulguen por todos los medios este logro, que como es lógico, no se puede afirmar que se ha erradicado totalmente la delincuencia pero si se ha avanzado notoriamente.
No se puede esperar que el Presidente Chávez sea el único divulgador de las obras y actividades del gobierno, ni tampoco que él pueda darle seguimiento a todas las disposiciones que emite.
Recientemente se encontraba el Profesor Francisco Rivero en el programa de televisión “Dando y Dando” y el Presidente Chávez desde el Palacio de Miraflores intervino telefónicamente y le pregunto porqué se había suspendido la transmisión de su programa, que además a él le parecía muy interesante, y con mucha delicadeza sugirió que se reanudara su emisión. El profesor Rivero le informó que esa había sido una decisión de la directiva del canal y le dijo su disposición a continuar con el programa. Aparentemente los directivos del canal del Estado se hicieron los oídos sordos y no acataron estas instrucciones.
Si eso sucede con el Presidente, qué podemos esperar los que somos simples ciudadanos que no tenemos autoridad para dar órdenes a ningún funcionario, pero ellos si tienen el deber de escuchar y dar respuestas a los planteamientos que se les hacen.
Otra vez haciendo el papel de “manager de tribuna” le recomiendo al Ministro de Comunicación e Información que al menos disponga, piense, instaure algún mecanismo que sirva para atender a las personas que publican en los medios de comunicación alternativos como es “Aporrea”, recuérdese que en su mayoría somos seguidores y protagonistas de este proceso, y que lo hacemos para contribuir con su perfeccionamiento.
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