Jesús Romero Anselmi fue
un destacado periodista, profesional, ético, objetivo y revolucionario, a
quién le estaré agradecido toda la vida por su espíritu periodístico,
por sus enseñanzas y reflexiones. Recuerdo que parte de mi formación
política y conciencia social se lo debo a él al escuchar por más de un
año aquel programa radial ¡Rompiendo Fuentes! del que aprendí tanto.
Después dirigiendo en su momento el Canal 8 y su protagonismo en el
rescate de la planta del canal del Estado VTV en aquellos aciagos días
del golpe de Estado. Sé que por motivos de salud él salió como director y muy pocas
veces se le escuchó en algunos programas, después un rotundo silencio,
esa voz tan necesaria en estos tiempos donde la profesión periodística
ha sido tan arrastrada a la locura y la mentira.
Se nos va un profesional, humanista y revolucionario más. Un hombre
que deja un profundo vacío en la nación, especialmente en el mundo periodístico, quien será necesario escucharlo a través de sus programas,
videos y leer sus notas. Gloria para el periodismo venezolano, quien
fundamentó su ejercicio como periodista en la ética, la seriedad; lo
contrario al periodismo de cloaca que los sectores comerciales y de la
derecha manifiestan hoy denigrando esta profesión tan hermosa, libre y
profunda como es el ejercicio de la información, el reportaje y la
noticia.
Chucho se nos fue, no lo volvimos a ver ni escuchar por mucho
tiempo, siempre me pregunté dónde estaba, por qué tanto silencio. Ojalá
que así como muchos lo olvidaron en vida no lo olviden en ida. Chucho,
como bien le llamaban, se fue, pero su legado queda entre nosotros.
¡Gracias, Chucho!.
"Quiero dar mis últimas fuerzas, quiero morirme trabajando por este proceso" y así fue, Chucho