Cuando hablamos de pobreza y marginalidad, solemos restringirlos a categorías económicas y condiciones materiales de existencia, olvidando con frecuencia la vulnerabilidad sociocultural.
En los países en situación de paz, la guerra de VI generación, se concentra en imponer la ideología y modo de vida capitalista y combatir abierta o solapadamente cualquier sistema socioeconómico alternativo al capitalismo.En la guerra convencional, el ejército y la población se preparan previamente para ella; en la guerra mediática y de IV generación, su impacto es devastador ya que ésta no discrimina edad, sexo o condición social. Su acción es más destructiva en los sectores pobres, “marginales”; es allí cuando los medios entran en los hogares y atacan a una población inadvertida e indefensa; inoculándoles la ideología burguesa y modo de vida capitalista con ¿inocuas? Películas, comiquitas, novelas, series, noticieros, concursos, documentales, etc.
Los medios capitalistas crean fidelidades ideológicas, inducen al consumo superfluo y suprimen el papel de las necesidades como potenciadores de conciencia.La dura realidad nos muestra una mediática capitalista que nos supera en cantidad y calidad; y sus empaques facilitan que los contenidos sean más atractivos y nocivos para la población.
La Revolución Bolivariana debe trasformar esa realidad: ello exige acciones radicales y de calidad, lo más pronto posible.oliva2021@gmail.com
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