El papel de los medios de comunicación venezolanos en el actual proceso revolucionario, es atípico, y servirá como muestra de lo que NO debe hacer un medio de comunicación.
Los medios en Venezuela han usurpado el papel que siempre han tenido los partidos políticos. Los primeros han violentado su código de ética, al sesgar los hechos noticiosos en actitud antipatriótica, conspirando en contra de la Constitución de la República, del Estado de Derecho y agrediendo los hogares del país, promoviendo el odio, el miedo, la angustia, y el pánico en la población.
Las televisoras comerciales, han sido acusadas por el pueblo venezolano de convertirse en instrumentos permanentes de propaganda de una tendencia política, cuyo único objetivo es derrocar al gobierno actual.
Han violado múltiples artículos del Código Civil Penal, de la LOPNA y del Código de Ética periodístico; han incitado a cometer delitos y actos insurreccionales; han alentado a perturbar la paz de funcionarios del Estado y de la Milicia promoviendo cacerolazos.
Además de la campaña permanente de descalificaciones, contra el sector oficialista catalogándolos de (lumpen, hordas, turbas, sin dientes, etc.) y comparaciones despectivas (la "hermosa sociedad civil" vs. "los chavistas" u "oficialistas") que no han dejado de llevar a cabo.
Los medios de comunicación, algunos de ellos antes educadores y acompañantes de nuestros ratos de esparcimiento, se han convertido en opositores del proceso de cambio que se está estableciendo en el país.
La participación, sobre todo de los canales de TV, al poner el medio al uso exclusivo del envenenamiento de la población, la subversión, la manipulación, la propaganda subliminal dirigida a jóvenes y niños, para manipularlos y destruirles la mente. Haciendo propaganda de guerra y utilizando mensajes subliminales prohibidos, incitando a la violencia, odio, resentimiento y miedo.
Las cuñas dirigen su lenguaje e imágenes a los afectos, a la emotividad. Es exceso de información proclive al terror, con expresiones o declaraciones al estilo de “estamos al borde de una guerra civil”, exacerbadas por gestos, palabras e imágenes que refuerzan el mensaje.
Deseamos que ojala! esta actitud, sea revertida en una que ayude más bien a consolidar la paz, la justicia, la fraternidad, el amor y el respeto mutuo, como debe ser, en nuestra Patria, ahora con una esperanza profunda en este proceso revolucionario.
joseamesty1@gmail.com