La Guerrilla Comunicacional en Anzoátegui

Los medios de comunicación se han convertido prácticamente en una de las pocas maneras que tiene la oposición de entrar en contacto con los venezolanos y venezolanas. Este espacio que le facilitan los dueños de los medios y las redes sociales de Internet son sus pateaderos básicos y por esta razón, toma sentido la propuesta de guerrilla comunicacional puesta andar por la revolución. Esta lucha de guerrilla comunicacional no es distinta al desarrollo de otra lucha. No se gana una batalla o una guerra porque se tenga más soldados en ella o porque se disponga de más recursos. Estos recursos –Soldados y financiamiento- son importantes, pero lo fundamental y básico en esto para producir las victorias que se desean, es la organización, que entre otras cosas conduce como segundo aspecto relevante de ese proceso, el fijar objetivos claros, entendidos y compartidos por toda la tropa. Una cantidad de individuos por más ganas de trabajar que tengan, nunca serán muchos sino disponen de una organización y unos objetivos. Si no dispone de esto, es exactamente como una capilla sin un santo.

En una guerra y más si esta es de guerrilla y de IV generación, los soldados no deben movilizarse sobre motivaciones personales e individuales. Su movilización requiere de comandos que fijen pautas y procuren objetivos pequeños y estratégicos en el marco del objetivo mayor de esa confrontación. En esto, por lo que he podido apreciar y analizar; la guerrilla comunicacional en Anzoátegui confronta una gran falla, claro no dispongo de muchos elementos para producir un juicio bien fundamentado pero por lo que he podido investigar, hay un esfuerzo que no está usándose organizadamente porque los soldados (twiteros en este caso) casi que se movilizan con independencia aunque hayan uniformidad en los mensajes. El mensaje o los mensajes son nuestras bombas, pero los objetivos determinan la calidad, direccionalidad, la cantidad y la frecuencia de esos mensajes

Además de los requisitos expuestos anteriormente, para el desarrollo de esta especie de guerra de guerrilla comunicacional, es necesario disponer de un “cuartel general” dotado de tecnología, que no es sinónimo de 10 ó 15 laptops o computadores dispuestas en una llamada sala de batalla que no pasa de ser una oficina con algunos equipos y utilizándose más o menos a un cuarto de su capacidad. Un cuartel de este tipo en un momento de guerra de guerrilla y de IV generación, no es o no debe ser una instalación; sugiero que en vez de eso, pensemos en personas planificando y organizando desde cualquier punto del estado los bombardeos y dirigiéndolos en función de los objetivos y de un adecuado reconocimiento del territorio.

¿Cómo veo la guerra de guerrilla comunicacional en Anzoátegui?

La idea que se me viene a la mente para expresar lo contrario a lo que he venido expresando, es que esta guerra comunicacional de guerrilla la estamos conduciendo con una cantidad importante y valiosa de personas agrupadas, no organizadas y tirando piedra. No digo con ello, que nuestros contrarios lo hacen mejor que nosotros, pero creo que en toda esta guerra, ellos cuentan con más poder –más medios- que le permiten institucionalizar matrices y todo esto es una gran ventaja.

Por razones de espacio y para no hacer muy largo esta observación-análisis, creo que es importante tomar unas referencias para fundamentar este juicio. Son visibles en el estado Anzoátegui por lo menos tres cuentas twitter que sirven para conducir esta guerra. Están las cuentas identificada como @GobAnzoategui, @PSUV_Anz y @psuvanzoategui. Existen otras como @AnzoateguiJPSUV, pero para ir al fondo del asunto, una de las primeras cosas que resalta en este análisis es la existencia de dos cuentas identificadas con el PSUV, que no es lo mismo decir la existencia de dos frentes con mismo objetivo. Son dos frentes contrarios con objetivos contrarios o sin objetivos, creadas para mandar mensajes y los bombardeos son importantes, pero sin los objetivos claros, es posible que los bombardeos se conviertan en acciones pocas eficaces.

Si observamos la cuenta @PSUV_Anz, veremos que sigue a 11 y es seguida por 16. La cuenta @psuvanzoategui, sigue a 21 es seguida por 546 y la @GobAanzoategui para el momento que hice la última visita, tiene 9.313 seguidores y sigue a 74. Si uno “jorunga” estas tres cuentas para ver detalles, se ve que la idea es seguir a otras cuentas como una afiliación o un cuadre y lo seguidores no siguen, ven mensajes. La situación identificada como “siguiendo”, no es tenida y organizada como un recurso-oportunidad para armar y complementar una estrategia comunicacional y el elemento complementario “seguidores”, no es un momento para encontrar en estas cuentas una razón o apoyo para que los soldados –twiteros- se mueven como soldados por su respectivo territorio en procura de lograr un objetivo, que no debe ser escribir o enviar twitter.

En esta guerra de IV generación no es un objetivo decir cosas; el objetivo más bien es: cómo, por qué y a quién enviarle los mensajes. Para no hacer este artículo muy largo, permítame detenerme en el elemento “siguiendo” y veamos que de interesantes hay en este elemento.

Se entiende que nuestro objetivo debe ser una guerra de guerrilla en el estado Anzoátegui. Claro no hay porque perder de vista lo nacional, pero las peleas y las escaramuzas son aquí. Esto sugiere que las cuentas que son vistas como los comandos principales -GobAanzoategui, @PSUV-Anz y @psuvanzoategui- deben seguir y estudiar los sujetos o cuentas contrarias que son más responsables de los mensajes que cuadra la oposición. Eso indica una elemental lógica pero no es así; estas cuentas tienen unos “seguidos” que nos colocan en una guerra casi sin dirección.

Veamos la cuenta @GobAnzoategui. Sigue a 74 cuentas; 47% corresponde a personas ubicadas fuera de Anzoátegui y vinculadas con el PSUV nacional, 19% son locales (funcionarios/directores), 16% cuentas de medios de comunicación nacional, medios locales 1%, medios internacionales 1%, Cuentas de figuras fuera del territorio 8% y otras cuentas que no logre identificar procedencia 7%. Este esquema de “seguir” no permite una adecuada comprensión de la territorialidad y una guerra se puede perder por no tener una adecuada comprensión del terreno. Mas del 74% de las personas que se siguen no permiten una comprensión de nuestro terreno.

Si observamos la cuenta @psuvanzoategui, decía que tenía 21 seguidores. El 43% corresponde a cuentas nacionales vinculadas al PSUV Nacional y entes; 33% medios de comunicación nacionales, 14% cuentas internacionales y 10% corresponden a cuentas locales. Si asociamos esta cuenta con la figura de un comandante, determinaremos que este comandante -@psuvanzoategui- ve otro territorio. La cuenta @PSUV-Anz sigue a 11 y de ese total; 46% corresponde a cuentas nacionales, 27% a medios de comunicación nacionales, 18% corresponde a cuentas internacionales y 9% a una cuenta local. Otro comandante que no tiene un paneo de su territorio. No se gana una guerra sin un estudio del terreno.

Si esto esta así, puede suponerse sin mucho sacrificio mental estos puntos débiles: 1) La organización no existe. 2) Se falla en el estudio y seguimientos de los sujetos más activos territorialmente. 3) Las reuniones serán de vez en cuando, grandes asambleas y con monólogos porque en cada cuenta los comandantes andan volando lejos. 4) Los comandantes no disponen de unos cuadros –oficiales- más cerca de la tropa que permita darle direccionalidad. Es posible que hayan unos dedicados más tiempo a la tarea, pero no eso lo que se reclama y 5) Los jefes no  siguen mucho interés de ver a sus soldados. En las cuentas comandos: @GobAanzoategui, @PSUV_Anz y @psuvanazoategui al momento de realizar la última visita, se ve que los soldados o algunos de ellos no son seguidos. Esto es grave, según las orientaciones elementales de cualquiera de las versiones del arte de la guerra

dominguezclaudio15@gmail.com

@ClaudioElcuaco



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Claudio Domínguez


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