Se
me recrimina que en mis escritos le he atribuido tanto poder a la
televisión que “tiendo a negar el poder de la conciencia del pueblo y el
papel que juega actualmente el Ministerio de la Cultura en la
transformación de la sociedad venezolana”
Confieso
que me he sentido apabullado, y pienso en los millones de niños entre 0
y 12 años que se sientan (o los ponen sus padres) a ver un promedio de
entre 3 y 5 horas diarias de televisión, y me pregunto ¿Qué conciencia y
herramientas tienen estos niños para enfrentarse al bombardeo
ideológico?
Es
una lucha desigual, por un lado: uno o varios ministerios llevando a
escala local y/o regional actividades relacionadas a la cultura popular,
tradicional, saberes, defensa del patrimonio histórico.
Y
por otro lado el capitalismo, la sociedad de consumo cuenta con el
mayor ejército del mundo: miles de millones de televisores invadiendo
todos los espacios de los hogares a escala planetaria y en combinación
con el cine, la radio, vallas e Internet, imponen el “deseo” y el
“tener” sobre lo necesario, instalando el “modo de vida americano”,
creando “identidades mundiales” en las poblaciones más jóvenes de las
naciones, en detrimento de las identidades históricas y el insipiente
imaginario socialista del siglo XXI.
!El socialismo se gana o se pierde en la cabeza de los pueblos!
-- !El socialismo se gana o se pierde en la cabeza de los pueblos!
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