Vi y escuché con mucha atención las palabras de Capriles Radonski por Globovisión anunciando que inscribiría su nombre para las elecciones del 14 de abril. Y no me sorprendió, para nada, ni el tenor de su discurso, ni su negativa a permitir que los periodistas – sí es que lo habían en la sala – le formularan preguntas ni mucho menos que las cámaras presentaran una toma abierta del público.
Vi en su frente la cara de una derrota inevitable pese al esfuerzo por mostrarse seguro y victorioso. Es más. En un momento de su discurso, dijo palabras más palabras menos “Nicolás. No te voy a dejar el campo libre. Tendrás que derrotarme en el terreno”.
Dijo también que no hizo caso a los que le dijeron que no se lanzara de nuevo porque se iba a quemar. Y que no lo hacía por él sino por todos. Confieso que esperaba una verdadera pieza oratoria. La vida les da a los hombres y mujeres oportunidades extraordinarias de entrar por la puerta grande a la Historia. Pero. Lamentablemente Radonski no supo aprovechar tan gigantesco escalón. Su discurso fue más de lo mismo Está en la red hace meses.
Es simple imaginar porqué no permitió preguntas y se levantó abruptamente de la mesa? Elemental Mr. Watson. En este momento hay muchos colegas en Caracas de otros países cubriendo las exequias de Chávez, que han visto una realidad muy distinta a la que le habían pintado y él no podía correr el riesgo de preguntas incómodas. Generalmente actos como este de Capriles, se hacen con esa intención. Es decir. Tú hablas, los demás escuchan. Un político inmerso en tan transcendental coyuntura política, cómo lo está él, jamás actúa de esa manera. Jamás escurre el bulto. Los hombres que nacieron para hacer historia jamás eluden el combate. Chávez nunca arrugó.
Y en cuanto a porqué las cámaras no se abrieron para presentar una panorámica del acto fue porque así se planificó. A lo mejor uno de esos periodistas internacionales formulaba una pregunta complicada a Radonski y esa escena no estaba en el libreto. No debía salir en pantalla. La única toma distinta a la de Capriles en la mesa fue cuando se levantó y se dispuso a marchar. Y muy rápida. Súbito “poncharon” a la moderadora.
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