Quiero invitar a los revolucionarios, comunicadores y funcionarios del Gobierno, a reflexionar sobre el golpe empresarial a la verdad, en el contexto de las elecciones del 14 de abril de 2013.
La información es un derecho, no es una gracia ni una dádiva de los empresarios capitalistas que se lucran con ella, callándola o manipulándola.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 58 nos dice: “La comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución…”.
Es bueno recordarles a los empresarios de radio y televisión que “no hay información si no hay verdad, la información no verdadera es una corrupción de la información y, en consecuencia, constituye la más grave vulneración del derecho a la información”.
En Venezuela, en medio de un golpe de Estado que dejó como saldo 9 muertos y más de 70 heridos, los medios empresariales –capitalistas- callaron o manipularon la información, haciéndose parte activa de la felonía y protagonizaron con su silencio informativo, un golpe a la verdad. ¡Un silencio asesino!
Los medios presentan al fascista Capriles –Torquemada moderno- como víctima. Venevisión, Televen y Globovisión se encadenaron cuando Capriles –sin pruebas- cantó fraude y llamó a descargar su arrechera en la calle.
Los medios callaron la quema de seres humanos y centros de salud, el fusilamiento de chavistas, asesinato -por arrollamiento- de niños, etc.
Todavía hay quien defiende a estos medios. ¡Basta de impunidad!
Nota: artículo publicado en el Correo del Orinoco
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