Quien iba a pensarlo, a imaginarlo siquiera. Villegas jefe de la comunicación del gobierno bolivariano y Villegas director de la principal voz de la oposición venezolana.
Wladimir Villegas, el hermano mayor del Ministro Ernesto es el nuevo director de GLOBOVISION. No tengo ninguna información de la razón en la escogencia de Wladimir, ni la más remota información. Mejor así, porque me permite invocar a la hermandad de ambos hermanos para forzar a la responsabilidad de buscar un camino hacia en entendimiento y la reeducaciuon del país.
Uso la palabra reeducación en lugar de reconciliación, ya que a mi modo de ver las cosas nunca hemos estado conciliados sino mal educados. De mi lado, los chavistas, hay demasiadas personas que no comprenden al socialismo, y de aquel lado, la oposición antichavista, muchos no saben ni comprenden ni entienden que es el capitalismo. Así que eso de reconocer al otro, a mí no me causa ternura o reflexión, el otro existe, está allí, puedo verlo, escucharlo, tocarlo y hasta olerlo, lo que no hacemos o intentamos hacer es comprenderlo o interpretarlo.
Wladimir y Ernesto son hermanos, familia, hijos de un admirado y consecuente comunista. Wladimir Lennin, y Ernesto Che, solo en los nombres puestos a los hijos se puede intuir el convencimiento comunista del negro Cruz Villegas, así que, hoy cuando la patria está amenazada, descaradamente amenazada, por los poderes facticos de Estados Unidos de América, los hermanos Villegas deben asumir esta vuelta que ha dado el destino para convertirse en el símbolo de la verdadera hermandad que debe prevalecer entre venezolanos. Ni Wladimir ni Ernesto quieren una patria sometida ni mucho menos invadida o colonizada. Así que la reeducacion política del pueblo es demasiado importante, necesaria y vital.
Si alguien quiere ser capitalista y cree que eso es la panacea, pues que lo sea, y hasta el extremo si lo desea. El tiempo y las circunstancias sociales y hasta ambientales le demostraran lo inviable e inhumano de ese sistema. Y si se asume como socialista, séalo de verdad. Comparta lo que tiene, piense en colectivo, apoye las causas comunes y por sobre todo, produzca bienes y servicios por y para el bienestar de la sociedad a la cual pertenece. Pero lo que no se puede aceptar, de ningún bando, es ser antipatriota, o antivenezolano o, peor aún, traidor a la patria.
La amenaza es seria y real. Espejos para vernos sobran a nivel internacional, hoy día y en el pasado. Es demasiado irresponsable negarlos o banalizarlos. Venezuela es un manjar demasiado suculento, y un ejemplo de independencia y liderazgo demasiado evidente e imitable. Así que la hermandad debe hacernos razonar para, no solo coexistir, sino también para sobrevivir como nación.
Los ejemplos de hermanos de sangre con activismo en la política nacional y con posturas diferentes sobran, bastaría con hacer memoria, pero, en esta ocasión, la trascendencia del cargo que ocupan, su formación política de izquierda, y su formación académica como Licenciados en Comunicación Social, antes que periodismo, los obliga a entenderse.
Mi posición es clara, Globovisión debe, razonar, y abandonar esa postura soberbia, arrogante e intransigente, que con la exacerbación de la polémica busca ganar y mantener audiencia, y nuestro gobierno chavista debe limitarse a gobernar e informar la acción de gobierno como estrategia para sumar voluntades y convencer de que el camino trazado no es capricho sino lógico.
En términos comunicacionales, lo que hasta hoy he visto es que Globovision ha utilizado la polémica forzada y el comentario extremista para generar opinión adversa al gobierno, y ganar adeptos. Adeptos que se han convertido en adictos, con un saldo lamentable de enfermos de odio crónico.
Mi gobierno Chavista, ha tenido que recurrir al humor, la burla y la caricaturización del adversario, para banalizarlo, desmovilizarlo y hasta desarmarlo. Con un saldo de fanatismo muy importante, y a veces fanatismo irracional.
La reeducacion en los valores de la venezolanidad, del amor a lo propio, del respeto a lo nuestro, de la preeminencia de la conciencia en la necesidad de la unidad para producir lo que necesitamos, para criticar sin ofender, para evaluar con propósito correctivo y no calificativo. De eso se trata, de diferenciar entre capitalismo, socialismo y democracia pero en unificar en cuanto al concepto de patria.
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