Había decidido escribir un artículo cada semana pero como lei el último artículo del camarada Antonio Aponte, no puedo perder la oportunidad de hacer un comentario sobre el mismo. Primero que nada quiero decirle al camarada Aponte que me ha decepcionado profundamente. Tanto tiempo alertandonos sobre los peligros que corre la revolución por culpa de las desviaciones ideológicas, de la endemica corrupción, de la enfermiza burocracia, de la incultura socialista del funcionario al cual solo le importa mantenerse en cargo a costa de lo que sea y de las tantas enfermedades sociales que padece el proceso, ¿Todo eso para qué? Para que nos venga a decir ahora que en las actuales condiciones (¿Cuales?) de la revolución lo mejor es callar.
¡Carajo camarada Aponte! Así estará la cosa tan jodida dentro del gobierno que usted ha decidido callar y de paso nos aconseja hacer lo mismo a todos nosotros. Por que no hay que ser muy inteligente para deducir que esto es así. ¿Será que usted quiere callar para contribuir a silenciar el desmadre que hay dentro del Partido Social democráta de Venezuela, perdón, quise decir PESUV. O, para que no se sepa el meollo de los acuerdos llegados con la derecha. O, para que no se siga hablando del audio que le costó a Mario su salida de VTV, O, para que no busquemos el queso podrido que esta dentro de los acuerdos en que llegó el gobierno con los mafiosos que compraron a Globovisión. O, para que la iglesia les de sus bendiciones a tantos fariseos e hipócritas vestidos de rojo cardenal y otras tantas vainas más que usted nos pide que callemos.
¡Coño! camarada Aponte, usted era uno de los pocos oásis del conocimiento socialista que existía dentro de ese desierto revolucionarios en donde uno podía ir a tomar agua con la seguridad de no caer en el pantano de la desviación. Usted, era una ánfora llena de sabiduría. revolucionaria. Una biblioteca ambulante donde uno se llenaba de conocimientos socialistas. En fin camarada Aponte usted era (despúes de Chávez) el hombre en cual más se podía confiar y el hombre en cual más se podía aprender en el difícil camino que decidimos emprender hace varios años.
¿Todo para qué camarada Aponte? Usted con su llamado a callar, está deshaciendo con los pies todo lo que le costó hacer atravez de tantos años de luchas y batallas contra el asesino y oneroso sistema capitalista con el fin de llevar a nuestra patria por el sendero del camino socialista humanista y liberador.
Me pregunto, ¿Que habrá pasado que de la noche a la mañana usted decide de la noche a la mañana echar su reputación y credibilidad a ese inmundo basurero en que se ha convertido la política venezolana de este tiempo? Si, apenas hace unos día usted escribió una carta en Aporrea dirigida al presidente donde usted le decía que el socialismo no se puede construir con las armas melladas del capitalismo y otras cosas más. Entonces, ¿Por qué de repente usted se quiere callar? El porque estoy seguro que usted no lo va a decir, pero yo si lo diré. A usted camarada Aponte, lo mandaron a callar y usted aceptó callarse.
Pero no nos pida a nosotros que nos callemos. Usted no puede pedirnos tal cosa porque nosotros aprendimos mucho de usted. Entre ellas la irreverencia y la lealtad las cuales fueron siempre su consigna. Yo por lo menos camarada Aponte, no he perdido ninguna de las dos.
Si usted ha decidido ahorcase políticamente es asunto suyo. Pero, ¿A partir de estos momentos, ¿Quien podrá creer en usted? ¿Cómo se podrá creer en alguien que decidió callar lo que todos necesitamos saber? ¿Cómo confiar nuevamente en usted si sus próximos artículos vendrán escritos con una pluma dirigida desde Miraflores?
Esto que usted está haciendo ha sido (después de la muerte física de Chávez) el golpe mas duro que ha recibido la revolución. Se nos fue Chávez y ahora senos va su irreverencia. ¡Quien lo iba a creer! Carajo! camarada Aponte, usted era una fuente de inspiración para mí. Usted era como un guía. Un padre al cual acudir en busca del conocimiento socialista y de la verdad. Usted camarada Aponte me ha decepcionado.
Ahora de verdad pienso que la revolución está pérdida, que ya no hay nada que hacer. Yo no lo lamento por usted, sino por el comandante Chávez, quien por cierto aunque muchas veces no estaba de acuerdo con lo que usted escribía en su columna "Un Grano de Maíz" nunca lo mandó a callar como usted nos está mandando callar a nosotros.
Es una verdadera lástima. Por las causas que sean, los buenos revolucionarios se están quedando en el camino y los malos están aflorando por todas partes. Ojalá usted pueda dormir tranquilo si es que su conciencia lo deja.