El Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (SIBCI) es el ente
creado bajo la gestión del Ministro Ernesto Villegas, para reemplazar al
Sistema Nacional de Medios Públicos, a fin de lograr una gestión eficiente
en materia de comunicación e información. Sería bueno saber, a estas
alturas, si tal gestión eficiente es una realidad o una fantasía.
Como se sabe, cada medio televisivo o radial que pertenece al SIBCI tiene
una programación ya definida, y la lleva adelante día tras día. Sin
embargo, es muy frecuente observar la interrupción de programas de mucho
interés, que están siendo transmitidos en un momento determinado por
algunas radios o televisoras estatales, sin tomar en cuenta la importancia
comunicacional e informativa de lo que se está transmitiendo, para pasar a
transmitir cualquier acto de gobierno o evento político-partidista que
surge repentinamente.
Es el caso, por ejemplo, de la interrupción del programa “Palestina: 11
mil años de historia”, que se estaba transmitiendo por la Radio del Sur,
el domingo 16 de junio, en horario de 9:00 p.m. a 10:00 p.m., para pasar a
transmitir el acto musical que estaba ofreciendo en ese momento el
cantante Charly García, en la Plaza Diego Ibarra de Caracas. El programa
fue interrumpido en dos oportunidades, para dejar escuchar una suerte de
ruido estridente que emanaba del concierto en vivo. Total que al final el
programa sobre Palestina no se terminó de transmitir.
En dicho programa estaba siendo entrevistado un clérigo musulmán, de
hablar argentino, que estudió y reside en Irán. Entre los aspectos
interesantes que estaba comentando este clérigo, es que en Irán, un país
donde no hay ni bares ni casinos, los jóvenes se dedican a temprana edad
al cultivo de la religión, las artes y las ciencias, lo que explica el
gran desarrollo que la sociedad iraní ha venido alcanzando, por lo que a
los 25 años, un joven iraní es ya un sabio o un científico. Con razón que
los científicos nucleares cuyo asesinato se le atribuye al servicio
secreto de Israel, apenas si llegaban a los 30 años. Pero bueno, ese
relato interesante no importaba, había que pasar el suiche del SIBCI para
encadenarse a un acto de mayor relevancia desde el punto de vista
comunicacional e informativo.