Ponencia para el Congreso Internacional de ANROS[1]
Está naciendo un cambio de época en los Movimientos Sociales de todo el planeta que los llama a convertirse en usinas de información emancipadora. Los Movimientos Sociales están llamados a generar la Revolución Informativa que necesitamos y nos urge una Agenda Internacional Informativa para combatir al Terrorismo Mediático. Uno de los grandes remedios contra las máquinas de mentiras burguesas está en manos de los Movimientos Sociales que comienzan a asumirse, también, como informadores populares. La lucha de clases como motor de la información.
Hay una energía nueva en los Movimientos Sociales que es producto de comprender la realidad histórica que aqueja al planeta y es producto de comprender, también, la crisis de dirección revolucionaria que hemos venido padeciendo. Por eso está en las manos de los Movimientos Sociales generar un gran aporte histórico muy alentador con un modelo nuevo de producción y distribución social de la información que, hasta hoy, parecía imposible después de muchas decepciones, desencantos y ataques de la burguesía contra el pensamiento independiente.
El papel de los Movimientos Sociales en materia de Comunicación Revolucionaria es crucial para vencer las mentiras mass media, y una movilización planetaria desde los Movimientos Sociales podría romper los cercos de las mentiras impuestas por el capitalismo. Está claro que cada día es más necesario ganar la batalla comunicacional emancipadora que tenga profundidad y extensión social porque los seres humanos estamos hechos, también, con comunicación e información. Es necesario que los Movimientos Sociales emprendan las tareas de producir información con inteligencia creativa y lucidez sobre la historia. Estamos en un momento de autocrítica expansiva en que los Movimientos Sociales se abren a una etapa nueva que ha aprendido de errores anteriores y se resiste a tirar a la basura décadas de aprendizajes en las conquistas obreras y sus organizaciones políticas.
La realidad Histórica de un mundo ahogado en venenos belicistas destilados por las industrias fabricantes de armas, en que el capitalismo se hace más monstruoso y macabro a cada día, provoca sentimientos y análisis renovados por la esperanza de que las cosas cambien. Eso hace indispensable producir información en pie de lucha contra las mentiras de las oligarquías y de sus “medios” serviles. Se ve la necesidad de que la producción de información, y su distribución, cambien y para poder informar con la verdad hay que entenderla tal como es. La realidad exige ser vista con honestidad y con método de acción que no puede ser secuestrado por las empresas que mercantilizan la información.
Los Movimientos Sociales transmiten entusiasmo y motivación a las personas y a las sociedades que entienden que tienen un papel que jugar cuando la realidad dice que no hay alternativa; que es preciso organizarse y abandonar prejuicios viejos para salir de las crisis y generar una movilización mundial de la información obediente a la manera nueva que debemos desarrollar para contar los hechos como queremos y debemos hacerlo.
Es preciso capacitarse, crear centros dinámicos de formación para la información des-alienada y des-alienante. La información que necesitamos debe ser confiable y consensuada y, además, debe ser ágil y creativa, seductora y movilizadora. Nos equivocamos si no cambiamos la historia de nuestras tareas y no nos adaptamos a las exigencias nuevas que la lucha nos impone. Estamos en una guerra que, también, es de propaganda con episodios en los que las luchas aparentemente menores, suelen ser de gran importancia y eso debe difundirse día a día.
Informar es aprender a organizarse, es aprender a moverse en grupo. Sin información, el movimiento se hace incierto. Esa información basada en ver y estudiar la realidad, desde un marco de intereses que no son los intereses mercantiles sino los intereses sociales, nos pide Informaciones “breves”, “claras”, ricas en verdades y que contienen otras informaciones capaces de elevar la conciencia de todos. La información que producen los pueblos habla un lenguaje sencillo de símbolos muy profundos. Hay que saber leerlos y escribirlos de manera afectiva y efectiva. No sigamos sin un acuerdo de lucha revolucionaria en materia de información y comunicación.
Cada movimiento social y cada persona tienen derecho -y responsabilidad- de informar y ser informantes, tienen responsabilidad y derecho de elegir la información y de crear consensos internacionales y esa materia es tarea tan crucial que se ha vuelto de vida o muerte. En la Guerra de Propaganda que padecemos, local y globalmente, la verdad muere a diario y sólo puede ganar la vida si los Movimientos Sociales, también, se deciden a revolucionar la tarea de producir y distribuir información confiable, oportuna, creativa y movilizante. Insistamos.
Hoy los Movimientos Sociales saben que “autonomía” no es sinónimo de indiferencia. Que no alcanza sólo la “buena voluntad” ni el “pragmatismo”. Que su libertad organizativa y la libertad de acción no autoriza a ser cómplices ingenuos del caos que la burguesía impone. Sobre todo saben que el enemigo de case es el mismo para todos y que no hay reconciliaciones ni connivencias que valgan si cada día el capitalismo nos saquea, nos mata y nos humilla a todos los que sólo contamos con nuestro trabajo para alimentar a nuestra prole. Quienes nada tenemos que perder. Y, fundamentalmente, saben los Movimientos Sociales que quedarse de brazos cruzados condena a sus luchas, y las de todos, a ahogarse en los cercos mediáticos, en el aislamiento y las canalladas con que la burguesía nos miente y nos criminaliza. Esta es hora magnífica para que los Movimientos Sociales avancen organizados para crear un solo Movimiento Social planetario dispuesto a terminar con el capitalismo -para siempre- y a garantizar que la emancipación norme a la producción de la información y reine la verdad como la nueva estética de nuestro ser socialistas.