Claro que sí. Por supuesto me refiero a tu nuevo programa La Política en el Diván. Muy ingeniosa la ocurrencia, algo novedosa como urgente la necesidad de comunicar a los venezolanos y desmontar las matrices de opinión que se van armando, cual telas de araña, para volvernos disociados, o como tu decías anoche, eliminar las capacidades que nos confiere el cerebro neocortex y retroactivarnos al cerebro límbico de hace 600 millones de años.
Claro que este programa no es precisamente un examen de fisiología humana, ni de alguna otra materia de la facultad de Medicina donde cursaste. Claro también que no soy experta para opinar sobre este tema de programas televisivos, de análisis, de opinión etc. Pero permíteme: reclamo mi derecho, no como tu profesora que fui hace años (en la época de los dinosaurios), pero sí a interactuar como ciudadana venezolana, que disfruta libremente de una constitución que nos aporta una democracia participativa y protagónica, aunque nunca me verán parada como protagonista de un programa de esos. ¡Espero que mucho menos en el diván!
Estoy segura de que lo puedes hacer mucho mejor. En este tu primer programa hubo aspectos interesantes donde incluyes nociones de clínica mental, presentes en esta ya larga guerra sicológica, que otros presentadores no podrán hacer. De ahí lo novedoso. Además tienes dotes naturales de locutor, docente, presentador, que no cansarán al público. Pero…. ¿Por qué repetirte? Eso definitivamente estuvo demás. Ya en otros programas, La Hojilla, Con el mazo dando, Cayendo y corriendo, le sacaron punta a la "gaffe" de la Solórzano. Ya otros programas toman errores de voceros de la oposición para resaltarlos y enfatizarlos. ¿Por qué no ser tú más original? ¿Por qué no usar tanta materia gris que tienes, neuronas afiladas, entrenadas, estudiadas, para hacer un programa único, interesante, diferente? Un programa que los venezolanos quieran ver y no perderse ni un capítulo. Que esperen con ansia el jueves en la noche, que comenten con amigos, compañeros, vecinos. Que se convierta, por ejemplo, en el programa estrella de la revolución. Ahora, en otra época, otro momento histórico, ¡qué falta hace!
Tú si puedes. Estoy segura de eso. Por ejemplo, sólo sugerencias: ¿por qué no acostar en el diván a personas protagonistas de la actualidad política? Claro, si alguno de ellos tuviese el valor. Sería interesante si Manuel Rosales accediera a ello. Averiguar, ahí sentadito en tu diván ¿Cómo se le ocurre a ese señor buscar fama y protagonismo político cuando todos, todos, inclusos los de la oposición, sabemos que es un corrupto delincuente?. Pero también sentaría a algún opositor, no una figura política, para averiguar ¿por qué es que se lo cree?
Con tu permiso, también se me ocurre que sentaría en el diván, o tal vez primero en las poltronas del lindo diseño (para romper el hielo), a algún venezolano de los que hacen las colas para comprar productos alimenticios hoy casi regalados, subsidiados por el gobierno que está haciendo un esfuerzo enorme (yo sí lo veo), y no obstante despotrican a más no poder repitiendo cual loros la famosa frase hoy de moda: "sigan votando por los chavistas……"
Y para hacerlo diferente, no busques estas personas por las calles, no los saques de sus colas, sólo inventa un sorteo de candidatos voluntarios, que se escogerán de acuerdo a algún parámetro pertinente. Como ocurre en el programa "Quién quiere ser millonario". Voluntarios para mostrar su rabia, su coraje, su soberbia, y que tú, como buen psiquiatra, demostrarás, ahí en público, su enorme y patológica disociación.
Hasta si yo fuera tú, Jorge, me atrevería a poner en el diván a algún personero de Marea Socialista. Déjalos hablar, dales la oportunidad en tu programa, y si debe ser, ellos solitos se caerán, sin argumentos válidos. Si en cambio no, te demostrarán a ti y al público, sus razones, disociadas o no, pero, al menos, ventiladas. ¿Les vamos a tener miedo?
Repito, tú si puedes hacerlo mejor. Estoy segura de que muchas de las exitosísimas campañas del Gobierno Bolivariano, que se han desarrollado en épocas de guerra sicológica, han contado con tu cerebro como lumbrera. Lo cual han reconocido ¡hasta en el mismo Miami! el tal Jaime Bayle.
Pero por favor, decidas lo que decidas, porque el programa es tuyo, no dejes el diván y las poltronas sólo para ocupar espacio o como símbolos. Y… ¡sobre todo! no caigas en lo mismo de otros programas chavistas que ya nos aburren: no los hagas dirigidos para los voceros de la oposición, ni siquiera los nombres, pues luego ellos se ufanan de haber llamado tu atención. En todo caso entrevístalos, hazle sicoanálisis, muéstranos sus miserias humanas, de otra forma diferente, que tendrás que inventar. Como sabía inventar nuestro Chávez. Por cierto, muy bello el cierre del programa con la canción de Silvio Rodríguez y las imágenes de amor en el fondo. ¡Suerte!