Nuestra inocencia quisieron cambiarla por la seguridad de sus enseres… la fueron mordiendo en complicidades ajenas y un torbellino de exigencias externas creyeron moldearla sin tocar la puerta
Como David frente a Goliat, una vez Fidel le dijo al Imperio, con la autoridad que le dan más de 45 años de revolución socialista en una pequeña isla bloqueada a sólo 90 millas del monstruo, “vamos a ver quién tiene más moral”. Hoy la revista Forbes, en una típica jugada de desinformación neoliberal, trata de destruir precisamente la única ventaja que siempre tendrán quienes son más pequeños, los oprimidos de la tierra, los débiles frente a los poderosos. Esta cualidad no se consigue en botica alguna ni se puede fabricar artificialmente y mucho menos improvisar, sencillamente porque no está en venta. Esta es la fuerza moral, la contundencia del ejemplo y la perseverancia, la autoridad de la convicción, la congruencia de toda una vida entre el verbo y la acción, el poner la vida por delante, el propio pellejo como garantía, las ideas como germen.
Salvando las distancias podemos decir que esta misma estrategia es la que se propone Levi Benshimol, presidente de una institución desprestigiada desde hace muchos años como es el Colegio Nacional de Periodistas, cuando pretende descalificar a los profesionales de la red de emisoras comunitarias que existen en Venezuela para justificar su exclusión para ser galardonados en el Premio Nacional de Periodistas. Ellos, en un esfuerzo sin precedentes en todo el continente, han llenado el vacío informativo que las televisoras, emisoras radiales y medios impresos privados y golpistas han creado intencionalmente; empresas de la desinformación a quienes ahora se les pretende premiar, obviando todos los discursos en contra de ellos que originaron jornadas como la aprobación de la Ley de Responsabilidad Social, por ejemplo, o la discusión sobre la disociación psicótica provocada por las llamadas jineteras de los medios, por sólo citar dos eventos de gran impacto en la conciencia colectiva.
Es un momento de verdadera bipolaridad mental, injustificable y vergonzosa, quienes nos representan en el Parlamento o en el alto Ejecutivo, se atrevieron a congraciarse con aquellos que jamás condenaron la más artera violación a la ética del periodismo que se haya hecho en nuestro país, aun cuando era su deber hacerlo; con quienes no sólo firmaron, sino que fueron cómplices por su silencio con todo el complot informativo que se viene fraguando desde las direcciones de los medios televisivos, radiales e impresos contra el pueblo y los logros de la revolución bolivariana, la estabilidad y la paz de la República, el prestigio y la vida del presidente Hugo Chávez Frías, líder de este proceso.
Nuestros medios comunitarios resisten: “Vamos a ver quién tiene más moral”
Radio Libre Negro Primero ha tomado la decisión de no participar en el premio a la comunicación alternativa que se plantea otorgar el mal llamado Colegio Nacional de Periodistas. Los periodistas identificados con el proceso de transformaciones que vive Venezuela deberían ya haberse deslindado desde hace mucho tiempo con un gremio que en la práctica agrupa a muchos de quienes han tenido una conducta mercenaria en su ejercicio “profesional”, vendiendo su ética y su capacidad crítica, yendo en contra de los principios más elementales que definen al periodismo como es la veracidad y el interés colectivo de la noticia.
RLNP, en un documento público, se niega a participar porque lo considera una burla luego de que ellos fueron descalificados como profesionales del periodismo aun cuando no ostenten un título universitario de alguna escuela de comunicación social. Además, las bases de este concurso implican una competencia entre medios comunitarios que han sido compañeros de lucha en la defensa del proceso bolivariano.
“RLNP no se prestará al intento de enfrentarnos (...) pues quienes tienen la autoridad natural para juzgar a sus medios son los Comités de Tierra Urbana, los de Salud, las Mesas de Agua, los Comités de Vivienda, de Cultura, de Deportes, las organizaciones de trabajadores, los Consejos Comunales, los Vencedores, Lanceros y becarios de las Misiones, los cooperativistas y cuanta colectividad natural u organizada exista”.
“El señor Levy Benshimol, haciendo uso de una titularidad gremial sostenida con los mismos subterfugios del fosilizado sindicalerismo adeco y con el mismo cinismo del capo de la Federación de comerciantes de la salud, aprovechó la excelente ocasión de compartir “côte à côte” una rueda de prensa del ministro del ramo, el también periodista Willian Lara, para mostrar con claridad el profundo desprecio por las comunidades populares y sus comunicadores”.
Complejos medievales de los gremios golpistas
Esta prestigiosa emisora comunitaria, galardonada el año pasado por la Alcaldía de Caracas con un reconocimiento por su labor periodística, se asombra cómo, ante las afirmaciones de corte nazifascista del señor Benshimol, no se produjera ninguna expresión de indignación en los presentes, salvo de los representantes de los medios populares que cubrían el evento. Algunas de sus frases fueron: “cualquier persona puede escribir en los diarios, pero para ejercer esta profesión, se requiere tener mucha intelectualidad y dominio de las herramientas tecnológicas, y que por ende exige mayor formación de la persona que quiere ejercer la profesión”, “...para ejercer la profesión de periodista profesional, se requiere preparación, formación, capacitación y formación ciudadana”.
RLNP considera que hay una evidente contradicción entre su exigencia de “preparación, formación, capacitación” para ejercer tal oficio, y sus expresiones inadecuadas para descalificar a los comunicadores populares con las cuales no aprobaría ni el bachillerato, y sugerir que no están formados como ciudadanos. La contundente respuesta dada por este representante de los medios comunitarios aclara que “los corresponsales comunitarios no están obligados por ningún ceremonial de Estado como el ministro lo hizo, para sentarse junto a los enemigos de la Venezuela Bolivariana, con los copartícipes del sanguinario golpe mediático-militar de abril, y los genocidas del golpe petrolero, que se lanzaron a destruir la economía nacional y sometieron a nuestro pueblo a privaciones inauditas y pretenden, aún hoy cuando están físicamente derrotados, lograr la invasión imperial para borrar nuestra civilización nacional”.
Razones del odio a los medios comunitarios
Quienes ganan millones de dólares por distorsionar la imagen de nuestro país y preparar las condiciones psicológicas de nuestra población para recibir una invasión de un imperio en decadencia, “atacan a los medios comunitarios con la calumnia de que ‘son del Gobierno’ o de que ‘son mantenidos por el Gobierno’. La razón de esta frustrada descalificación es su temor a la verdad, su temor al trabajo de hormiga de los medios populares para ayudar a las comunidades, sometidas a siglos de exclusión, (justamente por la clase social, el aparato político y el sistema de manipulación mental colapsado con la cuarta república), a comprender que el actual proceso bolivariano es el primero en la Historia que realmente hará posible un mundo mejor, menos excluyente, más humano”.
“La otra razón del encono contra los medios comunitarios, es la pretensión de ocultar el total dominio que la mediocracia de ultraderecha tiene en nuestro universo comunicacional, patente e indiscutible aun si se sumaran los medios del Estado y los comunitarios, gracias a que además recibe el apoyo de los diez superconsorcios que controlan el mundo”. Encono que se traduce “en una acción muy soterrada de la CIA, a través de criollísimos agentes, que espían, controlan, fichan, tienden hilos de detección de direcciones, captan los números telefónicos de los trabajadores de la comunicación popular y sueltan agentes a actuar como medios alternativos o como ‘productores independientes” para penetrar a este pueblo organizado en emisoras comunitarias, ya que fue sobre su rápida capacidad de respuesta y su labor sostenida que, fundamentalmente, se salvó la Revolución Bolivariana un 13 de abril.
RLNP denuncia a “la antigua burocracia clientelar que no admite críticas sobre acciones erróneas o presuntamente corruptas pues se sienten agredidos por la contraloría social que los medios populares impulsan junto con las comunidades. Sin embargo, mil veces más grave es la masa de disfrazados ‘chavistas’, con piel bermellón de quita y pon, que se han colado en la burocracia con fines exclusivamente crematísticos, conducta que los lleva a un desesperado esfuerzo por escalar posiciones, puesto que más arriba siempre hay más. Los medios comunitarios no se prestan a cohonestar esa situación y esto les trae enemigos, aproximándose la situación a un cerco de hambre, mientras el grueso de las órdenes de publicación del Estado, del Gobierno, van a Últimas Noticias, una parte a Vea y unos renglones especiales a las televisoras golpistas y disociantes, amén de algunas páginas completas de El Nacional”.
“No queda más que concluir que los medios comunitarios, a pesar del cerco de rechazo de la burocracia saboteadora, de la agresión sistemática de la oposición fascista, del espionaje y de la masa de los que tienen ‘la profesión de periodista profesional’ que nos atacan y nos calumnian con ‘mucha intelectualidad’, si llega un segundo 11 de abril pondrán el hombro y la sangre por la Patria Bolivariana, y con su capacidad y coraje conocidos pondrán en contacto a todo el pueblo llano que es el único confiable a la hora de la verdad, para la inevitable tarea de salvar esta Revolución, para dejar en alto el nombre de la República Bolivariana, y poner o reponer o sostener al conductor que el propio pueblo se dio”.
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