Injustamente preso en la peor cárcel de la Tierra, y encarcelado te diagnostican cáncer en estado terminal. Seguramente hay un cielo azulado sonriendo allí afuera, pero aquí adentro nunca hay nadie sonriendo en mi rojizo cielo.
Todos los venezolanos necesitamos evadir la triste realidad que vivimos a diario. Es demasiado salvaje, cruel y áspera, como para reírnos de tanta desgracia que se percibe en las calles del tricolor patrio. Por eso debemos escapar de la violencia social con recuerdos del pasado, que nos permitan soñar con la violencia virtual que jamás olvidaremos en el futuro.
El entretenimiento sin límites que produce la hipótesis del Cristocentrismo, presente en todos los episodios de la comedia televisiva "El Chavo del 8", nos demuestra que el Dios Dinero sigue controlando el todopoderoso televisor a full color, y nos garantiza que su gran mensaje de mediocridad seguirá impregnando a toda la mediocre sociedad venezolana.
En la vecindad del Chavo habían ángeles y demonios, tan ingenuos y tan perversos como los corazones de los venezolanos.
Una sociedad bolivariana ahogada en la estupidez, en la indiferencia y en la corrupción. Siempre resuena el color esperanza para justificar los aires de rebelión capitalista, y nunca resuenan los aires de rebelión capitalista para enjuiciar al socialismo revolucionario.
Pasan los años en la hermosa tierra de Bolívar, y el fruto de la discordia extrapola el clásico proceso de Transculturación, que americaniza la cultura extranjera y destruye la sinfonía autóctona. Sabemos que los culpables de la tragedia existencial están conspirando en alta definición, pero ellos viven y colean con la libertad de nuestros propios ojos.
Por eso los venezolanos siempre gritan, corren, ofenden, cobran, pegan y lloran. Nunca perdonan las deudas del compatriota, pero piden de rodillas la absolución de sus deudas. Ayer no había nadie rezando en el boulevard, pero siguen vendiendo café, cigarrillo, papelón, melcocha, arepa, plátano, chicha y tocineta.
La sagrada comedia mexicana es diversión para toda la familia venezolana, aunque los moretones se marcan y remarcan a puerta cerrada, para regalar al prójimo el mejor rostro de la unión familiar latinoamericana.
Según el canonizado San Juan Pablo II, el espíritu santo simboliza el beso celestial entre un padre y su hijo. Los venezolanos siempre se enorgullecen de las mejores palabras foráneas, y siempre castigan la traición para no ser cómplices de la pedofilia. Las carcajadas son una mochila de sorpresas en tiempos de adviento, y las heridas después de tantos años de papeles bajo el brazo, ya no quieren cicatrizar el saber de una víctima presa en el entretenimiento sin límites.
La agresividad maquillada en los capítulos de El Chavo del 8, refleja la pasividad intelectual de todos los venezolanos. Millones de ciudadanos que se alimentan de la crítica destructiva, y construyen un modo de vida totalmente negativo. De allí, que la naturaleza de la violencia se mide por el nivel de fracaso personal, y se eleva por el nivel de éxito interpersonal alcanzado.
Si la calle me irrespeta, te golpeo, te robo y me aventajo. Tengo una familia para sacarme la presión social, y desquitarme por la presión laboral. Si la calle me respeta, puedo golpearte y robarte por la superioridad moral. Tengo una familia para acumular la presión social, y lavarme las manos con tus sucias manos.
Romperle la boca a un bebé recién nacido a las tres de la tarde, frente a la semilla del Araguaney plantado y bendecido por el mismísimo San Juan Pablo II, durante su visita a la plaza Bolívar del estado Mérida en 1.985, fue una virtuosa hostilidad típica de los hombres cobardes y de las mujeres cobardes.
Los venezolanos no tienen miedo de las leyes, no tienen miedo de los testigos, y no tienen miedo de los tribunales penales.
Decimos ser cristianos a prueba de balas, pero crucificamos y matamos a nuestros pequeños árboles de sangre, a la misma hora de miseria y por el mismo canal rabioso, que sintonizan con recelo todos los panaderos romanos.
Y no te atrevas a denunciarme con los sabuesos del CICPC, porque le pago a un santero para que te haga un trabajito de magia negra, y te convierta en el venezolano más enfermo del Mundo, con tan solo estrangular a una gallina, apuñalar a un gato, y despellejar a una paloma.
¡Dios! Respóndeme: ¿Por qué tanta violencia? ¿Por qué tanta envidia? ¿Por qué tanta ignorancia? No te quedes callado: ¿Por qué tanto dolor en las calles? ¿Por qué tanta injusticia? ¿Por qué tantas lágrimas? Escúchame: ¿Por qué no pude salir de la oscuridad? ¿Por qué el sol se fue sin decir adiós? ¿Por qué me volviste ateo?
Hay mucha tela que cortar detrás de El Chavo del 8, y hay muchísimos telones que hoy no quieren cerrar la Santamaría. Los venezolanos se acostumbraron a vivir felices y sin respuestas, para poder justificar los puñetazos a las esposas, los correazos a los muchachitos, la apatía hacia los abuelos, la hipocresía en las oficinas, el maltrato a las mascotas, el analfabetismo de las cervezas, y el mal de amores en la cama.
No hay duda que los medios de comunicación social privados en Venezuela, han sido los grandes protagonistas del desastre social criollo. Venevisión, RCTV, El Nacional, Televen, LaMega, Canal I, Meridiano, Globovisión. No hay realismo mágico, sin surrealismo farisaico. En cada esquina venezolana se escupen los zapatos y se enciende el fuego de la pereza, del embrutecimiento y de la irracionalidad, gracias a los contenidos audiovisuales que se transmiten a diario en la televisión basura venezolana.
No es casualidad que El Chavo del 8 siga siendo uno de los programas de TV, con mayor audiencia en todo el territorio radioeléctrico de Venezuela. Con sus más de treinta años en la galera televisiva, el humor de Chespirito sigue generando picos de rating para una colectividad venezolana, que no ha podido evolucionar sus neuronas y reinventar su conciencia, debido al adoctrinamiento de masas impuesto por las heces fecales de Venevisión.
Ningún venezolano recicla los desechos sólidos, porque todos están divirtiéndose con las inmortales aventuras del Chavito.
Ningún venezolano practica la eficiencia energética, porque todos están divirtiéndose con el malcriado llanto de la Chilindrina.
Ningún venezolano ahorra el agua potable, porque todos están divirtiéndose con las clásicas tonterías de Kico.
Ningún venezolano lee las páginas de un libro, porque todos están divirtiéndose con las cachetadas de Doña Florinda.
Ningún venezolano alimenta a un perrito de la calle, porque todos están divirtiéndose con la mala suerte de Don Ramón.
Ningún venezolano regala esperanza al minusválido, porque todos están divirtiéndose con los balonazos que recibe el Señor Barriga.
Ningún venezolano recibe la santa eucaristía, porque todos están divirtiéndose con la elocuencia del Profesor Jirafales.
Ningún venezolano sabe qué significa la elocuencia, porque todos están divirtiéndose con los embrujos de Doña Clotilde.
Ningún venezolano hace nada de provecho, porque la basura manda en casa.
La televisión basura es el nido ecológico de los venezolanos. Sexo, reguetón, politiquería, concursos, bombas, corbatas, arlequines, sectas religiosas, goles de chilena, y zorras al desnudo. Hay de todo en la villa del Señor, y todos quieren alabar su consagrado nombre. Apagar el televisor es imposible, porque el silencio obliga a prender con rapidez el aire acondicionado, y el ruido del aire acondicionado obliga a prender de nuevo el televisor.
Es un círculo vicioso muy difícil de romper, porque el Ser Humano es proclive al mal y propenso al pecado. Los adultos venezolanos no tienen problema con pecar una y otra vez, pero la infancia venezolana viene siendo psicológicamente adulterada y masacrada, porque sus padres NO quieren reconocer que las infinitas tardes que malgastaron viendo televisión, fueron cerrando el polvoriento camino de la solidaridad, que ahora bloquea el vil gen de sus nacientes hijos.
Hijos que seguirán viviendo a finales del siglo XX, pese a que el calendario salesiano nos indique el año 3001. Hijos que mientras sigan viendo El Chavo del 8, se seguirán escondiendo en las faldas de sus madres, se seguirán chupando el dedo en las épocas de adversidad, se seguirán partiendo el hocico para resolver los conflictos, se seguirán bañando con agua fresca de tamarindo, se seguirán sorprendiendo con un platillo volador, y se seguirán reproduciendo como los huevos podridos en la mesita de ping pong.
¿Apagar el televisor o cambiar el canal de televisión? El problema es que casi todos los canales venezolanos e internacionales, emulan el mismo contenido basura que recibimos en El Chavo del 8, porque los dueños de los medios saben que la gente asocia el verbo emular, con el animal de cuatro patas llamado mula. Suena tonto afirmarlo, pero así funciona el cerebro dormido de la teleaudiencia global, y mientras se cumpla la máxima comunicacional para lograr el feedback, pues las mulas seguirán emulando las mismas hazañas de sus domadores.
Pero usted NO debe preocuparse por el rebuznar de la televisión basura, ya que nuestra misión periodística es educarte, aleccionarte y respetar tu integridad emocional.
Debes saber que la Tierra es uno de los ocho planetas, que gira alrededor del sol junto a Júpiter, Mercurio, Saturno, Marte, Urano, Neptuno y Venus.
También existen planetas que no pertenecen a nuestro sistema solar dentro de la Vía Láctea, se les conoce con la denominación de "Exoplanetas", ya que orbitan una estrella diferente al sol, y en la actualidad son objeto de la investigación científica mundial, como el exoplaneta KOI-4878.01 que representa un desafío para la habitabilidad humana a través del Universo.
Debes saber que los famosos doce apóstoles mencionados en La Biblia, se llaman Pedro, Juan, Andrés, Santiago el Mayor, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el Menor, Simón el Cananeo, Judas Tadeo y Judas Iscariote.
Si pensamos en Jesucristo siempre lo imaginamos como un hombre tranquilo, pacifista e inofensivo. Pero el hijo de Dios también nos demostró su temperamento violento, cuando convirtió unas cuerdas en un potente látigo que empleó para golpear y expulsar a los mercaderes del Templo, quienes usaban su casa de oración para comerciar monedas, vender palomas y proveer ganado.
Debes saber que cada año se compone de doce meses, que se popularizaron como Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre.
No olvides que un Cenit es la intersección de la vertical de un lugar con la esfera celeste, por encima de la cabeza del observador. Mientras que el Nadir es el punto de la esfera celeste diametralmente opuesto al Cenit, y que también se usa para definir el punto más bajo o la mayor complicación de un proceso.
Quizás las múltiples peripecias del Chavo del 8, sean las soluciones radicales para las travesuras de los venezolanos. Si soy promiscuo y tengo a tres mujeres embarazadas, me oculto dentro de un barril de madera y asunto resuelto. Si vendo droga y me atrapan vendiéndola en el colegio, me invento una escenita de "garrotera" y asunto resuelto. Si conduzco ebrio y atropello a un viejito ciego, les digo a los policías que se me "chispoteó" la prudencia y asunto resuelto.
La salud mental se ve claramente perturbada, cada vez que sintonizamos nocivos programas de televisión como El Chavo del 8.
Es como comer una cotufa sin sal, es como morder un algodón sin azúcar, y es como vomitar sin la palmadita por la espalda.
Tarde o temprano, la vida se encargará de ensuciar tu tiempo muerto, y no podrás creer lo lejos que te perdiste en la vida.
Yo me perdí y resurgí de las cenizas. Las pesadillas me siguen persiguiendo, pero basta con abrir los ojos para despertar del trance. No es fácil abrir los ojos de madrugada, porque dormir es una tremenda adicción involuntaria, pero en la cárcel siempre te obligan a pensar antes de hablar.
El artículo publicado se lo dedico a todos los niños que sobreviven y deambulan en las calles de Venezuela. Ellos sufren un grito de infierno todos los días del año, porque tumbarles los cepillados en la terminal de pasajeros, fue otro melancólico retrato de sus imborrables vidas.