Después de varios días de estar fuera del aire la página virtual de Aporrea, es normal que muchos de los asiduos lectores de la misma, se sientan, incluyéndome yo entre ellos, totalmente confundidos, para bienestar de muchos, y disgustos para unos cuantos, está página se ha convertido en una buena fuente de información, haciendo del conocimiento público diversos temas e informaciones, que otros medios de comunicación omiten, algunos porque pintan al país de las maravillas y otros porque informan de forma apocalíptica, o sea el país del desastre y caos total.
Total que en medio de unos y otros, nos encontramos a Aporrea, que nivela la balanza. Está página no le agrada a los radicales chavistas, pero tampoco le agrada a los radicales de oposición, y Marea Socialista, pues es el pez que mejor nada en esas aguas, el rostro de Nicmer Evans es la imagen principal de esta página. Pero no por eso debemos desestimar el valioso trabajo de comunicación e información que realizan quienes se encargan de manejar Aporrea. Y de los articulistas ni hablar allí contamos nuestras penas y glorias, nuestros sueños y frustraciones, ¡¡Ufff!! Como se desahogan quienes disienten del gobierno, que por supuesto antes se hacían llamar chavistas. Estos son peor que los que se declaran abiertamente opositores.
Realmente a quien tenemos que darle el crédito de todo esto, es a los que detrás de cámaras tienen que poner su tinte político a un lado, para sacar a flote el profesionalismo, porque en realidad hace mucho tiempo que Aporrea dejó de ser esa apéndice del gobierno revolucionario para aceptar convertirse en la voz del pueblo chavista, opositor, independiente, salta talanquera, o simplemente un ciudadano común que quiere hacerse leer y dar a conocer sus impresiones.
Así que después de habernos tenido en ascuas durante estos días, creo que es Aporrea la más indicada para informarnos, que fue lo que realmente sucedió con su espacio, pero nosotros tenemos el mal hábito de sacar conclusiones, basándonos en nuestras propias impresiones y pensamientos, culpando a unos y a otros siendo jueces y verdugos, por cosas como esta, es que estamos en un país donde los líderes políticos han perdido credibilidad por culparse unos a otros, sin buscar soluciones a los problemas, pero también pasa que muchos tenemos la necesidad de botar veneno en contra de todo el mundo, por eso antes de buscar o esperar explicaciones, señalamos culpas y no sólo señalamos sino que las damos por ciertas.
Si Aporrea tiene el deseo de hacer público lo que sucedió pues bien por ellos, y nosotros, sino pues también se les respeta, ellos también pueden reservarse el derecho de admisión.