Reconozco que estoy fastidioso -como los escuálidos y su enfermizo deseo de dar un golpe de Estado a Nicolás Maduro- con el tema de Donald Trump, pero es que en verdad el tipo se las trae desde el punto de vista comunicacional, por lo que me veo obligado a tocar el asunto otra vez; ahora resulta que el catirito multimillonario se dejó de vainas y le ha declarado la guerra abierta al canal de Atlanta, asimismo: CNN, en la próxima gala de corresponsales de la Casa Blanca, un evento que se instauró según en 1921, el hombre no asistirá solo porque los “caga tinta” de Cable News Network acudirán a la cita y asume que le echarán a perder la velada.
Lo cierto es que para la prensa privada venezolana, para la Sociedad Interamericana de Prensa, así como Human Rights Watch, Luis Almagro y su maltrecha OEA, ni que decir de los integrantes de la casi desaparecida Mesa de la Ultra Derecha, MUD; Patricia Poleo, Tinedo Guía, presidente de mi amado y ultrajado Colegio Nacional de Periodistas; Teodoro Petkoff, Miguel Enrique Otero, la lista es casi infinita, no han dicho nada al respecto, sin embargo le sacaron la cuenta de las horas que mi comandante Chávez se encadenó, hasta han llegado a calcular la pérdida por concepto de publicidad radial y televisiva les ha producido las cadenas de Maduro, obviando el hecho que el espectro radial y las frecuencias son concesiones del Estado.
Volviendo al tema de Trump, dónde están esos defensores de la libertad de expresión que se rasgaban las vestiduras cuando Chávez afirmaba que “el privilegio de informar trae consigo la responsabilidad de sostener y corroborar lo que se dice o afirma”, dónde están los ideólogos de aquella barrabasada de dividir la pantalla de televisión, mientras Chávez sostenían una alocución y simultáneamente se llevaba a cabo un golpe de facto en el 2002. Dónde están esos que invocan la libertad de expresión y el derecho a informar sin importarle exponer al escarnio público figuras del acontecer social y político nacional socialista, será que mientras Trump impide la entrada a la Casa Blanca a los periodistas de CNN y su tren ejecutivo intenta construir el muro en la frontera con México, así como sostener el enfrentamiento contra China, y Rusia, los escuálidos en Venezuela buscan la forma como evitar que se sepa que el presidente de The United State mantiene un raiting a escala mundial.
No me interesa si el simpático de Donald Trump deportará a los inmigrantes, en especial a los compatriotas que buscando el sueño americano han violado las leyes estadounidense, o si contrató a 15 mil policías blancos para contrarrestar la trata de blanca en la frontera con Juárez, incluso no me interesa si los miembros de su gabinete son todos millonarios, pero lo que si me preocupa y hasta me molesta, es ver cómo critican a mi presidente obrero Nicolás Maduro aquellos que se autodenominan garantes de la libertad de expresión y del derecho de información. Parece una broma o un chiste, por no decir una joda, pero los comics: Los Simpsons, en el 2001 transmitieron un episodio en el que Trump era presidente, allí mostraron que no solo se iba a enfrentar contra la sociedad de color, contra los intereses económicos que no pertenezcan a su entorno, sino que iba a regular a la prensa y como dice el profesor Lupa, “misterios de la ciencia”.