Pobres imbéciles. Me refiero a la masa opositora porque sus dirigentes no tienen nada de imbéciles. Ellos saben muy bien hacia donde quieren llevar el país. Más claro no canta un gallo. Están sembrando el acontecimiento, día a día, engrandecido por la lupa mediática internacional donde por cierto ayudan mucho nuestros periodistas nacionales.
En el programa de hoy, por ejemplo, "ma non solo", de Vladimir a la Una, la editorial fue asquerosa. Confieso, y me disculpan los lectores pues opino de algo que no pude llegar oír hasta el final, por las náuseas que me causó la evidencia. Pero la editorial de este periodista, de quien por cierto pasaron en días pasados, en el mismo canal, la Biografía de su padre Cruz Villegas, sirve en bandeja de plata a los propósitos de la oposición venezolana. Oposición ahora desbocada, desesperada, audaz y hasta se creen valientes, arrastrando con ellos a una masa de ignorantes, pobres y estúpidos ciudadanos que no dudo en calificar de cómplices de los asesinatos que se están cometiendo, de los horrores que estamos viendo, del aval a la insurrección armada, al mejor estilo de los paramilitares colombianos, ahí, ahora en nuestras fronteras, pero también entre nosotros, agazapados cual zorros para caer encima de los gatitos.
Reflexionemos un instante: si este periodista Vladimir Villegas, que usa el canal donde trabaja, que usa su programa con cierto nivel de rating, por eso de que "aquí nos vemos todos", que usa y abusa de haber conocido muy cercanamente al Presidente Maduro, si en verdad quisiera ayudar al país y poner una palabra de buena voluntad para apoyar, aunque sea con un grano de arena, a iniciar un llamado de paz, ¿no podría haber hablado directamente con el Presidente? ¿No podía haber pedido una audiencia a través de su hermano, Ministro de Comunicación? Podía perfectamente hablarlo a solas con el Presidente Maduro, tal vez hasta con las mismas palabras, los mismos objetivos, que yo personalmente veo a leguas, no tiene claros.
Pero no, en vez de eso, Vladimir Villegas se presta al juego de la oposición que busca sumar cada vez más opiniones contrarias al Gobierno, en este caso, a la realidad de los hechos, pronunciamientos de artistas, deportistas, periodistas conocidos, exquisitos, hasta tal punto que nuestro personaje salió en la portada de la revista OK en diciembre pasado, vestido de smoking, sentado entre personajes high, atuendos elegantísimos, damas espectaculares de largo, la flor y nata de la sociedad, consentidos de la Venezuela linda, aquella de " en una noche tan bella como esta…"
Pero lo que, en verdad, no tiene perdón de Dios, es que no use el espacio de su programa para llamar a la calma, a la reflexión, a repudiar la violencia directamente, y no sólo entre fragmentos de conversación, por ejemplo, el joven apuñalado y quemado, en estos días en Chacao. No usar su editorial para mencionar, por ejemplo, que la mayoría de los muertos no son por la acción de las fuerzas del orden, sino que son muertos de ellos mismos, con armas artesanales, con actos horrorosos y estremecedores que copian del país vecino. ¿Por qué Vladimir no resalta, ni analiza, que el joven menor de edad muerto el 19 de abril fue matado por un policía del Municipio de Sucre? ¿Asesinado por un funcionario policial del alcalde Ocariz? Para ello, para resaltar hechos extraños pero evidentes, para pedir e insistir en la conciliación y el diálogo, para frenar esta locura desbordada y pedir el cese de las marchas, para ser un hombre de bien con altísima responsabilidad, pues le corresponde, al ser un periodista público con su programa diario, en horario estelar, para todo ello, necesario, nuestro periodista calla.
Y ahí es cuando pregunto: Sr. Ministro Ernesto Villegas, usted, hermano del personaje, ¿podrá hacer un intento para explicarle a Vladimir, con las pruebas en la mano, quienes son en verdad los responsables de esta locura? Si usted, como Ministro para la Comunicación, no logra ese propósito con su hermano, quedo preocupada con este objetivo que necesitamos cumplir en el más alto nivel dentro del Gobierno Bolivariano. Porque la guerra, en gran parte, es mediática. El cuarto poder del que hablara Ignacio Ramonet.
Yo tampoco logro comunicarme con el único hermano que me queda. Por el simple hecho de ser chavista todavía! me desprecia, asi como otros en mi familia. E incluso evito verlo y hablarle, más en estos momentos de tensión política, cuando a los sospechosos de ser chavistas hasta nos queman, nos agreden a golpes en un centro comercial, y hasta nos desean ( me ha pasado) morir guindados boca abajo en una plaza pública, tal como Mussolini. Pero tengo muy claro que Mussolini son ellos, ya sin frenos ni pudores, mucho menos escrúpulos, ya no esconden su verdadera esencia fascista, apoderarse del poder político por la fuerza, ayudados por el gobierno imperial de los Estados Unidos y los países de la región que adversan la revolución bolivariana.
¡No volverán! ¡Viva nuestro Presidente Maduro! ¡Viva nuestra Fuerza Armada Bolivariana! ¡Viva Venezuela!