El Bandejazo, o cómo la UCV es vencida por las sombras

Desde el lunes en la mañana, una gran campaña de afiches fue desplegada por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Los afiches no estaban firmados por nadie, y en letra de marcador improvisada invitaban al "Gran Bandejazo", una protesta en la que el estudiantado debía abstenerse de devolver a la cocina las bandejas metálicas donde se les sirve la comida. En vez de eso, los manifestantes debían dejarlas tiradas sobre las mesas "en señal de protesta".

¿La causa?

  • Un primer afiche pegado cerca de la entrada Las Tres Gracias decía que los obreros prestaban un pésimo servicio.

  • Afirmaba que todos los días llegaban kilos de carne y jamón de primera categoría, así como harina pan, papas fritas y huevos, pero que los obreros las metían en bolsas negras y se los robaban.

  • Afirmaba que a los estudiantes se les da carne de cuarta categoría con preservativos tóxicos que los enferman, mientras que los obreros comen comida distinta y de mejor calidad.

  • Asegura que en la página web del Comedor (ver http://www.ucv.ve/obe/Comedor.htm ) se listan más de 20 menús distintos de comida, pero que ninguno de estos le es suministrado a los usuarios.

Quienes usan el comedor saben que esto es falso: los obreros comen los mismos alimentos que los estudiantes, la página web del comedor NO lista 20 menús, y es difícil de imaginar que los obreros se roben 2 mil kilos de comida todos los días sin que nadie se dé cuenta.

A pesar de eso, la protesta del lunes tuvo cierto éxito. Y este martes, los afiches arreciaron. Se jactaron de la sensacional victoria lograda el día anterior, e intensificaron las mentiras: se decía que los perros callejeros han desaparecido de la universidad porque los sirven en el almuerzo, se burlaban de los platos de comida, se pedían que sirvieran frituras, etc.

Quiero aclarar que no tengo nada en contra de que se pidan reivindicaciones justas y mejoras en el comedor. Sin embargo, lo que critico de esta protesta es que busca la confrontación contra quienes tienen menos responsabilidad en el problema. No se pide reclamarle al director del Comedor, o a las autoridades del Consejo Universitario, quienes son los que distribuyen los recursos. Todo lo contrario, se pide iniciar una confrontación de estudiantes contra obreros, y se instiga al odio entre ambos grupos. Considérese además que la mayoría de los estudiantes son de clase media y media-alta, y que la mayoría de los obreros vienen de sectores humildes, lo que trae como resultado un odio entre clases sociales.

El Bandejazo, segundo día

Hoy la cola en el comedor era inmensa. Tardamos más de una hora en poder entrar, para entonces encontrarnos con todas las mesas llenas de bandejas sucias y llenas de comida, dejadas así por los estudiantes que comieron minutos antes que nosotros.

Encontramos que la gran mayoría de los estudiantes estaban dejando las bandejas en las mesas del comedor. No habían discursos, ni mayores explicaciones; las hermosas sifrinas ucevistas y sus compañeros varones simplemente dejaban las bandejas y se iban con una sonrisa pícara entre sus dientes, poniéndose los audífonos de sus iPods en las orejas mientras caminaban a clase. Sólo un papel en una de las mesas, rodeado de bandejas sucias, brindaba una explicación:

"¡ESTO ES PARA QUE TRABAJEN!"


Pero la protesta resultó ser un "chinazo" contra los propios manifestantes. La cola era inmensa porque no habían bandejas suficientes (nadie llevaba las bandejas sucias a la cocina), teniéndose que cerrar dos de las cuatro filas donde se despacha comida, causando la gran lentitud.

Tan parecida a las guarimbas, ¿verdad? Los opositores se encerraban en sus propias urbanizaciones a asfixiarse a sí mismos quemando cauchos y reventando sus propias edificaciones, sólo para darse cuenta que ellos se estaban jodiendo a sí mismos mientras que el gobierno estaba tranquilito en Miraflores.

Lo más lamentable era que, mientras alguien propiciaba el odio entre obreros y estudiantes, los verdaderos culpables de los problemas del Comedor (el rector y los diferentes miembros del Consejo Universitario) estaban tranquilitos en sus oficinas repletas de aire acondicionado.

Realmente es triste la actitud apática y poco crítica que están teniendo las nuevas generaciones ucevistas. Una de las "reivindicaciones" que se piden en los afiches eran más frituras, particularmente más papas fritas. "Tienen freidoras... ¡pues úsenlas!", decía un afiche que ignora lo dañina que es la comida frita.

Tal pareciera que algunos jóvenes estarían felices si el comedor se cerrara y en su lugar se colocara un McDonalds gigante, que sirviera todos los días un BigMac por Bs. 12 mil. Sin importar que los estudiantes de escasos recursos de la UCV queden excluidos.

En fin. Ya el asunto no es sólo el rector, o las expulsiones, o los pensa neoliberales, o los profesores que en los años sesenta eran de izquierda y hoy son de derecha, o los estudiantes que egresan entrenados únicamente para resolver los problemas de las grandes empresas y no los problemas del país.

Mi solidaridad para con los obreros de la UCV y para con los pocos estudiantes y profesores que aún creen que pueden luchar contra el individualismo, la falta de solidaridad y el rechazo hacia los excluidos... esas y otras son conductas capitalistas que actúan como sombras, amenazando a esa hermosa universidad que Bolívar y Vargas ayudaron a construir.

Ojalá que este miércoles, si continúa el Bandejazo, hayan más jóvenes que protesten pacíficamente contra él, llevando sus bandejas a la cocina como siempre se ha hecho.





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Luigino Bracci Roa

Estrecho colaborador y antiguo miembro del equipo editor de Aporrea. Bracci es un celoso defensor del Software Libre y de la libertad de expresión.

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