Hemos estado toda la tarde del domingo, pegados a la famosa televisora cuya concesión no será renovada por decisión unánime de la gran mayoría del Pueblo Venezolano, y anunciada a todo el País y al Mundo entero, por nuestro presidente constitucional Comandante Hugo Chávez Frías en los últimos días del año que acaba de fenecer. Generalmente no vemos la televisión privada venezolana por un elemental sentido de previsión de la salud mental; pero en esta oportunidad, decidimos observar la programación del susodicho canal, porque sospechábamos cualquier marramuncia por parte del tristemente célebre Chulo de Bárcenas.
Las mismas películas gringas, los mismos refritos gringos, las mismas bobolengueras, el mismo sesgo para vender la Televisora como una escuela para la vida y para la seguridad laboral de un número significativo de compatriotas, la misma cantaleta sobre “el Teniente Coronel Hugo Chávez", los mismos reportajes sobre la basura, sobre la inseguridad, la transmisión permanente del apastelado informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos; esa misma trojita que no ha sido capaz de condenar el asesinato de Saddam, en resumen el mismo libreto de la conspiración en contra del Gobierno revolucionario Bolivariano, el mismo irrespeto a nuestro Pueblo. Pero eso sí, adivinen a quién nos encontramos en las pantallas de RCTV: al mismísimo monseñor Ubaldo Santana dando unas declaraciones que fueron pasadas toda la tarde. Lo que dijo el venerable presidente de la conferencia episcopal venezolana se resume en la frase que titula este humilde escrito: “LA DEMOCRACIA VENEZOLANA NO ESTARÍA COMPLETA SIN RCTV”. Carajo, esta vaina está bien fuerte, esto está pasando de castaño a oscuro. La conducta de estos mal llamados prelados de la Iglesia Católica evidencia una vez más que ellos no le tienen el más mínimo respeto a su feligresía, y en general al Pueblo venezolano que ha terminado por perderle el respeto, la consideración, y lo que es más triste aun, la creencia en ellos como supuestos representantes de Dios aquí en la Tierra. Su bochornosa actuación está haciendo creer al pueblo de a pie (más del 80% de la población nacional) que estos vivarachos con sotana son más bien los representantes del Diablo Bush, aquí en Venezuela.
Según el amantísimo monseñor Santana aquí no habría democracia si esa grosería hedionda que llaman RCTV no está en el aire a través de la frecuencia que ocupa desde hace 53 años en el espacio radioeléctrico nacional, espacio radioeléctrico que por lo demás, le pertenece al Estado, es decir a todo el Pueblo venezolano. Caramba, no podríamos responder a esto sino con una metáfora: estimamos sinceramente que monseñor Santana se tomó un vaso de saliva de loro, y a consecuencia de este brevaje ha quedado mal de la cabeza.
No vamos a recordar aquí la historia sórdida de la Iglesia Católica, que nunca como institución ha seguido las enseñanzas de Cristo. Sólo individualidades de clérigos han seguido los pasos del Nazareno en el perdón y en el supremo acto de redimir a los desdichados de este Mundo, y por ese apostolado han sido perseguidos, y en muchos casos eliminados por la propia mafia curera. De lo que se trata aquí es de reaccionar con mucha fuerza y dignidad como ciudadanos del nuevo Estado revolucionario de nuestra República Bolivariana de Venezuela en contra de esa asociación de mercenarios en la acción de subvertir la Opinión Pública nacional, amparados en su capelo, en su sotana y en su color púrpura.
La conferencia episcopal venezolana se ha convertido en una suerte de tramoya para inmiscuirse en los asuntos de la política nacional con el teatro manido del pastoreo y de la guía espiritual. Nos preguntamos ¿Cuál es el marcado interés en defender a RCTV? ¿Olvidan acaso los prelados, la macolla de delitos en contra de la constitucionalidad venezolana cometidos por RCTV? ¿Ignoran estos santos varones de la Iglesia que por menos del 10% de los delitos cometidos por RCTV estuviera cerrado y presos sus directivos y periodistas involucrados en la comisión de esos delitos, en cualquier País del Mundo y muy especialmente en el propio EEUU? Habrá olvidado monseñor Santana la complicidad de la conferencia episcopal venezolana en el Golpe de Estado de abril del 2002? Pensará el Ilustre prelado Ubaldo Santana que la conferencia episcopal tiene alguna autoridad espiritual para opinar sobre la Democracia que ellos mismos ayudaron a confiscar en el Carmonazo?
Son preguntitas para sus excelencias reverendísimas de la conferencia episcopal venezolana. Estos santos varones deberían responder a estos interrogantes, por un mínimo de respeto a nuestro Pueblo que se los tiene que calar como un castigo del Diablo diablo.