La memoria del venezolano en general es frágil, por lo que se hace obligante que estos medios al servicio del pueblo contribuyan de manera persistente para que se le ofrezca la opción real y muy concreta de que pueda refrescarla y así mismo tenga la posibilidad cierta de revivir plenamente aquellos acontecimientos que han estado haciendo la historia de nuestros tiempos y que de alguna manera son esenciales sustentos para poder comprender muchos de los sucesos que hoy en día vemos que ocurren y que tienen una importancia significativa y hasta determinante tanto en la dinámica de su vida diaria, como futura.
Hoy se ha abierto un debate porque el gobierno venezolano en uso de sus atribuciones legales y legítimas ha resuelto no prorrogarle la concesión del espacio radioeléctrico a RCTV que se le vence el venidero 27 de mayo. Es una decisión, sin duda, apegada a derecho y por lo demás soberana, en donde no tienen ningún tipo de cabida protestas orquestadas desde el exterior por los sectores más retrógrados de la clase dominante norteamericana y sus lacayos mediáticos latinoamericanos (SIP) a través de repetir en muy alta voz la falsa versión de que el gobierno tiránico de Chávez resolvió cerrar el canal por retaliaciones políticas, pues ello además de que es una inmensa mentira, no es más que una condenable injerencia en los asuntos internos que sólo a los venezolanos concierne.
En esta ocasión hemos considerado bien interesantes recordar las posiciones que sobre la libertad de expresión y los terribles acontecimientos del golpe de abril/02 tuvo un personaje polémico como lo fue Jorge Olavarría, quien supo ganarse el respeto de muchos por su verbo claro y ajeno a todo tipo de componendas al margen de las reglas de la democracia.
Como veremos, no faltó en sus reflexiones la persona de Marcel Granier, tanto en su carácter de dueño de medios en un mar de conflictividades de todo calibre, como mercader y ducho intermediario en negocios turbios con algunos gobiernos de la democracia puntofijista, pues con el de Luis Herrera, hay que recordarlo, no tuvo suerte alguna, pues sólo sufrió derrotas en sus pretensiones de imponer sus exigencias como siempre lo había hecho. Ese gobierno decidió prohibir por la TV la propaganda de licores y cigarrillos e igualmente quitarle a RCTV la concesión que tenía para transmitir las carreras de caballos sin pagar un solo centavo al hipódromo.
Veamos algunos comentarios de Jorge Olavaria sobre ambos temas y algunas precisiones nuestras que pueden servir para una mejor orientación al lector:
"¿Puede adscribirse el ejercicio de la libertad de expresión a la posesión material del artefacto de la imagen y el sonido? Ello no es posible. La tecnología audiovisual, por su propia naturaleza, pide y necesita regulación" (Editorial de la revista Resumen del 15/06/1.980).
A raíz de que se le suspende a RCTV la concesión para la transmisión de las carreras de La Rinconada y advierte Granier el descalabro económico que le significaba para su televisora la prohibición de la propaganda de licor y tabacos, decide en connivencia con los demás dueños de medios radioeléctricos crear "El Consejo de los Medios" al que el presidente Herrera bautizó como el "Consejo de los Reales", Olavarria dice sobre dicho consejo en el mismo editorial, lo siguiente:
"Pero las verdaderas razones (las de formar el Consejo) no necesitan ser sacadas a flote, ya que están a la vista de todos: alguna posible merma en los enormes ingresos del monopolio de los concesionarios de la televisión, por algunas limitaciones en la propaganda de alcohol y tabaco; un tímido intento del gobierno por detener esa cátedra de permanente anticultura, que son la mayoría de los programas de manufactura casera, y la terminación del privilegio del cual gozaba Radio Caracas TV para transmitir las carreras de caballos, no solamente sin pagar un céntimo para ello, sino cobrando el "servicio cívico" de hacerlo."
"Ocultar las verdaderas motivaciones y razones de (crear el Consejo) tras los nobles principios de la libertad, es un suicidio estúpido, y quien quiera se preste a esta comparsa indigna, no solamente merecerá el halo virginal de los necios, sino que perderá toda autoridad moral para ejercer el derecho a la crítica."
"Un conjunto heterodoxo de hechos, han sido hábilmente manipulados por Marcel Granier para una absurda confrontación de poder con el gobierno y el Copei. La pérdida de la prebenda hípica, el Reglamento de la TV a color, que aspira, con mejores intenciones que método, a limitar la abusiva propaganda de tabaco y alcohol y a atenuar la galopante tele-prostitución del país, ha servido para una "confabulación" anti-gobierno, que aspira a una demostración de fuerza, que eventualmente sirva a la impunidad de los involucrados en el caso de los "Terrenos de Antímano".
Es importante observar que el tema del caso de esos terrenos lo aborda Olavarría porque fue allí donde un importante miembro de ese fulano Consejo de los Medios, Luis Teófilo Núñez Arismendi, director para entonces del diario El Universal y socio de Diego Arria, le vende al Centro Simón Bolívar bajo la presidencia de éste último (gobierno de CAP I) unos terrenos en Antímano que los había adquirido pocos meses antes en 1,5 millones de bolívares por la exorbitante cantidad de más 25 millones de bolívares. Debo agregar que en mi condición de funcionario de la Contraloría General me correspondió la responsabilidad técnica de determinar ese sobre precio y que, por cierto, debo decirlo, ninguna sanción administrativa ni penal se impuso a los responsables de tan escandaloso acto de corrupción, no obstante las copiosas e irrefutables pruebas que obtuvo la comisión de la Contraloría que investigó el hecho, porque más privaron los amiguismos y las presiones políticas que los intereses del país. Por cierto que en páginas completas de ese diario, Arria adelantó una campaña feroz contra mi desempeño profesional sin éxito alguno, pues las evidencias que lo comprometían eran de tal calibre que era imposible que alguien en su sano juicio le otorgara a sus ataques algún tipo de atención.
Pero sigamos con Olavarría en otro tema quizás más relevante que el anterior, el cual tiene que ver con la breve dictadura de Carmona Estanga (abril/02):
“La Coordinadora (aquella a la que se le bautizó “democrática” y que tanto daño le causó al país en total connivencia con los canales de la TV privados, en especial de RCTV bajo la batuta de Granier, la recuerdan…?) degeneró en una multitud de grupos, subgrupos y grupitos que procuran secuestrar para el servicio de sus intereses y ambiciones a la masa gigantesca de ciudadanos que responde con cándida obediencia al llamado que se le hace para marchar, pitar, cacerolear, manifestar y firmar. Ojo. Están agotando su paciencia. Están gastando su fe. Y el camino es largo.”
“Los peores son los torpes monosabios de algunos medios que actúan con la prepotencia de aprendices de brujos con el poder de hacer y deshacer, de encender y apagar, de armar y desarmar (sin duda, Olavarría se refería sobre todo a Marcel). Si esto no se corrige ahora, corregirlo cuando se creen las crisis que han provocado en el pasado y van a provocar en el futuro será imposible.”
“…Dicho esto, es bueno dejar claro que los delicados asuntos expuestos en la charla que los periodistas Otto Neustadtl de CNN y Gladys Rodríguez de Globovisión dieron en la Universidad Bicentenaria de Aragua, no pueden diluirse en el olvido del incesante alboroto en medio del cual vivimos. La posibilidad de que la grabación del video de los militares encabezados por el vicealmirante Ramírez Pérez, en el que éste protesta el asesinato de los marchantes por francotiradores, pudo ser grabado antes de que estos hechos se produjeran, deja sobre el tapete una sospecha muy seria, que puede y debe investigarse minuciosamente y no diluirse por maniobras de distracción de hechos posteriores a ese testimonio. En caso de que la sospecha sembrada por Neustadtl no sea cierta, así debe saberse y decirse, y el que en caso de tener alguna base debe procesarse como debe serlo.”
“Por una parte, tenemos que los testimonios de varios videos que recogen el preciso momento y lugar cuando la cabeza de Jorge Tortoza es violentamente sacudida por el impacto de una bala y segundos más tarde las de los muertos y heridos por tiros en la cabeza que le siguieron son para mí prueba concluyente de que esos disparos fueron hechos por un francotirador que estaba ubicado en alguno de los edificios cercanos y no desde el puente Llaguno. Yo tengo el derecho de saber quién colocó a esos francotiradores allí, quién los amparó y quién los encubrió.”
“Por otro lado, la periodista Lourdes Ubieta, que aparentemente descalificó el testimonio de Neustadtl, está seriamente cuestionada, pues ella estaba al servicio de los Pérez Recao. Y la conducta de estos sujetos en los sucesos del 11 y el 12 de abril coloca a quienes queremos saber la verdad de lo que sucedió en una situación en la cual el maniqueismo ético no tiene cabida. (El Nacional. 24/09/02 ).”
Dejemos hasta aquí tan importantes reflexiones de un venezolano que, como todo el mundo sabe, abandonó el proceso de la revolución en sus primeros tramos y nadie podrá jamás decir que en sus últimos años de su vida actuó como vocero de nadie y menos del “chavismo”.
oliverr@cantv.net