Hay periodistas, graduados en escuelas que tienen rango universitario y que se comportan de una forma tal que desdicen de su condición. No les estoy pidiendo que se conviertan en apóstoles de su profesión, sino que simplemente definan cuál es su rol, de esta forma sabremos todos a qué atenernos en el trato que deberíamos dispensarles.
Deberían definir si el programa en el que aparecen por las noches en Globovisión es una suerte de “vaudeville”, que es un género muy respetado dentro del espectáculo, pero que requiere un poco de teatro, números de circo, de magia, no puede faltar la danza y el jazz. Si en cambio es un espectáculo llamado “burlesque” por los franceses, los chistes deberían ser más subidos de tono y de vez en cuando hacer exhibiciones desnudistas. No es tampoco el género llamado “music hall”, porque predomina el teatro. O es todo y menos un programa de periodistas. ¿Qué será?
Tratemos de definirlo a partir de las reglas de oro del programa en cuestión, que, entre otras, son las siguientes:
* Los invitados deben responder las preguntas ajustándose previamente a los pareceres de los conductores o animadores. Si el entrevistado se porta bien, entonces se habla maravillas de él, se destacan sus “logros”, su lado “humano”. Es posible que el tercer entrevistador destaque la vestimenta, las joyas que luce, etc.
* Las respuestas deben ser siempre asertivas, nunca deben contradecir algún parecer de los preguntadores. Si el entrevistado va “por el hilo” entonces se comparten y reparten risas, chistes, griticos, brinquitos y toquecitos aquí y allá. Si el entrevistado “se pone cómico”, entonces debe atenerse a las malas caras, preguntas insidiosas, tono elevado de la voz y manoteos descontrolados.
* Si en algún momento alguien disiente, aunque sea moderadamente de la línea impuesta, se corta el segmento y se van a comerciales.
* Si al regreso de comerciales el entrevistado persiste en disentir de la línea impuesta, entonces entra Carla o Kilo, turnándose a la vez, para tratar de descalificar las opiniones ajenas. Si fallan en la descalificación, entonces se recurre a la burla o al escarnio. Si el entrevistador “se pone duro”, entonces se le interrumpe a cada momento, se le increpa, no se le deja hablar, se le dice que “más de eso serás tú”, y es sometido a largas exposiciones de los “entrevistadores”, para ganar tiempo y poder pasar a comerciales sin dejarlo hablar.
* Si el entrevistado es un “taco” en la materia sobre la cual es entrevistado y los conductores del programa no tienen ni idea de lo que está hablando, entonces se recurrirá nuevamente a risitas, chistes manidos o gastados, griticos, brinquitos y toquecitos aquí y allá y demás yerbas aromáticas, de forma que el entrevistado quede como un ridículo, superficial, anodino, insignificante, ineficaz, insustancial, para que sea presa fácil de sus detractores, sin es que los tiene o de las burlas de sus compañeros
* Si el entrevistado es un pelmazo, torpe, rudo, deshonesto, impúdico, lascivo, ignominioso, indecoroso, infame, feo, tosco, falto de ornato y otras variantes afines; pero le cae encima a Chávez y dice que cerrará a RCTV; que es un dictador porque se arroga o recibe todos los poderes políticos extraordinarios y los ejerce sin limitación jurídica, que abusa de su autoridad; que es un tirano, así haya sido electo mayoritariamente por su pueblo con mas del 63% de los votos y ejerce sus funciones de acuerdo a los preceptos constitucionales; que es un déspota que gobierna sin sujeción a ley alguna y abusa de su poder o autoridad; en fin, que no quiere ceder en su empeño de no renovar la concesión que se vence el domingo 27 de mayo a las 11:59 p.m.; entonces se le eleva a la más alta categoría del pensamiento, se le ayuda en sus respuestas y se les sugieren las mismas. Si el tipo es muy bruto, entonces se le ensaya durante los comerciales para que se luzca atacando a Chávez.
* Si el entrevistado es extranjero, se le tratará de acuerdo a la forma como responda. Si se trata de alguien que es “nota”, que es buena gente, que no se mete en vainas y que no puede ser explotado políticamente, entonces se le hace saber que no debe andar solo por Caracas porque podría ser asaltado y despojado de su reloj. Si la persona hace caso omiso de las advertencias de los “animadores” porque ha visitado muchas veces a Venezuela, conoce su gente y no le para a esas malintencionadas advertencias, entonces se tercia hacia conversaciones políticas, así sean intrascendentes ni despierten el interés del entrevistado.
Este espectáculo nocturno es fútil, trivial, desconcertante, lleno de resentimientos, frustraciones, disgustos; de poca seriedad porque trata de explotar situaciones a base de risas provocadas artificialmente; donde tratan de hacerse los graciosos con ademanes, dichos y gestos poco comunes. ¿Es esto ejercicio del periodismo? Más que nada es un espectáculo de mojigangas, porque se comportan en forma ridícula y extravagante, donde se burlan de las personas sin importar su condición moral o intelectual y se destacan los más falsos valores humanos. Es además un “show” mediocre, que no aporta nada a la inteligencia de los venezolanos; es ruin por la bajeza con la cual se abordan los problemas políticos del país; donde se hace culto a la mentira de la forma más vil y despreciable; donde se desacredita a las personas, especialmente al presidente de la República sin basamento alguno, tan sólo para satisfacer apetencias políticas que, generalmente, les son ajenas porque vienen impuesta como la “línea editorial” de sus patronos.
En el país donde reina la impunidad, estos “periodistas” son admirados y alabados por los mismos que quieren destruir este país para sacar a Chávez. Menos mal que en días pasados surgió un ángel vengador que los dejó tan mal parados, sobretodo a la señora Carla Angola, que de cruel y castigadora pasó a ser el hazmerreír de las páginas de Internet donde todavía hay libertad de expresión; porque en la gran prensa y en el ambiente de la televisión reinó un silencio de sepulcros.
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