Es un golpe madre al capitalismo mediático la salida del aire de la cloaca RCTV, eso lo saludamos todos los revolucionarios bolivarianos. Sólo nos queda la espinita de que los delitos(que fueron muchos) también se van impunes con el final de la concesión, gracias a la cómplice Fiscalía que tenemos. Pero hay un aspecto psicológico o de estructura mental que debemos tener muy en cuenta para augurar un buen desarrollo de la naciente TVes. Han sido muchos años de consumo de programas asquerosos llenos de violencia, de antivalores de familia, de pornografía, totalmente banales y sin ningun provecho para los niños(as), adolescentes y adultos. Han sido años donde predomina hasta hoy, la emisión de películas violentas made in USA, de misterios de ultratumba, de justificación de la traición en todos sus matices, de novelas idiotizantes que maltratan seriamente las neuronas de todas las edades; de programas "cómicos" cargados de maltrato al ser humano decente e ingenuo; de ofensas diversas al Eterno Femenino, a la mujer como tal y como madre. Se utiliza la miseria humana para atacar al gobierno bolivariano, con personas de color moreno bonito y viviendo en malas condiciones. Esa Tv basura que está presente dia a dia, nos mantiene ADICTOS a ese tipo de programación, a ese tipo de "producto", como dicen los reptiles que las dirigen. ¿Como hacer con las familias de escasos recursos que no pueden pagar el servicio (supercaro) de TV por cable y que son adictos a las novelas rosas involutivas y degradantes, por ejemplo? ¿Como hacer con los jóvenes y adultos adictos a "Duro de matar", "Rambo el superhéroe", a las asquerosas peliculas de Alfred Hitcotch? ¿Como hacer para revertir la admiración a esos vanos "ídolos" de Hollywood que, en TODOS los filmes tienen un cigarrillo y una copa de licor como símbolo del stablishment? ¿Cómo hacer para que nuestros hijos y futuros nietos no salgan desesperados a la calle para ver el estreno de "Spiderman 3,4,5, y 6"? No es fácil dar una respuesta pero es una cruda realidad de los hechos y debemos afrontarla. Ojalá y tengamos mas temprano que tarde una buena TV que nos vaya sanando de esa tenebrosa adicción que nos ha calado hasta en los huesos. Es una tarea de todos y convocamos a una gran consulta nacional, verdaderamente participativa para que podamos salir del túnel fangoso en que nos encontramos. Yo diría, sin temor a equivocarme, que estamos en estado de emergencia por envenenamiento audiovisual. Por lo menos ya estamos dando los primeros pasos con TVes. Estamos ansiosos por conocerla y participar desde nuestras trincheras.
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