El miércoles se celebra en todo el país el Día del Periodista. Desde 1941 se festejaba el 24 de octubre, en homenaje al primer número de la Gazeta de Caracas fundada en 1808, pero en 1964 estábamos presos en el Cuartel San Carlos desde donde Guillermo García Ponce envió una ponencia a la convención nacional de la Asociación Venezolana de Periodistas, en Valencia, proponiendo el 27 de junio, fecha de la aparición en 1818 de El Correo del Orinoco, fundado por Bolívar en Angostura.
Mientras aquel periódico estuvo al servicio de quien ocupara Caracas, El Correo fue el órgano por excelencia de la lucha por la independencia y de las ideas libertarias, y distribuido en el exterior por expresas órdenes del Libertador. Dos ediciones extras sacó, una para anunciar la toma de Caracas por el general Bermúdez en una maniobra de distracción que engañó a los españoles mientras daba los pasos finales para librar la batalla decisiva, y la otra el 25 de julio, con su parte de guerra al Congreso enviado desde Valencia un mes antes, traducido al inglés y al francés. Consciente de la importancia política de ese triunfo, quiso que se conociera en el mundo a la mayor brevedad. Es un texto que debería mostrarse en las escuelas de comunicación como un antecedente de la estructura moderna de la noticia. Este fue el lead: "Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político de la República de Colombia"; después relata el desarrollo de la batalla, la persecución de las tropas realistas y otros hechos de menor importancia. (*) Decenas de discursos se pronunciarán el 27, entre ellos el mío, invitado como estoy por el Consejo Legislativo Regional del estado Anzoátegui. A propósito de la fecha, en mi entrevista de esta noche al presidente Chávez, grabada entre viernes y sábado, le comenté que, en mi opinión, el periodismo venezolano vive una crisis ética, pues uno de los principios fundamentales de la profesión, como es la verdad, ha sido echado a un lado en muchos medios por atender intereses políticos, y le pregunté su opinión. Chávez me dijo que él creía que hoy los centros mundiales de poder son los que deciden sobre la orientación de los medios, de lo que se deduce que serían factores externos los que impulsan las líneas o políticas editoriales de muchos medios venezolanos.
Es una cuestión para la reflexión y discutirla precisamente ahora en esta ocasión tanto en el gremio como en las escuelas de comunicación, cuando incluso hay quienes afirman que en Venezuela está amenazada o coartada la libertad de expresión. Habrá que aclarar quiénes la restringen, y cuál es el rol que en ese caso corresponde a algunos dueños de medios. Porque muchas de las noticias que no se difunden no es porque la acción gubernamental lo impida, sino por voluntad de algunos de esos propietarios de prensa, radio o televisión. Es fácil demostrarlo a partir de la experiencia vivida en los últimos años por tantos colegas de la profesión periodística.
Pero igualmente pueden testimoniarlo algunas de las fuentes que han suministrado noticias u ofrecido declaraciones que no salen por razones que no se explican.
También es importante y oportuno comentar que quienes tomaron la bandera de la libertad de prensa luego que no se prorrogó la concesión al Grupo 1BC, acaban de despejar las dudas que muchos les veíamos a esa consigna. En el documento que leyeron el viernes en el estadio Universitario de beisbol, donde aspiraban a reunir 40 mil estudiantes, y según las fotos no debieron acudir mas de 5.000, fueron bien claros en esa declaración. Dijeron en forma inequívoca: "Alzaremos la voz cuando sintamos que la libertad está amenazada", y añadieron que "nos rebelaremos... ante cualquier violación que se pretenda hacer del derecho de expresarse libremente".
De lo que se deduce es que esa no es la situación actual, que ni sienten esa libertad amenazada ni que se pretenda limitarles ese derecho, sólo levantarán sus voces si esas situaciones se presentan.
Razonable rectificación.
(*) Precisamente, hoy se celebra un nuevo aniversario de esa batalla.
CAMBIOS EN LA TV
La gente ha venido cambiando de pantalla en las últimas semanas y todavía no se estabilizan. Contra los deseos de Alberto Federico Ravell sobre el crecimiento de la audiencia, Globovisión estuvo en cuarto lugar (7,43) en el share del viernes, a buena distancia de Televen (14,2) en la medición que hizo AGB. El gran ganador ha sido Venevisión, que logró 39,7 de televisores encendidos, y el gran perdedor es el canal 2, (TVes) con 2,85; VTV tiene 8,5 y Meridiano 1,9.
Es hazañosa la tarea de TVes por mejorar; una parte la perdió definitivamente por razones políticas, conservó una pequeña y otra anda en busca de pantalla alternativa.
Desde esta noche a las 10, Domingos de Díaz Rangel estará en el canal 2 y confío en que lo ayudaremos a mejorar su presencia en los hogares venezolanos. Están invitados para que escuchen una entrevista de 50 minutos con el presidente Chávez y una de cierre con Rafael Esquivel sobre la Copa América.
Fracaso del referendo
Previsible lo ocurrido con la recolecta de firmas para los referendos. Decididos desde hacía meses los partidos más importantes a no participar, previstas elecciones de gobernadores para el próximo año, y ante la falta de una ley que los reglamente, el CNE cortó por lo sano y con el propósito de reducir los elevados costos de su organización, redujo a 20% los centros donde era posible acudir a firmar para solicitar algún revocatorio. Como ven, nada estimulantes esas recolectas.
Debemos añadir que eran muy débiles las centenares de organizaciones estadales y municipales empeñadas en sacar a gobernadores o alcaldes que, estimaban sus dirigentes, lo estaban haciendo mal, o muy mal, o eran impulsados por otras razones: crematísticas, políticas, luchas intrapartidistas y hasta motivos personales. La última guinda quedó en manos de quienes utilizaron mecanismos intimidatorios, toda vez que quienes estaban en cola se evidenciaban como decididos a revocar ciertos mandatos y algunos fueron blancodeamenazas. Los resultados quedaron a la vista: apenas hubo firmas para convocar referendos contra nueve alcaldes y un diputado.
Si la oposición se hubiese unido en aquellos estados que perdió por muy escasa diferencia, como Yaracuy, Carabobo o Miranda, teóricamente se le habrían abierto oportunidades, y lo mismo habría ocurrido con el chavismo en Zulia y Nueva Esparta. Pero ahora sí era cierto que era pedirles peras al olmo. Lo más que podría salir era pan quemado. Ni peras ni olmos.
Por todo eso, no había razones para echar las culpas al CNE ni a los partidos. Sencillamente la gente no se interesó en ese proceso, le parecía una pérdida de tiempo. Y una situación parecida se presentará ahora en la segunda tanda, que seguramente será más costosa y complicada: hay que buscar firmas para promover revocatorios a centenares de diputados regionales y a miles de concejales y miembros de juntas comunales o parroquiales.
Lo más útil de este ausentismo y de la falta de firmas, es que quedó a la vista en el CNE y en la Asamblea Nacional que la deuda con el país es de los dos: la imperiosa necesidad de elaborar la ley respectiva.
edrangel@la-cadena.com