Cuando cayó Pérez Jiménez, entre los bienes de la UCV, según el inventario levantado por la directiva provisional nombrada por el gobierno de Larrazàbal, había una máquina para recolección de nieve. Aquel hallazgo fue noticia de primera plana en los periódicos. Y no era para menos. ¿Qué utilidad podría tener un artefacto de esos en un país tropical? Eso es tan absurdo cómo pretender venderle neveras a esquimales. Hay inversiones inútiles.
En Venezuela, unos años atrás se calificó como un elefante blanco, no a algo extraño o inexistente, sino aquello que no juega ningún rol o lo desempeña de manera demasiado precaria. Es algo como un caracol enorme, lanzado de aquí a allá, dentro de la casa
-Fulano de tal, como ministro o director, es un elefante blanco. Con comentarios como éste se quería o quiere decir sencillamente que no servia o no sirve.
Pero a quien Chávez, puso al frente de TVES no es de esa estirpe.
TVES, el nuevo canal que dirige Lil Rodríguez, no ha podido arrancar con la eficiencia, altura que nosotros esperamos, pese al empeño que aquella pone. Uno que es condescendiente y racional, sabe bien que eso no es asunto de soplar y hacer botellas. Y el canal apenas está iniciando operaciones. Me sobran los dedos de las manos para contar los días.
Es preciso encontrar productores, artistas, trabajadores para el medio, etc. con calidad y nueva visión de la vida. Y los creadores necesitan tiempo para recrearse, romper con la rutina, chabacanería, facilismo y mal gusto que ha imperado en la televisión privada. Es más, si de programas extranjeros se trata, porque no es mala idea adquirirlos, es necesario hacer la mejor selección. Por eso, si “por ahora” TVES se percibe como mortal, es necesario tenerle paciencia. Esperemos la oferta u ofrecimiento que nos ha hecho Lil Rodríguez, en el sentido que para octubre el canal tendrá todos los motores encendidos.
Lo que si es cierto es que uno no puede esperar y aceptar que, TVES se convierta en un elefante blanco o una máquina recogedora de nieve en una escuela de un país tropical. Porque la función de una emisora, un periódico y hasta una revista, al servicio de la revolución bolivariana, o cualquier otra, es la de lanzar un mensaje de calidad y entusiasmo, en sintonía con las ondas del cambio, pero al mismo tiempo con el equilibrio, sutileza y magia para llegar a la gente. Y esto de llegarle a la gente, en tiempos de revolución, se torna obligatorio. Es pues algo así como el mensaje que se envía a García.
Lo chabacano, farandulero, vacío, lo de mala calidad, en empaque llamativo, no es lo que este pueblo necesita. Para eso hay demasiadas emisoras radiales y televisoras en este país, desde hace años, tratando de embrutecer a este pueblo. Ese es el papel de RCTV, salga por donde salga.
Pero tampoco podemos pasar de un extremo a otro. Llenar eso que feamente llaman en el ámbito de la televisión la ”parrilla”, con una programación de “mucha calidad” pero sólo dirigida a èlites; o gris, melancólica, que no logra atraer al soberano. Ese mensaje pareciera inútil. Esto, es lo mismo que gastarse millones y millones de bolívares del ingreso nacional en el mantenimiento de universidades dónde sólo se admita a una pequeña clase de estudiantes, mientras millones de muchachos deambulan sin rumbo ni concierto. Debemos, para decirlo con Alejo Carpentier, volver “sobre los pasos perdidos”.
¿De qué sirve un canal de televisión que le produce elevados gastos al pueblo casi sin televidentes, ni cifras en las encuestas?
Hay que poner el talento al servicio de la gente y de la función que se debe cumplir. Encontrar la forma de justificar lo que se invierte. Se trata que el pueblo vea buenos programas. No basta con ponerles en la “parrilla” y hacer correr la cinta; hay que hallar la ruta por dónde pasan los astros. Debemos procurar que el pueblo y la cultura se encuentren.
Unos cuantos escritores se han ufanado de no escribir para el pueblo. Y han sido talentosos, que se han conformado con que una èlite les lea. Y hablan o han hablado de no hacer concesiones a quienes no pueden llegar hasta dónde ellos se encuentran. El pueblo poco les ha preocupado. Pero ellos, en muchos casos, a nivel mundial han tenido público y alcanzado sus aspiraciones. Esto uno lo entiende, pues no otra cosa nos queda. Aún en estos casos, hay quienes se encargan de explicarnos lo que aquellos dijeron y uno se entera a través de versiones indirectas, interpretativas y sencillas. Y a partir de ese punto, de ese fundamento podemos ir hacia ellos.
Pero cuando hablamos de los recursos del Estado, no podemos aceptar como válida esas maneras de asumir la responsabilidad y la vida. Y menos poses prepotentes, ególatras, aunque juveniles, pero vacías, de quienes se creen bendecidos y apoyados para cerrar la comunicación con el pueblo.
Ha habido muchos escritores, humoristas y hasta mímicos conocidos que encontraron el camino que les llevó a comunicarse con el común de la gente Estos no necesitaron intermediarios y no hicieron concesiones a la mediocridad. Por eso están en el Olimpo.
No se le pide tanto como eso a TVES, pero si que se deje ver, como en efecto lo hará. Entonces, esperemos pacientes; y entusiasmados diremos: si es TVES ella VIVE, no está muerta, ni tampoco estaba de parranda.
No podemos excluir pero tampoco entaparar.
pacadomas1@cantv.net