Desesperación mediática y flaco favor

La desesperación manifiesta de la Reacción por descalificar internacional y nacionalmente al Presidente Chávez los lleva a utilizar cualquier herramienta por lograr su objetivo. Cosa que hasta ahora le ha resultado sumamente difícil. Dos buenos ejemplos de reciente factura de esa aviesa intención son el tratamiento noticioso dispensando al accidente del metro caraqueño y al caso del maletín dorado.

Pareciera que los francotiradores mediáticos jamás se han enterado de los accidentes que han ocurrido en otros países en materia del transporte de metros, sobre todo en Europa y USA, con abultadas cifras de muertos y heridos.

Intenso ha sido el centimetraje y los segundos en televisión y radio dispensados a estos dos hechos. A juzgar por lo profuso y continuo de las reseñas diera la impresión hubiese ocurrido una catástrofe. Claro que lo ideal es que esas cosas no ocurran y que nisiquiera haya un solo muerto y, por supuesto, heridos. Es más. La vigencia de esa misma noticia en cualquier lugar del viejo continente "muere" a los dos días.

En en el DF mexicano son muy cuidadosos en el manejo de los siniestros que ocurren en ese servicio. Puesto que está en juego la tranquilidad y la seguridad de los miles de usuarios que a diario se desplazan utilizando tan eficiente transporte. Es peligroso despertar en los pasajeros la sensación de desconfianza por supuestas fallas de mantenimiento y seguridad en una ciudad tan populosa y cuyo desempeño depende mucho del metro. No se trata de ocultar nada. Simplemente de ser objetivos en el procesamiento de ese tipo de informaciones.

Ahora bien. ¿Por qué la reacción asume ese comportamiento? Simplemente para decir que el metro caraqueño no es seguro por culpa del gobierno de Chávez. Es decir: con Chávez el metro no sirve para un carajo. Cosa totalmente falsa. Por el contrario. Con Chávez no sólo funciona bien sino que está creciendo. Tanto que va rumbo al eje Guarenas-Guatire.

Llama también la atención el poco espacio dedicado por la Gran Prensa Venezolana al lamentable derrumbe del puente sobre el río Misisipi. Accidente que ocasionó la pérdida de varias vidas humanas y cuantiosos daños materiales. Cuestión que evidencia un sesgo por silenciar tan desafortunada circunstancia. Para medir la dimensión mediática de ese comportamiento únicamente hay que detenerse a pensar si algo similar ocurriese ( Dios nos salve y nos proteja con su manto celestial) con el viaducto. ¡Fin de mundo!

Con respecto al maletín dorado del señor Antonini, justo es reconocer que no es funcionario de gobierno ni estaba incluido en la comitiva oficial del Presidente Chávez en su viaje a Argentina. Por lo tanto estamos en presencia de un hombre que viajó a Buenos Aires por su cuenta. Dicen que aprovechando una cola en un avión privado. Y que por lo tanto sólo él es quien tiene que explicar ante la justicia el origen de ese dinero y porque actuó de esa manera. O dicho en otras palabras ese señor tiene cédula y es mayor de edad y como tal es responsable de sus actos.

En lo personal pienso que se trata de un pote de humo cuya finalidad era empañar el exitoso viaje de trabajo del Mandatario Nacional a la tierra del Che Guevara. Cosa. Que por supuesto. No lograron.

Ahora también hay que señalar que hay muchos que tratan de aprovecharse de las circunstancias diplomáticas para tratar de burlar el cacheo de documentos y valijas. Imagino yo el chapeo en el terminal bonaerense para zanjar los controles de seguridad, tan estrictos en materia de vuelos internacionales. Sobre todo cuando se arriba en horas de la madrugada. Se necesita ser bien iluso para entrar liso con un maletín forrado de dolares.

Lo que si debe de determinar el Gobierno son las razones de la presencia del Sr. Antonini en esa nave.
Tenemos que estar claros que el caso del maletín dorado para la reacción, tanto criolla como argentina, es un filón mediático y un "flaco favor". Hay que tener cuidado con esos personajes que se aprovechan de sus cercanía con el poder para satisfacer sus interéses. Recuerden la vieja práctica cuartarepublicana: la valija diplomática de embajadores y de las comitivas oficiales con rango internacional pasan por los torniquetes de los aeropuertos sin ser chequeadas.

TINTERO
Oro ejemplo de guerra mediática es la supuesta liberación de Ingrid Beancourt en Venezuela y la presunta intermediación de Chávez en ese sentido. ¡Habrase visto semejante olla periodística! Por lo demás. De ser cierta esa especie y de concretarse la liberación de la excandidata presidencial colombiana sería la espita de la definitiva pacificación del hermano país y, por ende, la senda de un Nóbel de la paz para nuestro Presidente.

americoarcadio@yahoo.com



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Américo Hernández


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