Los micrófonos de la oposición y la realidad

Es difícil no oírla, porque todos los días chilla como cerdo abierto en canal, y eso que un sólo quejido o murmullo es repetido, multiplicado y magnificado por las desmesuradas cadenas de sus medios de comunicación, nacionales o locales, de radio y televisión, desde donde pretenden potenciarse como una realidad mayoritaria, apabullante en el país, cosa lejos de la realidad inclusive sumándole la reciente victoria contrarreformista del 2D de 2.007. Es la oposición política venezolana, suerte de descomunal estadio vacío dotado de una magnífica estructura electrónica comunicacional, con grandes cornetas y micrófonos, donde la voz de uno o dos puede ahogar los gritos de cien adversos que se sitúen en las gradas.

En un tiempo pasado el estadio pudo estar lleno de sus adeptos, pero la realidad es que de ese tiempo sólo quedan los micrófonos, casi naturaleza muerta, la imagen virtual y el hábito y el deseo de la dirigencia de proseguir con su época de gloria política, entendiendo gloria como la bonanza despótica del bolsillo de uno o dos amos del valle mientras el resto se jodía de hambre. Y así continúan, multiplicando sus chillidos y suspiros en los micrófonos, intentando convencer a los venezolanos de que porque se oiga más en el país (el estadio) la voz de dos o tres por encima de cien, son mayoría. Es la oposición política venezolana, con antenas magnificadoras y repetidoras hasta en el extranjero, de donde recibe sus lineamientos y finanzas.

No es fácil dejar de oírla, primero por competencia lógica política de toda democracia y segundo porque ella misma, aunque se consiga flaca, se presenta obesa de presunción mayoritaria. De hecho, muchos son los ciudadanos desinformados que caen en su ardid y, como navegantes enloquecidos por las sirenas, van y se sientan en las gradas, a continuar oyendo la relación apocalíptica del país, muchas veces compartiendo con el amigo invisible que se sienta a su lado, el cual es como el mismo país que le describen, no menos existente por invisible, según convencen los micrófonos de los líderes. Se dirá que oyen cantos de ballenas y no de sirenas, pero a ellos, ya llevados por la corriente, les da igual que le den gato por liebre.

Es la oposición política venezolana que, a falta de pueblo, colocan en rol protagónico sus micrófonos para hablar como cientos, sin importarle que una voz interior les musite (aquí tapan los micrófonos) que de la ilusión también se vive. Pero no les importa. Sus cerebros universitarios han adquiridos técnicas de dominio de masas y ellos, cuando las aplican, no se miran como ilusos sino como tecnócratas que ponen en marcha sus armas durante el combate. Más vale un enano armado que gigante con buenas intenciones; más valen balas que ideas; más vale una voz que se oiga a miles de kilómetros que kilómetros de gente que se oigan a mil centímetros. Son las enseñanzas de Goebbels, aquel tremendo tío de la propaganda fascista alemana.

En fin, son técnicas a desplegar durante el combate, cuando se está en desventaja. Pero hay otras, áureas, para momentos cumbres, esto es, para cuando se alcance el poder. Su aplicación posee la virtud de asegurar el poder mismo, de manera irremediable. Una de origen maquiavélica -aquel tremendo tío consejero de reyes-, que reza: "Elimina físicamente a tu enemigo." Y la otroa, que en realidad es la misma, pero más estilizada con doctrinas psicológicas del escarmiento de las masas y el temor enemigo: cortar cabezas y mostrarla en las plazas públicas. Localmente la técnica tiene ya sus precedentes en aquel tremendo tío realista llamado Francisco Tomás Morales, sucesor de Boves, quien pasó por las armas en 1814 a toda la población de Carúpano, dando cuenta luego en su informe de haber matado a más de 3.000 independentistas.

Por supuesto, las cabezas no tendrían que ser expuesta en las plazas. Hay leyes internacionales ahora que condenan el asesinato. El miedo se habrá de infundir suficientemente con los rumores, como han acostumbrado al pueblo con sus micrófonos. Baste con ejecutar las cosas del modo como manda el manual universitario para inculcar el respeto, esto es, brutalmente, que todo el mundo sepa cómo se hace pero sin dejar evidencias. El resto lo hace la imaginería del miedo. Memorable son los capítulos históricos de la Noche de los Cuchillos Largos, cuando el fascismo alemán asesinó a los propios aliados suyos, los "Camisas Pardas" (SA, grupo paramilitar de choque), para afianzarse en el poder con mayor facilidad; o, sin ir muy lejos, cuando el fascismo criollo venezolano, durante el golpe de Estado de 2.002, levantó cielo y tierra cazando los miembros del gobierno constitucional, sus enemigos políticos. Si no les genera escrúpulo cometer crímenes contra los suyos, menos contra los declarados enemigos políticos. ¿Qué cabe esperar?

¿Y qué tanto grita en los micrófonos la dirigencia opositora, en su afán de multiplicarse mientras empequeñece al enemigo, el gobierno constitucional de Venezuela, y a precio de ganar adeptos? A continuación una lista de los gritos, muchos de ellos -hay que reconocerlo- con base cierta en la realidad, aunque magnificados desde su real naturaleza; pero ya sabemos, no es igual un problema original a uno magnificado, del mismo modo que no es igual la hoja de coca a la cocaina ni el café a la cafeína, para hablar ilustrando, por cierto, con una de las mentiras que propala hoy día la oposición política venezolana:

(1) Dictadura y autoritarismo: tenemos que luchar por la libertad
(2) Hambre y miseria: tenemos que liberar a la patria
(3) Escasez, desempleo e inseguridad: tenemos que atender al pueblo
(4) Censura comunicacional: en Venezuela no hay libertad de expresión
(5) Bonanza petrolera: Chávez regala el dinero (es mentira lo de los créditos)
(6) Política internacional: el gobierno lleva al país a una guerra
(7) Relaciones con Rusia y China: Venezuela encamina el país al atraso, porque el progreso está en EEUU
(8) Atención al trabajador, aumentos de sueldos, salario más alto de Latinoamérica: el gobierno daña al empresariado
(9) Combate al latifundio: el gobierno liquida la propiedad privada y la producción de alimentos.
(10) Consejos comunales y milicias: el gobierno intenta crear paramilitares
(11) Libertad de expresión: desinformación a diaria de la realidad emitida por los micrófonos
(12) Quien consume café es cafeinómano como es cocainómano el que consume hojas de coca.

Se oyen más gritos, pero son extensiones de los dichos. Tales son los argumentos, escritos a fuego en las cartillas de los operadores de sonido de la oposición venezolana. El estadio retumba de continuo ante los altos decibeles de los chillidos. Los curiosos se acercan y toman asientos en las gradas. Los ponen a chillar también, pero no abriéndolos en canal cual cerdo, sino abriéndoles la cabeza para trabajar sus cerebros. Los multiplican con espejos efectistas. Les hablan de contrarrevolución patria, de tomar el poder, de dinero en los bolsillos, de viajar a Disneylandia y Europa, de tomarse una foto con Bill Clinton o el rey de España o la reina madre de Inglaterra.

Pero queremos por un momento apagar los micrófonos y dejar el estadio en silencio; penetrar en medio de la virtualidad, más allá del gran sonido de los parlantes, hasta el oído y cerebro mismo de la oposición política venezolana, que sabemos que es humana y no ese ser del espectáculo y el histrionismo que pintan sus líderes. Queremos llegar a una especio de oasis de silencio donde puedan oír, dirigente y dirigidos, y comprender lo siguiente:

(1) Todos: Venezuela no es ni debe ser puro ruido, sino un país concreto, sincero, prospero y libre
(2) Todos: Lo ideal es comprender la vida política como la escenificación de un juego, a efectos del atractivo entretenimiento, si lo queremos ver así, con sus reglas, sus salvados, sus jueces, los cuales deben ser respetados. Así, mientras se vive y prospera, el arduo trabajo de la política debería parecer un juego. Nada suicidios, mentadas de madre, amenazas, llantos o golpes de pecho.
(3) Pueblo: No existe el hambre más allá de la necesidad fisiológica, hecho que puede ser alterado, como en los perros de Pavlov, de manera artificial. El hambre plástica es inducida y utilizada para oscuros propósitos.
(4) Medios de comunicación: No jueguen con el miedo natural de los humanos, ni con los venezolanos. No desinformen, deformen o aformen.
(5) Dirigentes y dirigidos: "No se dejen conducir por los violentos" (Marciano, Diario Vea (2.007); dic. 23)
(6) Oposición: "Administren su victoria" (Hugo Chávez), miren la realidad en su precisa dimensión, reconozcan al contrario.
(7) Oposición: No generen ruido para ahogar la verdad. Ella siempre surge en el firmamento por venir y sólo a una condición de extrema derecha le acomoda su desprecio, y no le importa el futuro próspero comunitario.
(8) Pueblo: Sean franco con sus líderes. Cuestiónenlos, júzguelo, pídanles cuentas, pregúntenles a quienes responden, si a Venezuela o intereses extraños.
(9) Venezuela: Defiendan su industria petrolera. Es la Venezuela del presente mientras no se siembre y recoja su fruto sustitutivo del futuro como fuente generadora de riqueza.
(10) Dirigentes y dirigidos: No confundan oposición con traición a la patria. La culpa no la tiene nadie más que tú, porque en estos casos, para cuando se te pida cuentas en el cielo o el infierno, los “culpables” micrófonos del estadio son sólo artefactos electrónicos, irresponsables figuras, expresión de seres expatriados.
(11) Dirigentes políticos: No sacrifiquen al país ni al prójimo al el interés personal. Maten el gen egoísta. La patria es su resultado.
(12) Pueblo: Revisa la historia de tu país y aumenta tu autoestima nacional. Otros no son mejores que tú. Con tus recursos y tu inteligencia puedes destruir diez "superman", aunque te convenzan de lo contrario. De otro modo, es la cultura del miedo, el subdesarrollo y el coloniaje.
(13) Usuario: Cuestiona la televisión y los medios de información de tu país. Cree la mitad de lo que digan. Esfuérzate por contar con diversas fuentes de información, incluyendo a Globovisión, si es tu gusto, o excluyendo a un canal afín al Estado. Es tud decisión, pero que sea crítica y autocrítica.
(14) Ama a tu país por encima de todas las cosas. Cuando hay amenazas de guerra pierden todos; el bando es tu patria.
(15) Gracias por oir y no inventar que te obligué

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Oscar J. Camero

Escritor e investigador. Estudió Literatura en la UCV. Activista de izquierda. Apasionado por la filosofía, fotografía, viajes, ciudad, salud, música llanera y la investigación documental. Animal Político https://zoopolitico.blogspot.com/

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