Quiero comenzar el presente trabajo por donde debo hacerlo, no soy periodista egresado de alguna universidad, me considero comunicador social y hablo en primera persona, porque realmente fui victima de eso que llaman segregación profesional, tengo más de diez(10) años entrevistando gente en programas de radio. De ellos una buena parte en Radio Nacional de Venezuela, básicamente las entrevistas giran en torno a la economía y la política y la relación de ambos temas con el quehacer diario de la gente, dos temas inseparables en cuanto a la interrelación vinculante entre ambas.
Digo esto, de manera previa, para que sea entendida la explicación sobre el título del artículo, de tal manera que hay cosas que la gente a veces dice pero muy pocas o ninguna vez hacen. En varias oportunidades fui conminado a no desarrollar entrevistas en el programa de radio “Actores Económicos”, cosa que no alcanzaba a entender por cuanto no creía ni aún creo, que sea necesario ser periodista egresado de una universidad para desarrollar entrevistas, salvo que la única limitación era la Ley del Ejercicio del Periodista que a buen entendedor es una legislación para el ejercicio de la comunicación social por parte de los periodistas colegiados, al menos es lo que creo y hasta ahora nadie lo ha rebatido. Esto, sin entrar a considerar que es una limitación exclusivista y llena de discriminación a quienes hacen y hacemos la comunicación social no como medio de lucro sino como desde hace casi 10 años, en función del proceso revolucionario, siendo sumamente curioso, que quienes forman filas en él, prefieran excluir a mucha gente que hace el trabajo revolucionario a partir de la comunicación y el encuentro social, esto último, no se hace de manera clara, por el contrario, es a través de opiniones subjetivas, como se hizo y se sigue haciendo en el caso del camarada Mario Silva, entre otros, es bueno señalar que si este no recibe el apoyo real y contundente del presidente Chávez, harían muchas lunas que la Hojilla o en todo caso Mario, estuviera fuera del aire.
La explicación sobre el cinismo y la hipocresía, vienen ahora luego de lo señalado en los párrafos anteriores y en razón fundamental de lo señalado al final del anterior, es el caso que un revolucionario verdadero tiene que entender el momento político que está en juego desde el año 99 hasta la fecha, por cuanto todo aquello que conspire en contra de la participación y el protagonismo debe verse por encima de posiciones de gremios o apreciaciones individualistas, lamentablemente en nuestro país, en tiempos de la cuarta república, la escuela universitaria graduó profesionales para el status quo y solo aquellos y en esto me incluyo, que tuvimos y tenemos conciencia de la revolución necesaria en nuestro país, nos salvamos de esa vorágine, otros, por agregaduría y oportunismo están en este momento revolucionario en su campo, pero con pocas excepciones, se les puede calificar de revolucionarios a carta cabal y no defendiendo puestos de trabajo o posiciones que generalmente están de lado de lo que se ha denominado la derecha endógena.
En varias oportunidades, he oído decir y leído en medios de comunicación del proceso sobre la importancia de la comunicación alternativa, declaraciones de periodistas afectos al proceso y en posiciones de gobierno a través de los medios del Estado, pero es el caso si revisamos las programaciones respectivas que no hay programas de radio por ejemplo, que realicen entrevistas moderadores o conductores que no sean periodistas, salvo algunas excepciones en programas igualmente excepcionales.
Dicho esto, podemos afirmar que la comunicación alternativa está reducida casi en exclusiva a los medios alternativos y comunitarios y que ha sido sumamente imposible de manera sincera y clara su participación en medios de alcance nacionales, podemos entonces igualmente afirmar que los medios del Estado están secuestrados y que urge un cambio radical y perentorio, de allí y en concordancia con otro tema podemos deslizar que la revolución tiene que dar un paso de definiciones en esta materia porque afecta ineludiblemente la política comunicacional que a decir la verdad no existe, es decir ni es buena ni mala, sencillamente no aparece por ninguna parte.
*Economista, locutor y conductor radial, comunicador social alternativo
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