Indigna ver y oír como a la gran mayoría de los dueños de medios venezolanos de desinformación no les importa seguir prostituyendo sus empresas si con eso intentan afectar la popularidad del presidente Chávez. De verdad que pasaron de ser unas vedette a las que los gobiernos de la Cuarta República mantenían rodeadas de lujos; una suerte de Mataharis venezolanas; unas divas del poder… a ser unas desenfadadas putas, celulíticas y desaseadas que se acuestan con el primer borracho que les dé para comerse una arepa y tomarse un refresco.
Le coquetean a los reductos adecos y copeyanos que no hayan en que palo ahorcarse, con la esperanza de que, si estos recuperan el poder ellas (las putas mediáticas) asciendan nuevamente al estatus perdido. Le enseñan los picones a los empresarios a ver si se conduelen y aunque sea por lástima les den una limosna publicitaria. Le ofrecen el ruso, el checoslovaco, el griego y demás platos sexuales a uno que otro derechista de boina roja infiltrado en la revolución para que, bajo cuerda, les pague las piezas donde han tenido que vivir, desde que "llegó el Comandante y mandó a parar".
Quien sabe que pervertido pitiyankee les estará pagando ahora para que apunten su veneno contra la heroica selección olímpica venezolana que nos trajo los honores de haberse colocado entre los mejores atletas del mundo. Las acusaciones son tan viscerales que dan vergüenza ajena. Vamos a empezar por las medallas: apenas tres por disciplina. Es decir, solo tres países de los más de cien y miles de deportistas que compiten pueden ganar una de ellas. Estamos hablando de China con sus mil y pico de millones de habitantes… y además anfitriona; de las grandes potencias políticas, administrativas, bélicas y por supuesto deportivas, como Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Francia, Alemania, entre otras del llamado primer mundo, donde no padecen el hambre, la pobreza, la desigualdad… al nivel de la que nos dejaron los adecos (me refiero al genero en el que caben los copeyanos y demás derivados) en nuestro país. A ellos, un cuarto lugar en el ranking mundial les parece despreciable, porque lo importante es la medalla, que por cierto con razón Mohamed Alí mando pal carajo públicamente. Estoy seguro que si nos hubiésemos ganado veinte preseas de bronce estarían diciendo: "tanto dinero invertido para tan poco", porque en ese caso serían importante solo las de plata y las de oro. Y si nos hubiésemos traído quince de plata, entonces solo serían importantes las de oro y publicarían referencias comparativas con las doradas ganadas por Estados Unidos. Y si hubiéramos ganado aunque sea dos de oro, entonces el reproche sería porque Jamaica se trajo seis…. Porque en definitiva el encargo consiste en negar cualquier cosa que parezca un logro de la revolución. De vainita hablan de las 24 medallas que ganó Cuba y que con diez veces menos gente que Estados Unidos, casi cincuenta años de bloqueo, especialmente durante el llamado Período Especial de más de una década, le ha pateado el trasero a los gringos un montón de veces en olimpiadas y demás encuentros deportivos mundiales, incluyendo disciplinas como el Béisbol en el que los norteamericanos han quedado muy por debajo de los socialistas cubanos, con todo su Big Show. ¿Por qué no especulan sobre las cincuenta y una medallas de oro que se ganaron los comunistas chinos, quince más que los súpermanes gringos? A las barraganas mediáticas no les parece importante que más de un centenar de venezolanos superaran las pruebas clasificatorias midiéndose con los mejores del mundo. Que porcentualmente estemos entre los países del continente con mayor número de atletas en Beijing, e inclusive numéricamente con más delegados que México –por ejemplo- que tiene mucha más población. Debo suponer que para el "Nazional", "La Mentira" y "El Universión", que la Selección Nacional de Fútbol llegue al mundial superando las eliminatorias en las que se mide, entre otros con Brasil y Argentina es lo de menos, porque para su tarifado criterio la Vinotinto está obligada a ganar el Mundial.
Para ser honestos, nosotros tenemos apenas cinco años de atención a los atletas de alto rendimiento, gracias a que la ultraderecha-pitiyankee, con ayuda de sus putas mediáticas, nos saboteó hasta el 2003. Pero estoy seguro que vamos avanzando como avanzan los pueblos socialistas, entre los que Cuba es nuestra digna representación latinoamericana. ¡Claro! los cubanos tienen medio siglo de revolución. La ubicación de nuestros atletas en la tabla mundial de posiciones indica que vamos tras el oro socialista, mientras la tabla de posiciones mediáticas lo que revela es la decadencia de nuestros medios que cada vez venden menos, porque ya la gente no les cree, es decir que si se hiciera una olimpiada de medios, los venezolanos no podrían "salir por la puerta de atrás" -como tituló el panfleto rosalista de Maracaibo "La Mentira", en detrimento de nuestros héroes atletas- porque ellos ni siquiera podrían entrar… no clasificarían porque están de último en el ranking de medios de comunicación.
Por cierto, le pedimos a Eduardo Álvarez, Presidente del Comité Olímpico Venezolano y a otros altos funcionarios del Gobierno que, antes de reconocer el supuesto fracaso o hacer el mea culpa por la actuación de nuestros compatriotas atletas en Beijing, revisen bien la tabla mundial de posiciones y después nos explican en que consiste el fracaso.
Darvin Romero Montiel
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