De que existe libertad de expresión en esta tiránica dictadura, existe.
Que más muestra que ésta: que el segundo artículo de Aporrea en el primer día de su octavo año sea este esperpento y agridulce artículo de Vladimir Villegas, del manual para callar a Globovisión.. No puedo menos que retomar mi teclado y empezar a hacer uso del alfabeto.
Esos días inciertos en los que algunos se quedan encaramados sobre aquella cerca tan conocida que se llama talanquera, sin destino conocido, es muy similar a sentarse en el medio de la tabla del sube y baja de la infancia, el único lugar que no divierte a nadie que ni te sube ni te baja, es en esos días donde señores como Vladimir Villegas, escribe y hay que tomarse su sopa de letras incongruentes de desayuno.
Vamos a reordenarle algunas ideas y quitarle sus otras esperanzas manifiestas en este infeliz escrito.
El Puntifijismo es del siglo pasado, Sr. Villegas, por si no se ha dado cuenta. Si su esperanza, que a todas luces, es que Chavistas y opositores se alternen el poder, y se saluden y dialoguen como atrora adecos y copeyanos, se equivocó de época. Aquí, al más puro verbo Gramsciano, hay alguien que tiene que morir y otro que tiene que nacer, para empezar.
No hay posturas intermedias, o si hay, gente cómo usted, que quizá cree que manteniéndose en el medio sirve para algo, pero salidas intermedias si que no hay. O son ellos o es la Revolución.
Sus proposiciones de un canal muy parecido al de sus dos iniciales VV, no son viables, porque aquí hay dos lenguajes: el del pasado, de apátridos traidores que desangraron nuestra Venezuela y el de los que vamos de frente hacia el socialismo. Dos sociedades que no pueden entablar amistad jamás. Así que si su idea, o su mensaje entrelíneas es cómo buscar un chavismo puntofijista, yo no le veo futuro, creo que mejor será que termine de brincar pal otro lado, a ver si hay alguien que lo quiera.Pero aquí, más temprano que tarde nacerá lo que tiene que nacer y morirá lo que tiene que morir.
Por otro lado, las transmisiones Ravellicas del 33 no son para nada comparables a las de nuestro canal VTV, si bien es cierto que el 8 se ha tenido que convertir en vocero de las obras de la revolución, no del PSUV cómo usted dice, ante el cerco mediático de la oposición que para nada es más “pequeño” como usted quiere hacer creer, VTV no es partícipe de laboratorios donde se engendran engaños ni envenenamientos mediáticos, donde se echan pajazos a los paramilitares para incitar a una guerra civil como su Globovisión.
Sólo coincido con usted en una cosa: a las transmisiones por cable, es verdad, hay que ponerles el ojo también. Con pena pasaba la otra tarde por la autopista de Este, más o menos frente a la UBV, y vi entre los dos canales una siembra de antenas de cable, que con horror, descubrí que sus usuarios son quienes viven en los ranchos debajo de ese puente, hasta donde, ¡dios mío la penetración!, no tienen para comer pero si para su subscripción al cable. No es porque no haya alternativas, antes de que me responda, eso se llama penetración cultural, eso es la herencia de 40 años transmitiendo mediocridades que han hecho a mi pueblo adicto a los culebrones y a muñecos de torta rctvendidos.
En VTV hay ética, en globovisión hay un nido de alacranes resentidos, monstruos con mal de rabia, casi epilépticos que sufren por un país al que no pueden chuparle más el billete, que lloran por una teta que ahora amamanta al pueblo. Incomparables.
Venezuela si puede vivir sin tu Globovisión, señor Vladimir no es necesaria para nada, “a esa porquería que se llama Globovisión, el pueblo la va a cerrar!”
Como las dos puntas del subibaja, Vladimir. Olvídate de tus esperanzas, o te subes o te bajas, o te montas o te encaramas, o te quedas o terminas de brincar.
Buenos días.
brachoraul@gmail.com