Leyendo el artículo de Alfredo Domínguez Fernández titulado: “Llegó la hora de que nosotros apoyemos a Aporrea” y los ataques a Mario Silva, moderador de la Hojilla, les juro que estoy que reviento en llanto.
Primero, leí las explicaciones que este portal suministró por la suspensión repentina del servicio de Aporrea y no caí en cuenta de la magnitud de la situación, por el contrario, lo asumí como un crecimiento del portal que había sido tanto que requería servidores de mayor capacidad y casi que estallo en aplausos de felicidad.
Segundo, hay cosas que no entiendo de esta revolución, como la misma a la que alude Domínguez: el problema económico. No es posible que con el servicio que esta publicación digital presta al proceso revolucionario que lidera el presidente Hugo Rafael Chávez Frías, haya salido de circulación porque sus equipos están obsoletos y tiene dificultades para reemplazarlos y no haya ninguna institución del Gobierno bolivariano, que tomando en cuenta la importancia de medios de comunicación como este, faciliten de alguna manera los recursos que se requieren para su buen funcionamiento.
Ante tal situación, uno no puede dejar de preguntarse: ¿Qué esperanzas pueden tener personas como yo, por ejemplo, que estoy desempleado desde noviembre, si no le paran bolas a un página como Aporrea?, pero bueno, sigamos adelante con mucha fe y constancia. Los revolucionarios de corazón no desmayan. Aunque Me cuesta creer algo así: ¿Será que el compatriota Alfredo Domínguez en medio de la angustia que genera en los revolucionarios no contar con Aporrea, se hizo esa presunción publicada el jueves 24 del mes en curso? No lo sé, pero de verdad, lo que dice es grave.
Tercero, no entiendo, como la revolución le suministra publicidad a medios de comunicación que siempre han jugado al golpe de estado y no se busca la forma de oxigenar a los que son Patria o Muerte con el proceso.
Cuarto, también preocupa la situación que se observa con Mario Silva y la Hojilla. Y aquí la angustia no la tengo por el Gobierno, sino por los mismos revolucionarios. A veces se ataca de una forma brutal a este camarada y se olvidan del papel que ha jugado y sigue jugando a favor del proceso que lidera el presidente Chávez.
No conozco personalmente a Mario Silva, pero guste o no, se ha erigido como bastión fundamental en el allanamiento del camino para esa Venezuela del Socialismo del Siglo XXI, que tanto pregonamos a los cuatro vientos, por lo que creo que en lugar de agredirlo, más bien debemos apoyarlo. En todo caso, no lo hagan por este “bachiller marginal” como él se autocalifica, háganlo por la revolución si es que de verdad están con el proceso.
Pienso que mientras existan canales de televisión como Globovisión y Radio Caracas Televisión (RCTV) se justifica a Mario Silva y la Hojilla, que lo único que hace es responderle a la programación de esas emisoras con la misma intensidad con la que ellos atacan.
¿O qué quieren? ¿Será que pretenden que mientras desde estas televisoras disparan proyectiles de alto calibre, la revolución responda abriendo la mano y soplando un puñado de pétalos de rosas? No puede ser.
Que va, compatriotas, respeto las opiniones de cada quien –pues eso es lo más hermoso de esta revolución-, pero con esta oposición no se puede andar con pelos colgando, hay que enfrentarlos con esas fuerzas con la que ellos quisieran pulverizar al comandante Chávez y su proyecto de país, como hace Silva, quien no es ni poquito, ni más o menos, ni mucho, sino todo revolucionario y no lo escribo porque él lo dice, sino que esa es la sensación que deja después de cada uno de sus programas, de modo, que es uno de los nuestro, entonces, ¿Por qué los ataques en su contra?, sigo sin entender.
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