Al principio de este mes (Octubre del 2009) Arlen Cerda, periodista del diario La Prensa de Nicaragua, declaró a la agencia Efe en Chile: que en los últimos meses existe una "sutil" persecución contra medios de comunicación que son acusados de opositores y que Especialista estadounidense están “preocupado” por intolerancia contra libertad de expresión y prensa en América Latina. Además, indicó: que el presidente de la Asociación Internacional de Radio difusión (AIR), Luis Pardo, también estimó que en America Latina, la libertad de expresión “esta seriamente amenazada” especialmente en Argentina, Ecuador, Venezuela, Bolivia y Nicaragua y otras barbaridades que me ha motivado a comentarlas.
En ella se refleja una demanda negativa, “Actitudes muy hostiles por parte de gobiernos que no respetan ni creen en la libertad de expresión” bajo la percepción, de que hay iniciativas legislativas que van apoyando esa visión ideológica que aspira a tener un control hegemónico sobre los medios y a no permitir que los medios privados e independientes hagan su aporte a una sociedad democrática”
Estas mismas ligerezas también son indicadas y publicadas por periodista venezolanos, que me obliga a colocar en un sentido general el concepto de libertad de expresión, ha objeto de orientar al usuario en sus aplicaciones conceptuales, para evitar que America Latina se transforme en área de incertidumbre sociales. El concepto de libertad de expresión, esta tiene la misma estructura que todos los demás conceptos, las comunes que nos unen y las diferencias que nos separan. Lo primero que hay que identificar, es: cuales son los objetivos que motivan a determinada orientación política para liderizar un concepto. Indudablemente, que el objetivo seleccionado por los promotores del imperialismo « es un interés especifico y cuantificable» identificará a la opción más probable. Por los altos costos involucrados, es sometida al imperio « por colaboradores condicionados» a tomar la decisión y a poner los reales; sin pensar a quién y quienes se llevan por delante, con el propósito que el objetivo seleccionado le permita en el futuro mantener la supervivencia de un status imperialista.
Un alto porcentaje de los países del mundo esta esperando que los gurú del liberalismo, expliquen el “como” y el “porqué” el libre mercado generó la crisis financiera. Se refieren a especialista económico que fracasaron en sus planteamientos filosóficos. Se puede asegurar, que la intuición del pueblo latinoamericano le permite inferir que los llamados especialista de “La libertad de expresión” llevan el mismo camino; porque son los mismo actores., con otras herramientas y con el mismo objetivo imperial. La falta de profundidad conceptual obliga a acusar a quienes por naturaleza defiende lo pragmático con idealismos humanos, de perseguir a los promotores del interés imperialista, donde la falta de idealismo los obliga a una guerra psicológica con escisión psicótica.
Cómo pueden pretender el especialista de la “libertad de expresión y sus asociados” que los pueblos latinoamericanos, vuelvan a cometer los mismos errores del pasado: por consecuencia de la manipulación conceptual. La sangre derramada por nuestros libertadores, el hambre que pasan nuestros compatriotas y los niños que cada día se mueren de mengua, exigen de no permitir que los medios privados e independientes alienados al imperialismo, contaminen lo que ya hemos afortunadamente iniciado. En conclusión, con la libertad de expresión en una democracia participativa y protagónica, en sentido general, surge la necesidad de la productividad social, es decir: producir con libertad sin inferir en la libertad de los otros, con justicia e igualdad, como cosas verdadera. Esto requiere del entendimiento (facultad que busca la verdad) y de la voluntad (facultad que busca el bien). Al usar ambas, se puede determinar dónde está el bien verdadero y seleccionarlo. Con la libertad de expresión, se promueve y se adquiere mayor facilidad de conocer y escoger el bien. Significa, mejorar la base de realizar buenas selecciones, creando el hábito de optar por el bien, para así poder optar al bienestar social posible para todos los seres humanos.
(*)Ing. Esp.