El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, el pasado 25 de octubre creó el Viceministerio de la Suprema Felicidad. Veamos un poco con qué se come eso, frase que popularizó quien fue hombre fuerte del gobierno de Chávez, en sus primeros años, y luego brincó la talanquera. Me refiero a Luis Miquilena.
¿Saben ustedes quién acuñó esa frase: “La Suprema Felicidad”? Nuestro Comandante eterno Hugo Chávez Frías, cuando la incluyó dentro del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, 2007-2013. En buena o mala hora, depende con el cristal con que se vea, la desempolva Maduro, y crea un Viceministerio para que se encargue del paquete. Es decir, de llevar a cabo esa tarea, pienso yo, dentro del marco de su gobierno de calle.
Pero Dios, también tiene un Plan para usted. ¿Cuál es ese Plan? Según lo que pude leer sobre el tema, el Plan de Dios es hermoso y sencillo. Es decir, nada complicado. “Él desea que usted tenga alegría y llegue a ser más como ÉL”. Y hay más: Él no espera que usted sea perfecto, lo que desea es que aprenda de sus errores, cada vez que tome una mala decisión, con consecuencias dolorosas, y esa decisión, tarde o temprano, lo llevará derechito a la infelicidad. Mientras que, del mismo modo, al saber elegir y poner en práctica una buena decisión, lo conducirá a un alto grado de felicidad. Un ejemplo, votando el 8-D por los candidatos del chavismo y el Polo Patriótico.
Por otro lado, volviendo a la Suprema Felicidad que contempló nuestro Gigante Hugo Chávez, se define como “La visión de largo plazo que tiene como punto de partida la construcción de una estructura social incluyente, formando una nueva sociedad de incluidos, un nuevo Modelo Social Productivo, socialista, humanista, endógeno, donde todos vivamos en similares condiciones, rumbo a lo que decía Simón Bolívar: “La Suprema Felicidad Social”.
Entonces, la tarea del vice ministro no es nada fácil. Tiene, entre sus funciones, el de reimpulsar algunas misiones, como la “José Gregorio Hernández”. La “Negra Hipólita”, “Hijos de Venezuela” y “Amor Mayor”, entre otras. Tal vez eso no le resulte tan difícil si llegan los “churupos”. La cosa se pone difícil, digo yo, para mis adentros, en lo tocante a la nueva sociedad, al nuevo hombre y la nueva mujer. ¡Cómo se come eso! Las intenciones del presidente Nicolás Maduro, son buenas. Lo que me parece es que se está improvisando sobre la marcha. Para tratar de neutralizar los embates de la derecha. Pienso que lo inmediato es salir a votar, todos, toditos, el 8-D. Si les propinamos una paliza. El camino queda despejado para la Suprema Felicidad. ¡Volveré!