Siempre se ha considerado, que lo mejor que le puede ocurrir a un gobierno, es tener de contrapeso a una excelente oposición, ya que se convierten en el equilibrio político, en “el gran monitoreador” de las políticas públicas y del manejo transparente del erario público.
Sin embargo, en Venezuela, existe lo tragicómico, tenemos una oposición que sólo es eso, una oposición a todo lo que haga el gobierno, no es una alternativa. Por lo tanto, no hay contrapeso político, son apenas un grupo de declarantes permanentes, a través de los medios de comunicación social, que desde hace rato, sustituyeron a los partidos políticos que representan a la oposición venezolana.
El comportamiento político de ésta oposición apátrida y sin sentido social, es bien pintoresca, actúan de manera reactiva, viven pendiente de todo lo que dice el Presidente Chávez, para ellos criticar. Lo último que dijo, el líder de éste proceso revolucionario. No tienen un sólo planteamiento o proyecto de país, que sirva de referencia al electorado venezolano.
La oposición, se maneja por los caminos del odio y el desprecio al Presidente de la Republica, tanto que sólo le importa llevarle la contraria a todo, por eso los niveles de credibilidad en ellos, es tan baja.
Éste sector envenenado por la codicia y los deseos de retomar el poder político, los ha hecho “celebrar”: cuando hay sequía, cuando sube el dólar permuta, cuando aumenta la tasa de homicidios, cuando aumenta la tasa de inflación, cuando baja el precio del petróleo, etc.
Ésta “original” oposición, hacen un terrible silencio: cuando aumenta el empleo, cuando tenemos éxitos deportivos, cuando aumenta la matricula escolar, cuando disminuye la mortalidad infantil, cuando se hacen autopistas, vías para ferrocarriles, puentes, cuando se incrementan las líneas del metro, etc.
Ha que barrerlos el 26 de septiembre y darles una soberana paliza! Y demostrarle que más nunca volverán!
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