Es interesante
la propaganda que hay en el canal 8 acerca de la quinta columna, “en
tiempos de guerra”. Es una interpretación literal acerca del origen
histórico de la frase, que indicaba a los traidores, que se vendieron
a los enemigos.
LA QUINTA COLUMNA EN VENEZUELA
Pero en Venezuela,
en pleno siglo 21, las definiciones no pueden ser tan en blanco y negro.
Desde el punto de vista semántico, se entiende por quinta
columna un grupo estructurado que, haciéndose pasar por miembros de
un bando, en realidad sirven sistemática y conscientemente al bando
opuesto. Son los infiltrados, que buscan descomponer nuestras filas
para facilitar el trabajo a las columnas enemigas, que, producto de
su labor de zapa, no nos encontrará tan unidos y tan cohesionados como
se debiera.
Entre el negro
del pueblo y el blancadeco del imperio, existe una variada gama de grises,
de tonalidades que son utilizadas por ambos bandos para sus fines. Y
es aquí donde la inteligencia enemiga realiza su labor de espionaje
y contraespionaje, sobre todo en esta guerra de cuarta generación,
donde, aunque los cañones aún no han tronado, hace ya mucho tiempo
que nos vienen matando gente, dividiendo, intrigando, frenando cuando
pueden y echando para atrás las partes del proceso que les es posible
echar para atrás.
LOS QUINTA COLUMNA QUE NO SABEN QUE LO SON.
Por el canal
del Estado se ha aclarado suficientemente lo que es la quinta columna
en una guerra convencional. Nosotros nos ocuparemos aquí de los
infiltrados dentro de nosotros.
Los utilizables por el enemigo:
- Los que quisieran alguna vez hacerse ricos, y prefieren que al capitalismo no se le dé duro, para que exista la oportunidad de que “algún día” sus vanas esperanzas se hagan realidad. Estos ingenuos son los que vitorean a los infiltrados que, cada día, buscan echar para atrás todo lo que signifique Poder Popular y Socialismo, son anticomunistas sin saber qué carrizo es comunismo, y definen el proceso revolucionario como algo bien “light”, en lo cual coexisten “empresarios socialistas” con el pueblo. Gatos y ratones en la misma caja. Ya se sabe quién se comerá a quién.
- Los que se dejan engañar con “eso es lo que el Presidente quiere”, cuando algunos hartos funcionarios traicionan, venden, corrompen y sabotean en toda forma el proceso revolucionario, desde sus altos cargos
- Los que han sido infiltrados en sus mentes y corazones desde hace tiempo, y no lo saben, creyendo que sus razonamientos escuálidos les pertenecen. ¡pobres tipos!
LOS QUINTA COLUMNA CONSCIENTES DENTRO DEL PROCESO
Forman parte
de una red que está presente y activa desde que el proceso comenzó.
Antes estuvo liderizada por Miquilena y otros bichitos, y se han ido
desenmascarando en la medida en que esto avanza. Así, van quedando
en el camino los Miquilena, los Baduel, bichitos como aquel ministro
de la defensa que, en la cuarta, metía presos a los que hacían propaganda
de Chávez en los cuarteles, y cuando éste lo nombró ministro de la
defensa, llamó a los Marines para que nos “ayudaran” cuando el
desastre de Vargas (por cierto, de dudoso origen, probablemente del
HAARP). Pero esos no son ya peligrosos. Cuando los descubrieron y les
salía juicio por corruptos y por traición, de quitaron la máscara
y mostraron su verdadera faz escuálida. SIEMPRE FUERON DISIDENTES DE
LA REVOLUCIÓN, SÓLO QUE ENQUISTADOS, ECHANDO LAVATIVA DESDE ADENTRO.
PELIGROSOS
SON LOS QUE AÚN ESTÁN DENTRO, y consiguen puestos muy altos donde
pulsa el dinero, donde se contrata y administra personal, donde se pueden
hacer negocios y sabotear el proceso. esa mafia se ha dado el gusto
de quitar y poner ministros, en el mismísimo Miraflores, burlándose
de Chávez. Su redactora favorita de informes es Betty La Fea.
CONÓCELOS:
LOS ADMINISTRATIVOS:
Esos quinta
columna suelen estar en las oficinas administrativas de algunos ministerios,
las misiones y entes adscritos, desde donde manejan toda una red destinada
a hostigar a los revolucionarios, las revolucionarias y al pueblo, retardando
pagos, saboteando procesos administrativos, guisando, “perdiendo”
documentos, amañando informes, para meter a su mafia y eliminar a quienes
estén con Chávez. Cuando están en bancos del Estado, roban a los
clientes, casi siempre inocentes trabajadores. Así logran dos cosas:
Hacer platica mal habida, y desprestigiar la institución para la que
trabajan. El Ministro puede ser muy revolucionario, pero con frecuencia
cargan en el saco más de un camaleón de estos que, en las reuniones
con el jefe simulan ser los más arrechos socialistas, pero de cara
a los trabajadores se sabe la clase de alimañas que son.
LOS HARTOS FUNCIONARIOS:
No es un error
ortográfico. Estos bichitos no se cansan de chuparse el gobierno y
acceden, por virtud de la mafia, a los mejores y más importantes cargos,
dándoles palo a los revolucionarios (recuérdese lo que le hicieron
al ministro Eduardo Samán, y a muchos otros). Su modus operandi incluye
defender como sea las leyes de la cuarta república y frenar toda transformación
verdadera, usan artimañas burocráticas para justificar sus acciones,
y suelen rodearse con personas que no tengan ni idea de lo que es el
proceso revolucionario, para manipularlos mejor, aprovechándose de
su desconocimiento, y crecer dentro del cuerpo gubernamental como un
cáncer.
Ahí están,
quebrando bancos, convirtiéndose de pelabolas en banqueros y millonarios,
pudriendo a PDVAL (¿cobrando al imperio por eso?), haciéndoles las
tetas a sus amantes, con testaferros que todo el mundo conoce pero nadie
puede probar, con sus contactos en todas partes, para garantizarse la
impunidad. Cuando se descubren sus guisos, tal como en la cuarta, de
la que provienen, suelen caer algunos testaferros y pendejos. Sin embargo,
a veces caen peces gordos: Baduel cayó junto con su habilitado, y el
de PDVAL no pudo salvarse. Sólo un botón de muestra.
LOS CARA DURA
A veces llegan
a ser ministros, y desde que Chávez los nombra, comienzan a sabotear
abiertamente, dependiendo de la palanca que tengan. Se encargan de darles
en la madre a los revolucionarios y al pueblo, desde las harturas del
poder, mientras que se presentan ante el Presidente como los más obedientes,
los más socialistas, los más rojitos. ¿Se le ocurre algún nombre?
¡Seguro que sí!
A mí también, pero no voy a escribirlos ...POR AHORA. Precaución no es cobardía, ¿no? Pero si usted sabe alguno y se atreve, tírelo al público, porque cuando alguien se quita la máscara, hay que encender una luz.
andrea.coa@gmail.com