Los dirigentes mediáticos de la oposición, envalentonados por los resultados del 26S están preocupados porque el Presidente Chávez afrontó de manera valiente y decidida el vil negocio de la construcción privada de viviendas. Y lo hizo con la única intención de garantizarle a los compradores – la mayoría de la clase media – la adjudicación de sus casas a los precios inicialmente acordados, invirtiendo para ello todo el dinero necesario para concluir las nunca acabadas urbanizaciones autorizando, de pasodoble la entrega de inmediato de las casas o apartamentos construidos y el reintegro del dinero cobrado por IPC.
No hay una vaina más arrecha para una familia que tener un techo propio. Es tanto el afán de lograrlo que por eso caen en manos de cuanto vagabundo, disfrazado de promotor inmobiliario, se les atraviesa en el camino. Son innumerables las estafas cometidas en contra de parejas en busca de casa. La ilusión de tener casa propia lleva a la gente a creer en cuanto cuento de camino le inventan estos falsos empresarios. Eso de pagar la inicial en 18 meses les permite a estos bicharrangos hacerse de un buen dinero sin haber comenzado la obra. Ellos matan la partida presentado la maqueta en un acto preñado de fino escocés y maras de delicateses de pasapalos.
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