La sonrisa
burlona de M. A. Rodríguez cuando destituyeron a Ojeda de la Comisión
parlamentaria de Penitenciaría fue una daga fría para el destituido
que se clavó en su corazón, en verdad el hecho no se había visto
en tiempos recientes en el parlamento venezolano y nadie quemó las
velas para defender al defenestrado diputado, la ausencia de solidaridad
opositora dejó desguarnecido al recién estrenado parlamentario.
En Perú
durante la juramentación del nuevo presidente Ollanta Humala una diputada
profirió destempladas palabras en pleno acto de juramentación
del recién electo magistrado peruano. La consecuencia de tal atrevimiento
fue la suspensión por 120 días de sus funciones parlamentarias muy
a pesar que la diputada ofreció pedir disculpa pública lo cual no
fue aceptado y se privilegió la sanción de tres meses.
Pues bien,
la destitución de Ojeda lo margina pero se resiste a que otros diputados
centren los focos, los micrófonos, los flash; y en el diseño de su
estrategia es recuperar el espacio perdido toma pues como parte de resarcir
su “lustre público” la decisión de la Ministra Iris Varela para
pasar a la palestra y decir como un pujo que la recién estrenada “estimula
la delincuencia”.
El gris diputado
como ungido de un don divino del conocimiento que se apoderó de él
tan pronto fue juramentado en el parlamento venezolano ya que visualiza
el pasado, marca el presente y se anticipa al futuro y tiene oculto
en una bola de cristal el GPS hamponil que le demarca todo el mapa organigrámico
de las variables, de los factores, causas, consecuencias de la delincuencia
y de los factores culturales que lo llevó a la temeridad de aseverar
que la Ministra facilita el curso del hampa, lo que resta es ver cómo
demuestra esa temerosa afirmación que algunas personas dudan que la
haga delante de la mirada escrutadora de la andina Ministra.
Mientras esto
ocurre, M. A. Rodríguez se oculta detrás de la ancha espalda
y muy bien nutrida corpulencia del diputado de Fedecámaras para privarse
de la risa por la desesperada incontinencia verbal de Ojeda puesto que
cuando el conflicto del Rodeo II pidió por las televisoras privadas
la libertad para los presos, hoy pide cárcel para cualquier infractor
cualquiera sea la causa y se suma a lo que aseguró Alfredo Peña, “Plomo
al hampa y al que no se muera, ¡le sale cárcel!”
Igual desconcierto
genera el gobernador de Capriles Radonsky quien jura y perjura que al
nuevo espacio insular no le permitirá que se le imponga el nombre de
Miranda. ¿Será que tiene una fuerza oculta para echar por tierra tal
intención?
Como decía
en sus skecht´s el humorista Joselo Díaz: -Parecen locos! ¿Verdad?
¿O será que Chávez los tiene locos?