Mesa Unitaria de la Unidad para Unir, Mesa de quesos. Mesa de ratones

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¿Quién quiere más queso? 

     Hay gente que le gusta el queso y hace de esto su delicia incluso para otros. Sabe que la presentación de una mesa de quesos es un arte, por eso sabe también que los secretos del queso tienen su técnica.. Por ejemplo, para un Camembert y un queso como el Brie, su arte es servirlos en trozos con todo y la corteza del moho. Déjele al comensal la tarea o el gusto de retirarla en su plato. 

     Para quesos como el Gouda, Gruyere y el Emmental la capa de cera que los cubre debe ser retirada al momento de ser  consumida cuidando  ser presentados en trozos grandes, no debe olvidarse  los diferentes tipos de ratones que  puede haber en la mesa (de la unidad). Ratones, ratonzuelos, ratoncillos, rateros, ratas, de cañería, de albañal etc,  que  están a la expectativa de que alguien lance arriba un trozo grande de emmental –por ejemplo- y que seguro no llegara a caer, dejando en ridículo al mismo Einstein. 

     Saber que el cheddar  se corta en rebanadas y luego en triángulos es una ventaja que muestra la clase de quien presenta (o representa) la mesa. Los quesos azules como el Roquefort córtelos en lonjas y demostrara su clase. 

     Sin embargo, debemos ser críticos. Y es que de la oposición no debemos hablar mucho, ellos hablan por si solo de sus gustos por el queso. Sin caer en el campo de la reacción debemos estar claros que en nuestras filas hay también buenos ratones y su adicción al queso, incluso muchas veces nos ha dejado sin palabras, aun cuando  nosotros comprendemos que vinieron expertos en el arte de disimular que son lo que no son.

2

                       Y que alguien me perdone por romper aquello de que los trapos sucios se lavan en casa, pero es que…. 

     Qué  rápido se pasó de los gritos al silencio. ¿Dónde estabamos?. Quizás, se interpretó mal a Sun Bin; “Actúa sólo cuando estés preparado” y se prefirió una retirada (poco) estratégica que a la larga nos colocó de auspiciadores de las peores tropas para una revolución: la de los oportunistas. Allí están, muchos de ellos, sobrándoles a los cargos y por sobre todo a la patria  – ¡al carajo la vergüenza!, parece ser el grito de guerra de los que confunden a Bolívar con un lomito y que nos lleva a nosotros a confirmar la existencia de ratones rojos. 

     La lógica, en términos  paradigmáticos se convirtió en  un incesante JODER – JODER, (que Covey ni que ocho  cuartos) con la correspondiente avalancha de ineptos restando, restando en una especie de aritmética de la derrota. Esta supone, no la ganancia de espacios reflexivos, organizativa y de movilización, sino el “pago” al favor recibido, como compañeras y compañeros que colaboraron con el proceso. Pudiera decirse, que muchos pensaron en una especie de “beca revolucionaria”, por llenarse las manos de almidón, por aparecer como profesionales del partido, como hijos de la revolución, por escribir en contra de..., o por florear uno que otro discurso donde el soberano iba de primero, sólo que  embarcado, embarcado. 

     Y hoy, como discípulos más de Sade, que de Bolívar o Rodríguez, corren por el laberinto en una miserable fraternidad de los ineptos, baboseando una  interrogante que les da fuerza para el peculio ¿Quién quiere más queso?, ¿Quién quiere más queso?. Salen de un cargo, no duran ni dos meses en el y corren despavoridos en un camino en forma de Y que los conduce al padrino tal o al cual: los mejores padrinos de la naciente (¿?) república, que convirtió una vez el error de dejar libre a la palabra constituida, al pensamiento para la dominación, para la domesticación. 

     Y es que ninguna revolución puede hacerse por cuotas, ni tampoco bajo la lógica de la “acumulación delictiva de capitales”, como lo pretenden algunos a espaldas del comandante – presidente. La euforia de muchos, en el medio del proceso, se ha desvanecido. En ello han privado criterios que nos hacen asumir una actitud de auto – crítica porque, no se puede ser crítico, sino se asume con entereza moral y ética inéditas las debilidades de la praxis revolucionaria en un tonto repliegue que nos hace; de pensamiento, palabra y omisión, responsables de lo que pudiera convertirse en un gigantesco fraude político, y que sería injustificable desde todo punto de vista, pues ningún hombre puede detenerse a orillas de un proceso, que comenzó desde hace mucho en este país. No se puede detener la marcha, mucho menos cuando la sangre de muchos venezolanos señala el camino para que se concreten verdaderos cambios. Entonces, ¿porqué seguir al margen del silencio y de la acción? 

     Hay que hacer nuestra la poesía de Celaya, su crítica – digo – sin que nos falte el dolor en la auto – crítica necesaria: “Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”, para tener que decir Maldigo la praxis de quien no toma partido en la defensa de sus ideales. ¿De qué puede valernos una práctica aislada? ¿Qué beneficios puede dejar la labor aislada en medio de una comunidad? El tiempo de la contemplación hace mucho tiempo quedó atrás en la lejana Grecia y en su filosofía ingenua y presocrática. El tiempo de hoy requiere de acciones verdaderamente comprometidas con la esencia revolucionaria de los pueblos. Lo adviniente es la revolución, siempre y cuando el compromiso no tenga miramientos para iniciar la desletrinización del proceso. Se le debe salir al paso a las posiciones que desde el más rancio oportunismo se erigen en puntales de un proceso de desmovilización que corre subterráneo, mientras se desvían objetivos para ponerlos en función de intereses individuales. A esta especie de lógica del quiero más queso se le debe enfrentar en todos los terrenos, en el debate ideológico –político sin caer en los pesimismo que pudiera generar las solidaridades  que desde altas instancias tengan algunos de los seudo – revolucionarios  en algunos municipios de este país para ponerse al frente del despliegue como patrulleros activos. 

3 
         El mejor secreto para la preparación de la mesa es  el no anticiparse, total todavía queda un rato para el 2012, si llegas a anticiparte (por agalluo o agallua) como RATONsky o Maria Corina pondrías en peligros a los quesos y por ende a los ratones  pues estos corren el riesgo de secarse por las corrientes políticas cerca de la mesa. Otra cosa que puede pasar es que los quesos suden y tu quedes en ridículo (ese es el riesgo de Ramón Guillermo desluciendo todo el empeño que le pusiste. Lo ideal es prepararla y servirla inmediatamente, pero si preferes tener todo listo para cuando lleguen los invitados, ármala (para eso esta el pentágono y la CIA), cúbrela (aprovecha Globo visión) con papel transparente y consérvala (nadie mejor que la Iglesia y sus monseñores) en un sitio frio (lo mas probable sea una especie de morgue política). Si bien no es la solución ideal ya que los quesos pueden mezclar sus aromas y sus ansias, sin dudas es lo más práctico y te va a ayudar con la presentación. Sobre los quesos y los ratones nuestros, es bueno hacer de la formación y la praxis un buen racumin para que de una vez terminen alistándose  con los que si saben de quesos.

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Nelson España

Miembro del Frente Antiimperialista de la Zona Sur - Anzoátegui

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