Eso fue los que nos dejó la seudo democracia popular con su capitalismo popular, recordemos el eufemismo de AD, queriéndose llamar el “partido del pueblo”, cuando la verdad verdadera fue que gobernó para las elites y las transnacionales de turno.
Hoy vuelven con nuevos rostros pero la misma idea retrograda perteneciente al jurásico político del siglo pasado. Nos quieren vender una idea viejísima muy utilizada por la democracia burguesa como lo es: La “Iniciativa Privada”. Es decir todos tenemos nuestro “capitalismo interior”, lo único que falta es un empujoncito para que flote y, con ello nos convertimos de la noche a la mañana en empresarios capitalistas, burgueses y demás yerbas. A futuro, si la oposición logra encaramarse en la silla de Miraflores, podríamos, nosotros el lumpen de siempre, los bidentes, los borrachitos, sentarnos porque no en un buen restaurante junto a los Machados, los López, los Zuluaga, los Brillemburg, los Salvatierra y, de repente si nuestro negocio nos da, hasta fundar un banco. En verdad que a la hora de mentir la derecha venezolana gana la medalla de oro mundial.
No habrá quien compre esta miserable mentira y, tenga sueños de grandeza, que a través de un préstamo y un pequeño negocio llegue hacer un Rockefeller. Pero la verdad es muy dura. Solo con educación, trabajo honesto, con empleo constante, con un estado fuerte, que regule la economía de mercado, la especulación, el contrabando de extracción, las prebendas, la corrupción, el amiguismo, los agasajos inmorales, el derroche y despilfarro ocioso, con la inversión necesaria de las ganancias que nos da el oro negro en la industrias básicas, para que estas nutran a la empresas ligeras y pesadas, que se logren esfuerzos mancomunados con capital criollo y foráneo para invertir en áreas primordiales como el agro, la ganadería, con un desarrollo sustentable desde aguas abajo, podemos de una vez por toda de industrializar al país, cuestión que no hemos podido hacer desde hace un siglo.
La burguesía castradora de la economía adecopeyana, es la misma que quiere torpedear a nuestro proceso revolucionario. Las elites económicas son las mismas desde los tiempos de Gómez, son las mismas que nunca perdieron sus privilegios aun con el derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez de la cual formaba parte. Esta desestabilización de hoy a través de radio, prensa y televisión hacen mella en el pueblo joven y a veces no tan joven. El GPP, debe empezar por hacer una gran movilización en defensa de la Industrialización de Venezuela, en defensa de los trabajadores, en defensa de las industrias básicas. Solo así lograremos concientizar a la población que se muestra esquiva a la hora de defender nuestra política económica y, piensa que todo lo foráneo es mejor, y que todo lo privado trae felicidad, mientras el estado solo debe ser un “mirón de palo” como en el domino.
Debemos desmontar el discurso de la derecha sobre nuestra política económica, es ahora o nunca,, Viviremos y Venceremos…
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