No podía llamarse debate, podía haberse llamado de otras formas pero debate no. Pero eso no importa, no me asombra la puesta en escena de los pre-candidatos de la MUD. Después los pucheros de María Corina, de las casas para pobres de Capriles, del la VenezuelaVille de Leopoldo, de la adequez sin complejos de Pablo Pérez. Después de Diego Arria, todo él un despropósito, qué podía uno esperar de ese mal llamado debate.
Dieron lo que siempre dan a un publico que solo espera muestras de un rotundo antichavismo, blindado contra argumentos, a prueba de inteligencia y sensibilidad humana. Un reducido público casi vampirezco que solo reacciona cuando huele sangre.
No hubo aplausos hasta que, al final del evento, Diego Arria amenazó, y él dice ser un hombre de palabra, con llevar a Chávez a la Haya. Imagino que el resto de los candidatos dijo: ¡Chanfle! ¡Hubiera clavado el cuchillito antes!. La amenaza hueca de Arria lo hizo subir como la espuma en las encuestas, poniendo a un saqueador de fondos públicos entre las opciones electorales más claras de quienes claman, indignados, que lo que menos soportan del este gobierno es la corrupción. Coherentes, como siempre…
Corruptos prometiendo acabar con la corrupción, y su público impávido. Que roben, que hagan lo que les de la gana pero que saquen a Chávez. ¡Brillante! Todo eso el el Aula Magna de una Universidad.
Y claro, no podemos olvidar -ojalá pudiera- a los que convocaron al debate: “Los estudiantes”. Esos muchachos que parecen haber dejado, quién sabe dónde, todo el ímpetu de la juventud. Sumisos estudiantes que ni se inmutaron ante el reclamo de 150 de sus compañeros que quedaron fuera de un debate que ellos, supuestamente, habían convocado. Muchachos a control remoto que hacían preguntas que otros pusieron en sus manos, sin repreguntas, sin una pizca de ganas de conocer las respuestas. Aspirantes a generación de relevo que no tienen compañeras y si las tienen como que prefieren dejarlas en la cocina, porque en el Aula Magna de la Católica no las vimos, y la que vimos estaba afuera furiosa gritando a todos los medios que no la había dejado entrar.
Y qué decir de la pausa comercial -perdón- el breve receso. Bofetadas de realidad que estallaban en la cara de los candidatos que hablaban un país aplastado y en ruinas, eso sí, con lujosos pisos de mármol italiano para gente selecta como usted, con seductora y exclusiva grifería para su casa -que este comunismo no le quitó-, viajes a exóticos destinos, el último alarido de la moda, selectas delicateses para navidad, ¡Merry Christmas, ho ho ho!
La amnésica locura que se muere por volver al pasado reciente y sufrido en carne propia.
El debate no era un debate, así como la gente pensante y decente de este país que, evidentemente, tampoco lo es.
carolachavez.wordpress.com