Carlos Blanco otrora comunista, contrajo nupcias con la oligarquía cuarto republicana y se “quebró”, pasando a formar parte del sequito de los “Doltores” de Acción Democrática en tiempos de CAP. Carlitos semanalmente no oculta su impotencia en su columna dominguera del Universal. Entre líneas envía mensajes subliminales sobre la incitación a una revuelta o cuartelazo cívico-militar. Blanco sueña con una rebelión comandada por eso que se denomina “Sociedad Sambil” y, con el apoyo de algunos generales y comacates felones. Últimamente se ha dado a la tares de “ligar” la muerte del presidente, tratando de plagiar unas aventuras muy similares a las de Roberto Malaver y su amiga la oligarca “Cinthya Machado Zuloaga”. Carlos Blanco hace un símil, pero con una ex guerrillera llamada “Dolores”. El “Doctol” Carlos Blanco es un excelente analista político, pero sus análisis van ligados a sus pensamientos neoliberales, es decir, para Carlos Blanco la Revolución Bolivariana no existe, él la define como un momento político mas de los muchos que ha vivido el país en 200 años. Unos de los grandes problemas en lo político que raya en fenómenos de orden sicológico es que ninguno de los pensadores o asesores de la derecha venezolana ha podido interpretar de manera realista al proceso de cambio de estructuras que se gesta en Venezuela. No se han dado cuenta Blanco y Marino González que Venezuela cambio para siempre, y será muy difícil volver a gobernar al país con una visión contraria a la realidad nacional.
Marino González es otro “Doltol” que asesora a nivel de “programa de gobierno” a la MUD, Marino tiene los mismos síntomas de todos los asesores de la derecha. No sabe interpretar el momento histórico que estamos viviendo. El cambio de época se antepone a la época de cambios, y esto no lo ven quienes tienen la responsabilidad de lograr captar votos para la derecha reaccionaria. El mundo sumergido en una crisis por ahora sin salida, convulsionado a nivel político, económico y ambiental, donde el ser humano se reivindica cada día mas, en contra de un modelo económico que agoniza. He aquí el detalle de estos “Doltores” que no saben leer las nuevas circunstancias de este nuevo tiempo. Venezuela y la Revolución necesitan de una oposición digna, científica, estudiosa, que no sea nariceada por intereses foráneos y por grandes capitales nacionales, tampoco por dirigente antinacionales que añoran políticas caducas y añejas, oxidadas por la inclemente humedad de la historia.
La Derecha reaccionaria y sus adláteres que la acompañan deben de ir modernizándose, sino, desaparecerán, y solo quedaran para escribir y contar historias de fabulas reaccionarias en los pocos diarios que existirán después del inevitable Armagedón¡¡.
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