Una vez que concluya el proceso electoral interno de la oposición venezolana y se sepa cual será el candidato que enfrentará al Presidente de la República y líder de la Revolución Bolivariana Hugo Rafael Chávez Frías, los venezolanos viviremos una de las experiencias electorales más significativas e impactantes que se hayan realizado; no sólo en nuestro país, sino en América Latina y el mundo.
Las ofertas electorales de los cinco candidatos finales de la oposición (uno se quedó en el camino) de la reciente contienda, poco a poco fueron mostrando sus propósitos e intereses para aspirar a la presidencia y ahora todos sus discursos y mensajes pasarán al olvido, luego de los resultados del 12 de febrero.
Quien resulte ganador, a pesar de que tratarán de presentarlo al país como candidato unitario de una mesa que a duras penas llegó con tres patas al final del proceso, tendrá que pasar ahora su mayor prueba y gran parte de su tiempo recomponiendo su estrategia(si es que no se la tienen lista) para enfocarse en la verdadera batalla, donde se verán las costuras, sus armas, su verdadera fuerza y la auténtica capacidad de un candidato que tratarán de vender al país como un potencial presidente de la república.
A pesar de que los números ya revelan la enorme inversión y el gran esfuerzo de los intereses que lo respaldan; que no son otros sino el del capital nacional y transnacional que busca de nuevo el poder en Venezuela.
Lo que está en juego no es sólo el futuro del país, sino el destino de un pueblo que afortunadamente ya ha encontrado un camino y que con sus defectos y virtudes, gracias a su líder, trata de salir de un pasado que lo mantuvo postrado por muchos años. La oligarquía ahora de nuevo afina sus garras para regresar, pero se encuentra un pueblo consciente y decidido a defender sus conquistas porque rechaza el pasado y además, sabe que está prohibido olvidar.
El nuevo escenario ofrece a los venezolanos muchas de las alternativas de un sistema que ha comenzado a cambiar rumbo al socialismo. No obstante, pareciera que las estrategias de la oposición se pasean justamente por la entrega del país al cual sólo han sabido explotar y “sordos, ciegos y mudos” se empeñan en querer volver a engañar.
Las elecciones de octubre son una nueva oportunidad para recordar a los venezolanos que hubo un pasado del cual hemos salido para siempre y no por casualidad. El futuro en revolución no es fácil y tampoco está a la vuelta de la esquina y por ello, el imperio se juega el todo por el todo.
El entierro de los viejos valores y la caída de los esquemas neoliberales que hoy están siendo enterrados a la vista de todos en el mundo (caso Europa y los mismos Estados Unidos) son el mejor espejo en el cual debemos mirarnos todos los venezolanos; porque lo que estará en juego el 7 de octubre es algo más que unas elecciones, lo que está en juego es la entrega o la liberación de la Patria.
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