Un fraude primario y alacránico

Tampoco es que se necesite saber lógica para no dejarse estafar por consideraciones tramposas. La lógica es un desnudo saber de buena tinta, inconcreto, de aquello que cada cual sabe de manera cabal. Por eso no se la necesita más, para rechazar un razonamiento falso, de lo que se apela a sus cánones para hacer uno correcto. Incluso, hasta  el lógico más docto la puede dejar y de hecho la deja radicalmente al margen de su pensamiento real. Y esto se explica porque, por ejemplo la ciencia consiste en un sistema de veracidades, leyes y normas generales, y, por tanto abstractas en relación con cualquier clase de objetos, por lo que un caso individual, comprendido en ellas, se presenta en cada ocasión según aquel saber general que vale de una vez, por todas, porque es mucho más fácil aplicar lo general, que investigar desde el principio por sí mismo el caso individual que se presenta, ya que, el conocimiento general abstracto, conseguido de una vez, siempre nos resulta más accesible que el escudriñamiento experimental de lo individual.

Estas tan cacareadas elecciones primarias de la MUD han ratificado lo que secularmente ha sido el comportamiento ético-político de las fuerzas retrógadas venezolanas. Se sabe, de forma general, lo que cada quien sabe de manera concreta incluyendo a los propios adeptos a la retrogradación: que los escuálidos son genéticamente tramposos. Lograron soportar sobre la trampa el tinglado que armaron durante tanto tiempo sobre sus despropósitos políticos; y despropósitos, porque siempre, a través de una democracia elaborada sólo a punta de idílicos versos políticos, mantuvieron al pueblo marginado para poder diezmar así, en vulgar contubernio con los rapiñadores gringos, una riqueza que en justicia ha pertenecido y pertenece a todos los venezolanos por igual.

La doctrina electoral del “acta mata votos” fue la piedra angular de esa marcada tendencia corrumpente del ambiente político venezolano unido a otros vulgares ardides administrativos concomitantes. Y fue esa misma doctrina la que privó para la celebración de estas tan celebradas primarias. Primero, porque la Comisión electoral de la MUD le impuso al CNE las condiciones en que ellas se iban a celebrar; vale decir, sin nada de controles que pudieran garantizar su transparencia, selecto atributo de toda elección que se respete: cero captahuellas (que garantiza un elector un voto, y a lo que siempre se han opuesto, sin cobardía), cero tinta indeleble y, sobre todo cero posibilidad de auditoría, ya que esta habrá inexorablemente de purificarse en una hoguera sin que la duda razonable pudiera confirmarse o negarse. De allí que los montos aparatosos de votos consignados hayan sido tempranamente puestos en entredicho aplicando unas matemáticas elementales y, por parte de Jorge Rodríguez, ex presidente del CNE en tiempos turbulentos, quien mediante un preliminar análisis histórico-científico demostró inconsistencias graves dentro de tales resultados, quizás, cuando ellos estaban encendiendo ya la pira purificadora…  Porque la verdad es que esa posibilidad de fraude se convierte en conocimiento general que quizás vale de una vez por todas en razón de los antecedentes ético-políticos de quienes lo practicaron. Porque aquí no se trata, como piensan algunos, de temer si los escuálidos han crecido en votos o no, sino en pensar que, si por algún accidente histórico Capriles Radonski llegara a ser presidente de este país, incluso por unas elecciones inobjetables garantizadas por el CNE, su ilegitimidad de origen estaría fundamentada sobre la naturaleza fraudulenta de unas elecciones privadas que lo llevaran a ser el candidato de la MUD, aunque ese mismo espíritu fraudulento no lo hubiesen podido materializar en esas elecciones, tal como siempre ha sido su terco deseo genético. Tan sencillo como eso. Y así como en lo jurídico, el error  continuado no hace derecho, en política el fraude tampoco puede dar legitimidad de origen a nadie. De allí la importancia que tiene para ellos quemar los cuadernos electorales y los votos: para no dejar posibilidad de poder probar ese fraude tan deslegitimador. Pero, afortunadamente, el TSJ mandó a parar… Un fraude donde tal vez todos sean cómplices negociantes, porque, en un ambiente tan envilecido como ese, toda conjetura cabe lícitamente. Y eso no hace respetable la política cuando al mismo tiempo el chavismo busca afanosamente hacerla, para dignidad de todo el país y su nueva realidad. Por eso es que la MUD lo que garantiza es el conflicto real y no el virtual que los medios mercantilistas le atribuyen al chavismo. En fin, no es que la honestidad ni el ascetismo broten de la reflexión, sino más bien de la voluntad profunda y de su relación con el no pecar de ignorante, por lo que los escuálidos siempre serán tramposos, ya que su obrar se produce por sus sentimientos y no por conceptos, en particular por los que al contenido ético se refiere.

Y en relación al candidato elegido, es él un fraude en sí mismo, sobre todo, porque aspire a que el pueblo lo elija presidente cuando ese pueblo tuvo como cuna, un petate de sueldacostilla, por cuenta de lo que él representa, tan genuinamente, al venir de cuna de oro. Y es fraudulento porque a través de un fraude llegó a la política tradicional. El poder de compra de su familia, así se lo permitió. Podríamos decir que entró por la puerta grande, siendo muy joven.  Por eso es que no me explico cómo puede algún fanático enceguecido, mediante párrafos recargados de volutas o roleos, aspirar a que Capriles Radonski se parezca al venezolano común y que sienta su dolor y viva sus dramas y alcance conquistarle  el corazón, para una presunta democracia de carne y hueso. La democracia de carne y hueso, que instauraría Capriles Radonski en esta liberada Venezuela de hoy, sería una donde el preceptor de la misma fuera el carnicero López Sisco, por encargo del Imperio… Y esto debe quedar claro.

Pero el tipo pudiéramos decir que está bien en cuanto a que ostenta algunas armonías físicas, aunque con un neto y contradictorio ceño fascista que ya se le había encarnado en su asalto a la embajada de Cuba y en la inhumana, vil y cobarde detención del ministro Rodríguez Chacín en aquel su gozoso abril de 2002, producto, quizás esa vituperable actitud suya, de un provechoso diplomado que hiciera en alguna Adolfo Hitler Schulen, como por e jemplo la SS-Junkersculen. Es fraudulento incluso –y quizás lo más grave- porque se empeña en ocultar o disimular su verdadera esencia como ser: no tiene el valor a definirla o mostrarla conforme ella es, porque su voluntad profunda es engañar para que a través de su engaño alcancen posicionarse las fuerzas políticas y económicas más oscuras de este país. Es un redomado fascista, y pretende hacer creer que es izquierdista; quiere hacer ver que lo preocupa el pueblo, cuando en realidad es un burguesito disipado, porque en su casa no se hablaba de política, sino de real. Ahora se habla de política, buscando más real... Ese es el objetivo de su fraudulenta ambición.

Pero todo disimulo, siendo obra de la reflexión, sin embargo no es posible mantenerlo de forma ininterrumpida. Ya Séneca lo había sentenciado: “Nadie puede llevar mucho tiempo una máscara fingida”, porque la mayoría de las veces, es descubierto. Y Capriles Radonski a la larga pudiera descubrirse él solito si es que acaso tuviere el suficiente valor y pundonor para eso. Solamente habría que esperar.

canano141@yahoo.com.ar



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Raúl Betancourt López


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