“No le desees a nadie, lo que no quieres para tí,

porque se te puede devolver”.

Anónimo

Hace días atrás, luego del fraude electoral en las primarias, se desató una ola de denuncias por parte de los opositores afectados en éstas, que sacaban a relucir la verdad sobre la famosa “unidad blindada” de la carroña opositora y sobre los resultados obtenidos. El pueblo venezolano sabe que William Ojeda, Ecarri y Graterón, entre otros, no son militantes del PSUV, ni activistas progobierno, sino miembros de la ultraderecha opuesta al éste. Por eso había que desviar la atención, la mirada escrutadora popular, hacia otro destino; había que crear un globo de ensayo.

En uno de los laboratorios de guerra sucia de sectores muy agresivos de la oposición, uno de los “genios” de la manipulación mediática recordó que faltaban pocos días para el chequeo médico cuatrimestral, al que debía someterse el comandante Chávez y decidió poner a correr el rumor de que “a Chávez se lo llevaron escondido a Cuba, porque le dio metástasis y se está muriendo”, creando con ello angustia e incertidumbre entre la población, no sólo chavista. Había que acallar las denuncias de fraude en las primarias, que día a día salían a flote, aunque fuera con una mentira, atacando lo que consideraba el flanco más vulnerable del presidente: su salud. Hasta ese momento, ni sospechaba la realidad de ésta de nuestro comandante.

Así, la carroña decidió soltar una ola de rumores, en los cuales la muerte ha sido el elemento más importante, enfatizando que el estado de salud del presidente se agravará progresivamente, lo que le imposibilitará seguir ejerciendo el cargo.

Ante este escenario, salió Hugo Chávez Frías a comunicarle al país que en su último chequeo médico se había descubierto una lesión de unos dos centímetros de diámetro, en el área de la operación anterior, que su equipo médico le recomendaba tratar inmediatamente para no correr riesgos innecesarios; sobre todo ahora que se encontraba en una envidiable condición física; recomendación que decidió seguir al pié de la letra.

“Yo estaba bien dateao” gritó uno. “Se los dije que se estaba muriendo” gritó otro. Y así siguieron saliendo heraldos negros, como los llamaría César Vallejos, haciendo alarde de sus conocimientos y de sus “fuentes”. “Tenemos infiltrado el equipo de Chávez”, alegaría otro. Y desde ese momento en que Chávez le habló al país, empezó el festejo de la carroña, no sólo mediática, sino también económica y política, porque “habían matado dos pájaros de un tiro”: habían tapado la matriz del fraude electoral de las primarias y habían descubierto la enfermedad del comandante en la que ahora concentrarían sus ataques.

A la alegría de la lesión del Presidente se le sumó el deseo infeliz de la muerte del Primer Mandatario, dentro del grupo que representa la bazofia en la oposición, Pero esa alegría les duró bien poco ante la clara explicación del Presidente de la situación, ante la enorme demostración de solidaridad y sensibilidad humana que ha demostrado el pueblo venezolano (de todos los sectores) pues ese vínculo Chávez-pueblo, pueblo-Chávez, es indisoluble, y sobre todo, ante la extraordinaria condición física y mental en que se encuentra el líder. Y por otro lado, la disidencia opositora (dentro de la MUGRE) sigue en el tapete público, con sus reclamos contra “acta mata votos”, ahora sin las pruebas, pues los cuadernos de votación fueron quemados.

La carroña no ha entendido que son muchas las reivindicaciones y muchos los beneficios que la clase social más necesitada ha logrado y obtenido en los últimos doce años. Sólo bastaría mencionar las Misiones Sociales Bolivarianas, desde Misión Milagro (que le ha devuelto la vista a muchos) hasta la Gran Misión Vivienda (que está dotando de un techo digno y propio a millares de venezolanos). ¿En que país del mundo el gobierno atiende de manera digna a sus ciudadanos, les otorga vivienda justa, le somete a operaciones quirúrgicas gratis de todo tipo, garantiza educación gratuita a todos los niveles (sólo miremos a Chile y las protestas estudiantiles), brinda protección económica ante la estafa inmobiliaria y bancaria, reconoce libertad de expresión plena, y sobre todo, otorga perdón para los traidores del golpe de estado, el sabotaje petrolero y los asediadores de misiones diplomáticas extranjeras en Venezuela?

En las cuarenta y ocho horas que duró el gobierno de “Carmona El Breve” demostraron quienes eran y que harían, de tomar “alguna vez” el poder. Eso no lo olvida el pueblo, así como no olvida las situaciones y hechos que condujeron a las acciones populares del 27 y 28 de febrero de 1989. La gente sabe que son los mismos personajes, a los que se les han unido lacras como una que dice ser “cura”, pero que predica que “desearle la muerte a Chávez no es pecado”. Por eso el slogan criollo “No volverán”.

Y como para terminar de amargarles esa efímera alegría, el martes 28, durante la presentación de la Memoria y Cuenta del Gabinete Presidencial, con todos los ministros, el vicepresidente Elías Jaua le comunicó al país las buenas nuevas de que el Presidente ya había sido intervenido quirúrgica y exitosamente y que estaba en pleno proceso de recuperación, por lo que pronto lo tendremos de regreso al frente del timón de este proceso revolucionario. El venezolano mayoritariamente está alegre por esta noticia.

Los “Heraldos Negros” podrán seguir con su campaña mediática y la carroña opositora con sus deseos de muerte, pero ya nadie les hace caso. Simplemente le preguntan “¿Y que pasó con los que denunciaron el fraude en las primarias?”. Y luego le dicen en sus caras “Por eso es que ustedes jamás volverán”.

Y es que el pueblo ya… conoce a sus verdugos.

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