Son muchas las veces que la oposición ha diseñado campañas para crear zozobra en la población. Construidas, pensadas y luego divulgadas a mansalva por sus medios de comunicación acólitos. Las más trilladas son las que generan escasez artificial de productos. Operan así: publican en cualquier sección de economía de cualquier periódico que no aprobarán dólares para papel sanitario. Rápidamente miles de personas salen corriendo y nerviosas a abastecerse de rollos y rollos. Así logran el objetivo de campaña: envenenar más a un sector de la población contra Chávez. “Igualito que en Cuba que se limpian con papel periódico, con mi culo no te metas”, grita nuestra clase media susceptible de cualquier campaña, conteniendo los esfínteres.
Con la última campañita del agua contaminada llegaron a niveles graves de irresponsabilidad. Sólo explicables porque su único interés es salir de Chávez a costa de lo que sea. Lo que importa es liberar las olas de agua sucia, mientras más altas mejor. El trabajo está hecho, ahora a recoger votos, dicen. 33 puntos de ventaja los desesperan. Están en un momento peligroso.
La última mentira consiste en hacernos creer que el agua va directamente de los cuerpos de agua (embalses, lagos, etc.) a las redes de tuberías. Ocultan deliberadamente que antes de ir a las redes de tuberías el agua pasa por las plantas de tratamiento. Y en esas plantas se pueden potabilizar, con los procesos adecuados, el agua más llena de pupú del planeta.
Y es que según los genios de la guerra sucia y terrorista si una poceta “se baja” en Valencia puede llegar a las redes de agua potable en Caracas, lo cual no sólo es mentira, sino que es estúpido, increíble e imposible.
Para que las heces fecales lleguen desde el estado Carabobo hasta las redes de tuberías de mi casa en San Bernardino tienen que pasar varias cosas. Primero deben cambiarse de tubo, de la red de aguas servidas deben pasar a la red de agua potable. ¿Cómo harían eso las moléculas de agua? Pues se me ocurre que a través de un proceso de evaporación que las lleve a las nubes y luego bajen a la tierra, y caigan, llenas de mierda, al embalse de La Mariposa. Una vez en el cuerpo de agua aparecen Ecarri y Salas Feo, llenan una cisterna y luego se van a Caracas a echarla en el tanque del edificio donde vivo. Puro realismo mágico.
Pero eso no es lo más fantástico que han dicho. El gobernador de Carabobo asegura que el agua del lago de Valencia da cáncer, daña el sistema nervioso y altera la conducta de los seres humanos sobre todo la de los niños. Francamente, no puedo con tanto. Da pena que la gente tenga que recibir tantas heces fecales convertidas en campaña electoral.
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