El autobus de regreso

La idea de progreso manejada en forma descontextualizada de la realidad social, asumida como una promesa genérica de mejora de las condiciones de vida para todos, sin referirse a la estructura de la sociedad actual y sin definir el camino que habría que transitar para alcanzarlo, es un artilugio del candidato opositor para uniformar y simplificar su discurso electoral y opacar la esencia antipopular de su programa de gobierno, radicalmente comprometido con el modelo neoliberal.

La noción de progreso no es neutra. Para los que defienden el sistema capitalista, éste se mide con el incremento “progresivo” de la ganancia de unos pocos privilegiados, a costa de la explotación irracional de los seres humanos y de la naturaleza. Este modelo capitalista “progresista”, está llevando a la humanidad en la dirección contraria al desarrollo humano y al planeta a su destrucción. Por el contrario, para los que planteamos la emancipación del trabajo frente al capital como el eje motor de la política y de la economía, es el desarrollo social y humano en armonía con la naturaleza, lo que lo determina.

Bajo esta última acepción, el crecimiento de la economía no genera progreso automáticamente, si éste no se traduce en bienestar para todos y el excedente social del trabajo no se distribuye socialmente. La reducción de la pobreza, la exclusión y la desigualdad social, el aumento de la escolaridad, del consumo alimentario y de la participación comunal, el acceso a la salud, a la vivienda y a un trabajo digno, preservando los sistemas ambientales de una manera sustentable, alcanzados bajo el gobierno bolivariano, con sus aciertos y errores, son indicadores de que estamos progresando, aún cuando falta mucho que andar.

La figura de un “autobús del progreso” en el cual todos caben, sin informar su ruta y destino, esconde un gran fiasco, típico del viejo modo de hacer política de la IV República, basado en el engaño demagógico y en la promesa incumplida. No hay que ser adivino para predecir que ese “autobús”, con el candidato de la oposición al volante, nos llevará de regreso a un pasado indeseable para la gran mayoría de los venezolanos.

gamarquez2@yahoo.com


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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

 gamarquez2@yahoo.com

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