Cómo entiendo a cierta clase media

Si no leo religiosamente los artículos de Pompeyo Márquez y Antonio  Ledezma que se publican todos los jueves en Últimas Noticias, pues paso de jueves a sábado como un ánima en pena y sin argumentos para entender el lado más rabioso y activo de la oposición. Al leerlos y ver lo que dicen, entiendo perfectamente el vacío de una cierta clase media que puede ser ubicada realmente en el segmento C-D, pero que en el plano psicológico, este segmento tiene el convencimiento (están absolutamente seguro) que se encuentran en el segmento A y Chávez es su amenaza para ascender A+1.

Los domingos se he leído previamente a Pompeyo Márquez y Ledezma los días jueves, simplemente me inyecto una dosis normal de “política y sociología”, leyendo la columna de Julio Borges y la tal columna de Acuerdo Social. Si por alguna circunstancia, paso el jueves sin Pompeyo y Ledezma; la situación cambia y para mantener un juicio sobre cómo piensa y razona cierta clase media, debo inyectarme una sobredosis muy cargada con los escritos de la Profesora Gloria Cuenca, que si memoria no me falla, es experta en ética y tiene mucho que ver con todo lo que se escribió en el pasado sobre este asunto de la ética del periodista.

Este domingo me dí duro con una sobredosis de talento, objetividad, academia. Después de haber pasado cinco años en una escuela de educación y haber cursado varias asignaturas que trataban el problema de la evaluación educativa, recién termino de entender algo de este asunto de la supuesta objetividad/subjetividad de la evaluación y se me abrió muchas más el entendimiento para observar cómo “razona” cierta clase media. La profesora Cuenca escribe sobre su candidato democrático y dice un par de cosas que por venir de la profesora Cuenca; experta en ética, no deja de ser una aplicación práctica del rollo particular que la profesora carga y cómo su antichavismo le ha acelerado un derrumbe epistemológico sobre lo ético. Es un caso para comprender el comportamiento y “razonamiento” de esta clase media C-D, que piensa que está en el segmento A y Chávez es su amenaza.

Veamos este par de oraciones que la Profesora Cuenca nos suelta en esta especie de derrumbe epistemológico.

“Sin que me quede nada por dentro -dice la profesora Cuenca-, en una escala de 1 a 20, le pongo 18 –Se está refiriendo a Capriles-. Lo único que, según mi opinión, le falta para llegar al a 20, es que algunos de los integrantes de la MUD se fajen con él (…) En síntesis creo que el candidato nuestro, unitario, joven, preparado, crecido políticamente, sano y democrático va por buen camino(El subrayado es nuestro)

Este par de oraciones son definitivas para entender todo este proceso de descomposición que vive cierta clase media y parte de sus intelectuales. No lo juzgo por no compartir nada con Chávez, sino porque como ya he sostenido en otras notas, todas estos “razonamientos” va pintando un proceso de descomposición que se ha sostenido y justificado sobre el odio y va camino a transformase en una enfermedad crónica y endémica. Tengo sobre esto una particular tesis, según la cual, mientras una persona se perciba como clase media alta, no siéndole en estricto sentido y esa percepción esta asociada con un mayor nivel académico y supuesta capacidad de discernimiento; más odio carga sobre Chávez y ello no habla de una posición estrictamente política, sino de una posición racista permeada con la política, que va cayendo poco a poco en una enfermedad

Pero en este caso, creo estar frente a dos situaciones ligeramente distintas. Una se refiere efectivamente a un desmoronamiento de la capacidad de entendimiento y discernimiento con la opción de transformes en una enfermada que ya muchos cargan y una segunda situación, nos conduce a pensar que estos académicos y expertos al escribir o preparar sus mensajes, lo hacen creyendo que los lectores no son políticamente competentes  para entender y verle el sentido a sus mensajes. La hipótesis de la cual parten es más o menos esta: Mis lectores son bobos y cretinos. Todo o casi toda la producción de mensajes escritos de personas con esta tipología parten de esa percepción del lector. En algunos casos o en muchos casos creo, puede verse muy claramente como el odio que sienten estos académicos y expertos hacia Chávez, lo van metiendo en un laberinto de locura y los que aún se mantienen más o menos sanos, escriben pensando que el país esta lleno de analfabetas y bobos.

Continúan equivocándose. Hay tanta claridad en la gente, que ese lema de “Chávez lo tiene loco”,  seguramente no se produjo en una reunión de un equipo de técnicos en propaganda del PSUV. Este “Chávez lo tiene loco”, ha debido salir de la gente de a pie, que sabe dónde está a  con quién juega en este proceso.

evaristomarcano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marín


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