A medida que se aproxima la inscripción formal de los candidatos a participar en las próximas elecciones del 7 de octubre en Venezuela y se divisa desde ya, la inclinación y las preferencias del pueblo venezolano por una manera distinta de gobernar; como lo representa el socialismo liderado por el Presidente Chávez, la oposición se desespera y desempolva los planes neoliberales del pasado.
El candidato de la oposición Henrique Capriles Radonski afirma que por primera vez recorrerá 10 kilómetros, como si se tratará de un maratón o de una carrera el llegar a Miraflores.
Lo que si está muy claro es que “el majunche” desea una carrera corta, porque el compromiso de liderar a Venezuela no es cualquier cosa y mucho menos, cuando se trata de una nación con otra forma de pensar y de sentir los cambios añorados por los venezolanos, quienes ya están enrumbados e identificados en su mayoría con la Revolución Bolivariana.
Por todos los medios y vías posibles la oposición ha tratado de remontar la cuesta y a pesar de buscar los más insólitos aliados y contar con la bendición del imperio y sus recursos, en el fondo afloran las contradicciones y acuden a las más finas artimañas, sin dar pie con bola.
Su estrategia se ha basado en el plan de alimentar la angustia del pueblo venezolano y en desear, con toda la mala intención, la no recuperación del Presidente Chávez; cosa que rebasa el plano de lo sublime y afortunadamente, se estrella contra el amor de un pueblo, especialmente el de los más humildes quienes luego de muchos años, han encontrado un gobierno incluyente en Venezuela; cosa que niega y nunca ha querido aceptar la oposición de nuestro país.
A medida que se aproxima el inicio formal de la contienda electoral, los defensores del “majunche” aparentan apoyarlo; no sin antes dejar de mostrar sus intereses ocultos; muchos con su ausencia y otros a la espera de un río revuelto, por aquello de ganancia de pescadores.
Los observadores políticos nacionales e internacionales han definido el panorama. Los asesores, quienes han incrementado sus facturas en dólares, cobran por adelantado para no anotarse a perdedor. Uno de los precandidatos, de las ya no recordadas primarias, quien sospechosamente no se contó y abandonó la contienda, espera ahora su momento para cobrar. En los últimos días se le ha visto resucitar y está muy dinámico sin ocultar sus verdaderas intenciones. Es decir, “está como caimán en boca de caño”, por si hay un retiro de última hora.
Sus declaraciones hay que leerlas entre líneas, como la de los demás ex candidatos, quienes ya se han atrevido a decir por ejemplo, para no nombrar al candidato que “no es la inscripción de un hombre el próximo domingo diez, sino es la inscripción de un proyecto de país”. Lo que si se le olvidó decir, al mismísimo Antonio Ledezma, es que inscribirán un proyecto del pasado, el mismo proyecto neoliberal que él y los demás escuálidos encarnan y que muestra hoy su rotundo fracaso en el Norte y en todo el continente europeo.
Para el pueblo de Venezuela lo que si está claro es, que en los próximos días se inscribirá el Proyecto Socialista y Bolivariano el cual cambiará para siempre, el destino de nuestro pueblo y el de todos los pueblos de América Latina quienes han encontrado su verdadero camino en la solidaridad y en la auténtica unidad, identificada con “El Libertador” Simón Bolívar, porque el Norte es el Sur.
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