El
análisis de la prensa de oposición venezolana permite realizar una
descarnada lectura de los miedos e inseguridades que aquejan a ese
sector político. Se infieren una serie de interrogantes que bloquean
cualquier estrategia y campaña electoral. ¿Cómo descifrar a Chávez y el
renovado nexo carismático con sus seguidores? ¿Cómo incidir en esa
relación? ¿Cómo contaminarla, pervertirla? ¿Cómo descalificarlo en tanto
presidente y candidato? Pragmáticamente el reto es ¿cómo subir en las
encuestas y hacernos de la presidencia el 7-0?
Reuters América Latina
recientemente publicó una compilación de los datos de las principales
encuestadoras (Chávez lidera encuestas camino a las elecciones
Venezuela), que no deja dudas en cuanto a su sólida ventaja a dos meses y
medio de las elecciones. Tendencia definitiva para unos, mientras que
para otros es "demasiado pronto para hablar de irreversibilidad", y tal
ventaja podría reducirse en base a la efectividad de la campaña del
candidato de oposición. Reconocen sin embargo, que "Capriles necesita
convencer a más indecisos para cerrar la brecha (…), aun cuando está
haciendo todo lo posible con la estrategia "casa por casa" y con su
juventud como arma… ante un Chávez que "no puede dar vueltas al país".
La
estrategia enfatiza en los rasgos, cualidades y habilidades personales
del candidato de oposición, tales como edad, salud, fortaleza física
para oponerlo a un supuestamente disminuido "candidato del pasado".
Paralelamente se ataca al contendor y se descalifica al árbitro
electoral, con el que se ha firmado a regañadientes un acuerdo amplio
que incluye el reconocimiento de los resultados de las elecciones.
Se
desata una agresiva campaña contra la gestión de gobierno ofreciendo
mejorar las misiones y todo aquello que huele a pueblo e inclusión. Se
acusa a Chávez de abuso de poder y ventajismo con las cadenas que
utiliza "para promocionar su candidatura" con la complicidad de un CNE
que "no garantiza equilibrio". El Gobierno aclara que las cadenas son
herramientas legítimas para informar sobre la gestión, y más aún en una
situación de "hegemonía mediática para censurar a Chávez y su obra de
gobierno".
Y ante lo que parece ser inevitable, desesperadamente se apuesta al único contendor que puede poner a Chávez "en serios aprietos…, su salud". Y de fallar esa apuesta, ¿se abona el terreno hacia otros derroteros?